miércoles, 23 de febrero de 2011

NOCTURNO


Son las once de la noche. Marcos está ya en la cama, desde hace rato ya, aunque no tiene sueño. Está inquieto, algo nervioso y desvelado. Sus padres lo han metido en la cama hace casi hora y media y está molesto. Que ya tiene diez años, caramba, no tiene que irse tan pronto a la cama.
Además hoy, que su hermano pequeño está con sus primos, ¿qué necesidad había de meterle en la cama tan pronto?
Pero sus padres están ocupados. Les ha oído algo que no entiende, algo que ha dicho su madre de “ir a por el tercero”, y cree que están divirtiéndose en su cuarto; parece que mamá está jugando con la cosita de papá.
Tras los ventanales de su cuarto se divisa todo el parque, el Campo Grande entero. Estamos a comienzos de octubre, y las noches ya son frescas. Aún así a Marcos le gusta dormir con la persiana hasta arriba y, a veces, con una rendija abierta. La ventaja de vivir en el ático es que su cuarto da a una gran terraza, y en ocasiones, cuando se desvela, sale a asomarse, y disfruta observando cómo el viento susurrante mece las copas de los árboles del parque.
Sale a la terraza, a la noche. Le gusta la noche, fresca, tranquila, para él solo. Hace tiempo que ya no hay correrías en el parque por la noche. Ve un coche patrulla pasar despacio por la acera de Recoletos, con un ronroneo apagado, y unas letras enormes en el techo, J45, desafiando la noche.
En la pared izquierda hay una escalinata de acero, que sube al tejado. Su padre la mandó poner, y de cuando en cuando sube al tejado para que no anide nada entre las tejas. A Marcos le gusta subir alguna noche. No hay riesgo, pero siempre siente un cosquilleo cuando sube, y algo de miedo al bajar, cuando emboca la escalera y siente el viento moviendo su pelo.
Sube y se sienta entre las tejas, triunfante, viendo el parpadeo de las estrellas. Siente un ruido y se gira, y ve, apoyado en una de las chimeneas, a un hombre grandote, que solloza con la cara entre las manos.
Enseguida siente piedad por él, y se acerca a ver qué ocurre. El hombretón quita una de sus manazas y sonríe torpemente cuando el chiquillo se le acerca. Va vestido de manera extraña, como los labriegos del campo de hace muchos años, que su madre le enseña en fotos viejas, acartonadas, amarillas, con un olor agrio y picante.
- ¿Le pasa algo?- preguntó el niño.
- Qué me va a pasar…-
- ¿Por qué lloras?-
- Porque la gente se olvida de nosotros, de lo que hacemos…
- Y, ¿qué hacen?
- Asustamos a los niños, pero ya ves tú… - dijo, mientras encogía los hombros y sonreía.
- A mí no me das miedo…-
- Ves, ya lo decía yo. Ya no servimos.-
El niño apoya la espalda en el lateral de la chimenea, en cuclillas, mientras el hombre se sienta a lo indio. Media espalda poderosa queda sin apoyo en la chimenea, mientras se rasca el grueso cuello.
- ¿Eres como Mike y Sulley?- pregunta el niño.
- ¿Eh?, no entiendo-
- Son personajes de una peli de dibus animados, que son monstruos de una empresa que asusta a niños porque necesitan energía…-
- ¿Dibus animados?, no, es parecido, pero no igual-
- Y, ¿por qué asustáis?-
- Porque no sé hacer otra cosa. Llevo toda la vida haciéndolo.-
- Y, ¿cómo lo hacéis?, ¿no salís en películas ni en internet?-
- No. Al principio las mamás asustaban con nosotros. Si no cenabas, zaca, ahí estaba yo. Si no te dormías, hale, ahí estaba yo. Luego los niños también soñaban con nosotros, y mantenían vivo ese espíritu, pero ahora sueñan con Pocoyó, Bob Esponja, y alguno, más guarro, con Hanna Montana.-
- Ahora, si no ceno mi mamá me quita la consola, o el móvil, o ambas cosas.
- Ya…, mira cómo está el tema. Es una vergüenza.
- ¿Dónde vives?- pregunta el niño.
- A varias manzanas de aquí, no muy lejos…
- ¿Tienes mujer, o hijos?
- No. Vivo solo.
- ¿No te disgusta la soledad?
- Cuando más rodeado de gente estoy más me gusta estar solo.

La noche va envolviendo en tinieblas las miserias ocultas, que pugnan por salir a la escasa luz y tomar el protagonismo que el día les niega. Apenas hay gente por la calle, sólo algún tarado que sale del bingo junto a varias barraganas. Se acerca la medianoche, y Marcos no tiene sueño.
- ¿Y no trabajas?- pregunta el niño.
- De vez en cuando hago algún encargo.
- Oye, ¿cómo te llamas?
- ¿Por?
- Mi mamá dice que no hable con extraños…
- Pero si llevas ya un rato hablando conmigo…
- Ya…pero no sé cómo te llamas…
- Me llamo Juan Díaz de Garayo.
- Yo me llamo Marcos.- dijo el niño, tendiendo la manita a la zarpa del hombretón.
- Te gusta la noche, ¿verdad hijo?
- Sí, pero no suelo verla mucho. Me entra sueño enseguida.
- Pues vamos, te dejaré en tu cuarto y yo me iré a mi casa, ¿de acuerdo?
- Vale.

El hombre se levantó, se sacudió los pantalones de pana y se caló la gorra, abotonándose la chaqueta, también de pana, por encima de la camisa blanca. Avanzó la manaza hacia el niño, lo ayudó a levantarse y, cuando estuvo de pie, le dio un puñetazo en la sien. El niño se tambaleó y cayó, y hubiera hecho un ruido estruendoso en las tejas si el hombre no lo hubiera sujetado.
Medio grogui, el niño abrió los ojos mientras el hombre ataba sus manos por la espalda. No fue consciente de la situación hasta que sus ojos se abrieron como platos, al ver al hombre desenvainar un cuchillo de monte descomunal. Forcejeó, inútilmente, y balbuceó:
- Pero, Juan, qué pasa, qué haces…
- No me llames Juan…
Le tapó la boca, y media cara, con la mano, mientras sacaba de un bolsillo un pañuelo mugriento y se lo metía en la boca. El niño tuvo dos arcadas, y luchó para poder respirar por la nariz, con la boca y la garganta anegadas en la porquería del pañuelo.
Colocó el cuchillo en el pubis del niño, inspiró, y de un solo tajo le abrió hasta la boca del estómago. Las tripas se despanzurraron fláccidas por los pantalones del niño, donde se había orinado de golpe. El niño parpadeaba entre lágrimas, casi sin fuerzas, mientras mordía el pañuelo y perdía, poco a poco, el hilito de vida que le quedaba. Comenzó a temblar.
Juan limpió el puñal en la ropa del niño. Extrajo el peritoneo con el saco seroso y lo metió en una bolsa. Otra, más grande, la preparó para el niño.
Dobló sus piernas hacia atrás y anudó los tobillos a las muñecas. Antes de cerrar el saco se asomó a la carita del niño, con los ojos medio abiertos, y le dijo:
- Me llamo Juan, pero me conocen por el Sacamantecas. Y sí, es más difícil asustar, pero siempre pica algún imbécil…
Se echó los sacos a la espalda y se preparó para bajar, mientras la noche seguía, caprichosa, derramando su negro manto por todo el orbe.

miércoles, 16 de febrero de 2011

CHONIS






Es un fenómeno social que va adquiriendo dimensiones mastodónticas. Es gracioso. Hace no mucho uno se esforzaba por ser galante, caballeroso, todo un señor ante las damas. Que si te abro la puerta, que si espero a que pases tú primero, a que entres primero y salgas primero del ascensor y de cualquier sala, te cedo los mejores sitios para que estés cómoda…(cosas que juro que sigo haciendo, aunque no sé para qué…)
Pues ahora no, ahora lo que las mola es que la putees, no la dejes sitio, se siente en el suelo, la llames putón mientras le pellizcas dolorosamente una teta, o le arreas una sonora guantada, tipo ¡Whak!, que deja el careto como el de un conejo al que le han dado las largas.
Es el fenómeno choni. Todo esto comenzó con el auge de un putón politoxicómano con delirios de grandeza, menos cerebro que Paquirrin, mismos andares que Paquirrin, aspectos culturales similares a los de Carmen de Mairena y ojos parecidos a los de Ozil, jugador del real Madrid.
B. Esteban comenzó a airear su vida, o a inventársela, o a tapar los huecos de su ¿memoria? con desvaríos, mientras llamaba hija de puta, zorra y guarra a cualquiera que se le cruzara y te metía una demanda que flipabas si insinuabas algo sobre ella.
Comenzó a generar rechazo en los cánones normales de sociedad, hasta que hizo huella en una parte de la sociedad, la que devora las vidas de los demás con una ferocidad asombrosa, la que sabe mejor qué ha dicho o ha llevado puesto (o no) una choni de estas antes de saber si su hijo tiene novia o novio, si se chuta, esnifa alcanfor, le gusta chupar enchufes o se acaba de arrojar encima de unas tijeras de podar… Sí, las madres ociosas, las marujas de barrio, las abuelas medio sordas que pasan horas y tardes enteras frente a esos programas.

Hete aquí que pasó de ordinaria y pueblerina a princesa del pueblo por obra y gracia de un pseudomaricón filofascista, toxicómano, enano y pelón, facsímil de periodista y con más complejos que Falete en un desfile de Victoria´s Secret. Y ya la tenemos hasta en la puta sopa, tanto que insinúan que, cuando la Selección Española de Balonmano hizo otra épica hace poco, preguntaban si ella había llamado felicitando. Con dos cojones. Como si fuera alguien o algo distinto de un engendro barbiturizado…

Ahora ellas no quieren ser madres trabajadoras, con puestos responsables en los que demuestren su valía (salvo enchufes en ministerios socialistas, claro está…), no, ahora sueñan con tener las tetas del tamaño de cabezas de bebé, dieciséis aros circundando una cara con más pote que tutankamon, pelo lamigoso y culete respingón. Quieren ser chonis.

Toda choni que se precie intenta ser pija a rabiar con los medios que tiene, o que puede mangar. Destaca sobremanera una ausencia total de Coeficiente Intelectual y la nula capacidad para el raciocinio. Dicen que en el Área 51 guardan celosamente para su disección y estudio posterior varios ejemplares de chonis mesetarios incapaces de articular palabra, sólo burdos gemidos y gruñidos. Es importante destacar la escasez económica como símbolo de su vida o su peregrinar. Algunas gozan de viajar para descansar su árida mente. Son una evolución fallida de Neardenthales y, como sus predecesores, no evolucionan, son un único cerebro y se comunican con sus ancestros mediante ritos mágicos aún no estudiados. La que consigue escribir con algo de fluidez dota siempre a lo que realiza de grandes colorines, letra grande y recta y usa el folio hasta el final. Da igual, generalmente si lo escribe no sabe leerlo después, y termina como recipiente para los condones reutilizados una y mil veces.




Sus aficiones son preñarse cuanto más joven mejor, y a ser posible, del más delincuente, proxeneta, traficante y maltratador del barrio (lo cual da muchos puntos en la escala evolutiva chonil…), ir de botellón, drogarse hasta las cejas, sexo, sexo, más sexo, ir a las tiendas de moda de las chicas normales y ponerse en grupito a la puerta, en actitud amenazadora, y sacarse todo tipo de fotos, bien chupándose la cara unas a otras, en plan putilingus, o en plan EMO, o desvariando, con el signo de la victoria, o poniendo la cámara en el ángulo superior derecho mientras se muerden los carrillos como Victoria Beckham.
El hombre ante este espécimen a veces no sabe cómo reaccionar. Si pillas un ejemplar en el inicio del proceso de chonilización, la puedes cagar como Amancio en las Ventas. Generalmente aún no llevan el ropaje tribal, y puedes pensar que es normal, con lo que la llevas a un restaurante caro para impresionarla. Error.

- ¿Eshta mierda que cogjones esh?
- Ehh, espuma de boletus sobre crujiente de huevo, virutas de jamón y espárragos trigueros criogenizados, con trufa espolvoreada…
- Buaaaahahaha, unosh callos con garbanzos molarían mazo, tronco…
- Eh, pues vale, hay una tasca en mi barrio que los hace de rechupete..
- Naaaah, ahora te jodes y baburreo este cagao a ver qué tal está…

Mientras te acaba de joder el presupuesto del mes picoteando esos platazos, piensas que al menos el polvo posterior estará bien. Craso error, te exige que la lleves al aparcamiento del José Zorrilla donde ha quedado con la Vane, la Jessi, el Chui, el Pai, el Cabra, la Morritos, el Soplillas y el Tapiporlas, que van a pasarlo chupi. Vas giñao, con el coche de tu padre, a ver a esos degenerados, que levantan el maletero y ves unos bafles que ni la Joy Eslava mientras chupetean unas birras y rulan los tripis, y sacan más pastillas que la enfermería del Gómez Ulla.
¡Y encima te quitan el coche para hacer unos trompos!

Si al final consigues un arrumaco te quedas flipao. Cuando se quita la sudadera, lo pasas mal. A los hombres nos gustan los pechos, eso es una verdad innegable. Es ver un par cerca, algo ligeras o insinuantes, y tienes una mano invisible en la nuca que dirige tu almendra a ese imán de la naturaleza. Pero es que en el mundo chonil, es demasiado. Porque no se contentan con una talla 95, no, prefieren una 110. Y van con un top en línea con el pezón, con lo que tienes los ojos como Enrique San Francisco.
Para rematarlo, el que le puso los implantes, el amigo reinsertado de su primo, que ahora recoge sebos para fundiciones, estaba borracho cuando terminó el implante del seno derecho, y una mira a Cuenca y la otra a París. Además, como no tiene dinero aún lleva sujetadores de talla 95, así que está eso más congestionado y apretado que la cara de Paquirrin cuando le preguntas por el concepto de inteligencia.

Y si la llevas a casa, en plan romántico, con música suave, velitas y tal, te desmonta. Te pone Camela a todo volumen, se esnifa el ambientador antipolillas del armario, y encima te quiere echar cera caliente en los huevos, que verás como mola, mientras pide que la abofetees sin piedad…

Una vez superado el trago en perfecto estado, con todo en orden y vivo, y sabiendo el tema chonil, decides ir a por una, a ver cómo se da ahora.
Y te metes en una disco de música moderna chonil, esto es, camela, Juampa y la raja, Mama ladilla, el chivi…y entonces divisas a tu presa. Una recién iniciada en la vida chonil. Vas hacia ella, mordiendo los carrillos y poniendo los morritos como Raphael, te arremangas el chándal del mercadillo, la coges con fuerza del brazo, la arrimas y la dices, -ven aquí, cacho puta, que te voy a dar lo tuyo-, mientras la sacudes un par de bofetadas y la metes el morraco hasta el esófago.

Ella se sorprende, te pega un guantazo y arranca a llorar, y sus amigas te rodean y te insultan. Y descubres que no es choni, que es una pijita recién licenciada en Hispánicas, preparando un postgrado, que se vistió así porque perdió una apuesta.
La humillación te anega en el fango, y te acojonas cuando escuchas las sirenas. Y te echas a temblar cuando la policía te pone los grilletes, y las amigas te susurran: ¡venga, valiente, a ver cómo agarras el jabón en la cárcel, que te van a poner el ojal como un bebedero de patos, hijo de puta!



Y, cuando sales, decides hacerte Cartujo, porque el mundo de las mujeres está siendo amenazado por una especie ancestral, única, peligrosa…las chonis.
Afectados, ojo al parche. Suelen vestir chándal a la última, a la última semana que lo compraron en el mercadillo, taconazos rojos tipo La Chipionera, miles de collares, pulseras y aretes de oro, pantalones de licra apretados, marcando braga (si la lleva) o enseñando tanga de hilo, tan fino que a veces lo puedes confundir con seda dental…
Y más barniz que la madera, y pintadas como unas cebras, por supuesto.

martes, 15 de febrero de 2011

YA PASO EL DÍA...






Llegó el día de San Valentín. Llegó y pasó. Hay varios puntos de vista para soportar, pasar, vivir e incluso disfrutar de ese día, según tu estado.
Según la historia El Día de San Valentín es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantando en otros países a lo largo del siglo XX principalmente en la que los enamorados, novios o esposos expresan su amor y cariño mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de San Valentín. En algunos países se conoce como Día de los Enamorados y en otros como Día del Amor y la Amistad.
Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.
Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.
En España esta fiesta se empezó a celebrar a mediados del siglo XX, con el motivo de incentivar la compra de regalos. A menudo se dice que esta fiesta la introdujo la cadena de grandes almacenes Galerías Preciados.
En la práctica es un día en la que te tienes que gastar una pasta en una cena y un detallito. Pero sólo si eres hombre y si tienes dos objetivos:



Llevas poco con la novia y eso mola, y más el casquete de después…



O si llevas tiempo con tu pareja, y casi el mismo sin noches románticas, y eso no mola, y por eso persigues un casquete posterior…



La cena, generalmente, o al menos eso mandaban los cánones, debía ser en un local bueno, de cierto prestigio y elevada cuenta. Nada de Mardonall´s, Burrykin, Fan´s ancompany y mierdas de esas. O pagas una pasta por un plato como una plaza de toros con una pieza de comida del tamaño de una nuez, o no mojas ni de coña y te vas para casa más caliente que el palo de un churrero. Y después a tomar un cóctel o un copazo a la última en los garitos mas kich´s del momento, por supuesto.



Una variante que empieza a ganar adeptos es ir a cenar a un menú erótico, lo cual es una putada. Vas a comer una mierda, eso sí, con algo de gracia. Vas a ver símbolos fálicos por doquier, tantos que al final te vas a obsesionar con no mirarlos, no vaya a ser ahora que te vuelvas gayer, y te pasas la cena pensando “..joer, ahí viene otro rabo, no mires, no mires, joer, giro la cara y otro, y no, no, noooo., joer, quien la pillara..ehh, qué dices, mariconazo!..”
Además siempre viene el camarero cañón, el musculitos, a hacer el tonto a tu chica, a rozarse y tocar los cojones, y tú tienes que poner buena cara. Y luego, mira que hay camareras que están de escándalo, pues no. A ti te toca la camarera enana peruana, que es muy maja, pero que podía ir a la mesa de al lado, cojones, no a la tuya. Y te pones malo viendo a las camareras cañones que van a otras mesas…

Además tienes que ir bien vestido, nada de pantalón vaquero enseñando medio gayumbo (y que sea oscuro, que si es claro o blanco se pueden ver esos frenazos molestos que, a veces, sombrean dichas zonas…) y sudadera apolillada de los Ramones. No. Pantalón de pinzas sin arrugas, camisa impoluta, bufanda al cuello y chaquetilla tipo torero. Eso, con el flequillo pegao al ojo como si te hubiera lamido una vaca y unas gafas de sol de dos palmos, aunque sea de noche, con dos cojones. O uno de esos pantalones pegaos pegaos, que dices, madre, si me tiro un cuesco parto el pantalón y mato al que tengo detrás…es un hombre, hum,…quieto, mariconazo..!!



Te gastas una pasta en un detallito para la nena. Nada de chinos, ni de bazares paquistaníes. Corte Inglés con dos cojones y visa por delante. Porque ella te dirá que no hace falta, que no te gastes tanto, pero realmente está diciendo que si pecas de tacaño vas jodido. Jodido de verdad. Al igual que la cena, ella dice, nooo, si da igual, con una tapita y una caña ya vale, BorjaMari…, pero realmente quiere decir, como mi amiga Ceci cene en un lugar mejor que yo no me tocas ni el dobladillo del vestido, rata!
Luego ella te regala una foto, o un detallito absurdo, o una manualidad (no penséis mal) hecha por ella, mientras pone carita dulce y menea las pestañas, glin, glin, glin,.. y te va diciendo que lo importante y lo bonito es que os queréis y que estáis juntos y blah, blah, blah, mientras tu oyes el Clink-Clink de caja registradora y te imaginas a tu tarjeta de crédito acurrucada en la cartera, acojonada, temblando más que Gizmo en la peli de los Gremlins. Y te cagas en la puta.



Pero mola. Si no celebras San Valentín no eres nadie. O no aspiras a nada.
En las parejas de larga duración es algo intrascendente, tipo:
Hola Pepe, que tal el curro?
Bien.
Felicidades
¿Por? ¿Es San Antón, el patrón de los animales?
No, burro, es San Valentín. Recoge tú a los niños.



Él, al ir para casa, roba una rosa en un parque público mientras ella le prepara su plato favorito, setas. Mientras engulle, el piensa, joer, si a mí no me gustan las setas…mientras los retortijones se enredan en su estómago y pone los ojos en blanco…





En el mundo de los solteros se lleva de forma diferente, pero en el fondo igual. Que jode.
El ser humano es así, nos mola lo que no tenemos. Una vez en nuestras manos, nos da algo más igual, pero si no lo tenemos, malo.
En el caso de las mujeres, a veces es dramático e incluso traumático. Intentan que no las afecte, pero es un terremoto emocional. Sobre todo si la chica en cuestión es entradita en años ya. No digamos si es, además, entradota en kilos; esta circunstancia, aunque en realidad es una tontería soberana, hunde en la miseria a la más pintada. Procurará pensar que eso no va con ella, que está vacunada. Que no es tan importante. Que realmente ella ha prescindido de eso para centrarse en su ¿carrera profesional?, ¿doctorado?, ¿idioma?, etc, etc, etc.
Paparruchas. Está realmente jodida. Generalmente todas sus amigas tienen novios/parejas/rolletes, viven San Valentín en un estado constante de éxtasis aleteante que hace que nuestra soltera tenga ganas de vomitar en sus caras, y encima se compadecen de ella con un regodeo soberano.
Y está en casa ante su menú favorito para cenas en soledad y jodida, es decir, ante dos kilos de helado, una cuchara, bata de guatiné y una caja de kleenex, viendo Gran Hermano, devorando vidas de otros al ver que la suya no tiene interés… Y cuando sale Edward, o Brad Pitt, sonrientes, alegres, una mano les oprime el corazón y un barril de agua helada resbala por su alma, mientras ralentiza la respiración y lo ojos se empañan un poquito, y su mente se queda en blanco, momentáneamente, ante un maremoto de emociones…
Y, entre sollozo y bocado de helado, el soniquete en su cabeza, el martillete, como esa canción de mierda de verano que no se va nunca…, la frase lapidaria de su madre:
A ti no te caso yo en la vida!
En el hombre soltero es parecido. Se hace el machito:
Yo no creo en esas mierdas,
A mi me toca los cojones San Valentín y el puto Corte inglés,
Mira que eres tonto, un regalazo a la Mayte y ella a ti una mierda…
Pero en el fondo sigue jodido. Y más si es entradito en años, que pensará, joer, a estas alturas, o me ligo a una divorciada con un hijo de un marroquí, o a una camarera trasnochada, o apechugo con un Butrull, aunque espero que al menos tenga pasta, que si no…
No digamos, además, si es entradote en kilos, medio calvo y con pinta de Torrente recién salido de una sauna… ahí el panorama es desolador.




Gordacus intenta quedar con otros tíos esa noche para matarse a cañas mientras ponen verde al género femenino, mientras sueñan con la mujer de su vida, limpia y aseada, que ponga orden, claridad y luz a su mugrienta vida. Pero ningún colega está libre. Todos tienen cena con las cuquis, o se quedan en casa, o pasan de él.
Y se sienta ante su menú favorito para estos casos, es decir, chuletón de buey a la pimienta con patatas fritas y pimientos asados, pan, varios litros de cerveza y el canal de Gran Hermano a todo trapo, mientras maldice: mira que jodías perras son, cagüen la puta…eso, ESO CHULOPUTAS, VOCÉALA A ESA GUARRA!!
Pero si sale Meg Ryan acaramelada con un tipejo en una peli barata suspira, pone cara de oveja, el corazón le parpadea un poco, y siente la soledad tal y como se siente el frío en los huesos en las noches de invierno, cuando uno abre el ojo antes de que llegue el alba pálida, triste, helada…
Y revisa los contactos de su móvil. Y las páginas de encuentros de internet, donde nadie revisa su perfil…, y el Messenger, a ver si alguien está conectado, y nada de nada de nada. Hasta decide inscribirse en una página de contactos matrimoniales con bellas chicas ucranianas, y su cabeza monta películas de las candidatas y cómo serán, que voz tendrán, mientras sigue partiendo el chuletón y trincando cerveza…
Y pasa el día, y al siguiente todo es distinto de nuevo. Ya pasó el puto día.
Hasta el siguiente año.

PD. ES BROMA CASI TODO. FELIZ DIA A QUIEN SE LO MEREZCA, TENGA O NO PAREJA, Y QUE LE JODAN AL QUE NO LO MEREZCA.

lunes, 14 de febrero de 2011

LOS LUNES BY IGNATIUS

El pasado lunes dije que detestaba los lunes y pedía, como quien mendiga a pie de calle, una ayudita por favor: Denme argo, una idea, por cutre que sea, pero algo que hacer los lunes para que no me resultaran tan odiosos. Y entre los comentarios de éste desierto blog se apareció Ignatius con unas ideacas cojonudas que no puedo guardarme sólo para mi. Desde el pasado lunes me dedico a predicarlas y me esfuerzo en ponerlas en práctica. Con el permiso del autor procedo a su difusión para mayor beneficio de quien las lea:

Pruebe a bajarse de Internet grabaciones del "Un, dos, tres" y hacer que un programa informático las reproduzca automáticamente los lunes.

También puede consagrar ese día como el "día del porno". Esto requiere abstinencia el resto de la semana, pero seguro que funciona.

Para un tragón como yo podría ser buena idea comer fuera de casa todos los lunes: es un día con poco jaleo en los restaurantes y los menús siempre son más baratos que el fin de semana. Sería un aliciente ir probando sitios distintos y tener la curiosidad de saber qué tal comerá hoy.

Vaya los lunes a visitar la tienda de segunda mano de la calle Gamazo (la de San Luis no, que da mucha pena). Los fines de semana la gente vende cosas chulas para pagarse las drogas y siempre puede encontrar algo a buen precio. Una pareja de relojes de pulsera por 3 euros. Una play 1 con el chip por 20 euros (y luego puede pedir los juegos a Neri o a un servidor, que se los copió hace tiempo). Series completas de Tv en DVD. 10 discos de operación triunfo por 1 euro (los diez)... Es como la Ruperta, que hasta que no se abre no se sabe qué te encontrarás.

No leer blogs (incluido este) en toda la semana salvo los lunes. Para aumentar la emoción, escribir con frecuencia ordinarieces e insultos para leer juntas un montón de respuestas ofensivas y saber que la gente ha sufrido viéndose castigada con tu indiferencia toda la semana.

Tener hijos y saber que los lunes en el trabajo podrás descansar de ellos.

Comprar algo en el Corte Inglés todos los lunes y devolverlo sistemáticamente al lunes siguiente. Esto admite tres variantes:

1- Comprar siempre lo mismo y comprobar, cual nazi partiendo brazos de niños judíos a ver si sueldan, cuántas veces te dejan hacerlo sin mosquearse contigo por ir todas las semanas a la misma sección a comprar y devolver. Cuando se enfaden mucho, puedes cambiar de sección (hay como tres mil).

2- Comprar cada vez una cosa diferente y probarla durante la semana. Ir saciando tu curiosidad: ¿cómo será eso de leer en un ebook? Lo pruebas 7 días. ¿Funcionará de verdad el AB-shaper? Llévate dos para hacerlo con un amigo y no aburrirte. ¿Será rápida una grabadora externa? Grábate 50 discos de la Play con ella antes de devolverla (yo lo hice). ¿Te apetece vestir con una chupa de cuero carísima este fin de semana? Pues ándate con ojo, que si te la roban en un bar los del Corte Inglés no te devuelven las pelas aunque tengas el ticket. Y tampoco si te llevas discos y cosas copiables, ya sabes.

3- Compite con un amigo a ver quién encuentra la cosa más absurda y quedad para enseñároslo los fines de semana. También se puede competir a ver quién tiene objetos de más valor ("yo me he gastado 7.500 euros"; "pues yo 12.300"). Ojo, hágalo bajo su propia responsabilidad.

Seguiré si se me ocurre algo más.

Feliz lunes.

jueves, 10 de febrero de 2011

EL BUTRULL IBÉRICO




El Sr. Chirly (personaje torvo y mezquino de oscuras intenciones, dudosa moralidad y total desviación sexual) lleva tiempo insistiéndome en que plasme en el papel lo que sé acerca del Butrull Ibérico.
Tiempo atrás surgió que entre mis amigos y colegas empezase a circular dicho término. Es muy posible que no fuera acuñado por mis amigos, claro está, pero sí que empezó a rular y fue popularísimo.

El término Butrull hace referencia a ese ser indeterminado, a esa cosa de tez innombrable, a esa figura femenina que del puro horror que destila es mejor mirarla de soslayo o mirar su reflejo en un escaparate.
De todos es sabido que el hombre siempre ha tenido preferencia por las mujeres bellas y hermosas, con buen tipo, buena presencia, vamos, lo que viene siendo, hoy en día, una maciza con todas las de la ley. En el mundo actual, donde existe una predilección absoluta por la buena imagen, quien no es una barbie o un ken tiene pocas opciones de ligarse a otra barbie u otro ken. De ahí que surgieran esas expresiones castizas, ahora tachadas de mal gusto, que eran proferidas por toscos o brutos al ver pasar a una maciza, como estas que os muestro:
• vaya culo... te tiras un pedo en un saco de arena y salen croquetas…
• me gustaría ser pirata, no por el oro ni la plata, sino por ese tesoro que tienes entre las patas…
Existen otros, más finos, pero que provocan generalmente el mismo efecto, que es que la chica en cuestión te haga un corte de mangas y salga corriendo, tales como estos:
- no estás mareada?
- por?
- porque estuviste todo el día dando vueltas en mi mente…

- Se te cayo!
- que?
- el papel que te envuelve bombón!


Y luego están los groseros, dichos para provocar malestar y enfado en el sujeto, y la broma en los demás, como estos:
• Gorda, tírate un pedo en la piscina que tenemos soda para todo el año…
• Te quiero como la mierda, no te olvido ni cagando, y cada pedo que me tiro, es un beso que te mando…

En todo grupo de mujeres que se precie debe existir un ejemplar o varios de Butrull Ibérico. Generalmente son muy sosas, no tienen ni pizca de gracia y, en ocasiones, hacen gala de una mala entraña considerable. Son las que aconsejan a su amiga pivón que mande a paseo al graciosete que se acaba de acercar, o las que ven todo de un gris cenizo que alarma, sobre todo si es en cuestiones amatorias o de acercamiento, ya sea hacia ella (improbable) o hacia alguna de sus amigas (objetivo primordial).
Suelen permitirse el lujo de darte consejos ofensivos pero no aceptan los tuyos. Por ejemplo, si te dicen:
• Oye, ¿no te han dicho que el pelo largo es de chicas?- con una sonrisita.
• Ya, ¿y a ti no te han dicho que el bigote es de hombres?-
Se acabó la sonrisa, estás muerto. Curiosamente a ti debe hacerte gracia su puñal, pero a ellas el tuyo no.

Esos Butrules generalmente fomentan mal rollo, van siempre envueltas en un halo turbio y marrón de malestar, y son capaces de generar un estallido de violencia verbal en menos tiempo del que tardas en pedir una ronda de chupitos. No les gustan los sitios que proponen los ejemplares masculinos, y siempre se cabrean si el chico y la chica bombón abandonan el grupo en pos de tranquilidad y oscuridad, como si fuera culpa de los demás el que ella fuera un callo malayo, con un jeto más feo que el fary chupando un limón.

Siempre andan en un estado de cabreo monumental contra el universo, y son felices provocando el disgusto entre los demás.
Del Butrull puede afirmarse, sin lugar a engaño, que era tan fea que, al nacer, su madre en vez de darle el pecho le daba la espalda, o que al nacer, el médico, ante la duda de qué era lo que tenía entre las manos, decidió decir a la madre:
• Mire, yo lo tiro al aire, y si se agarra a la pared, es un murciélago…
Existe una teoría de ligoteo para hombres que no entran en la categoría de Kens, y que tampoco son engendros diabólicos, que sugiere entrar a conversar al Butrull (debidamente medicado y vacunado, por si acaso…) para que así las guapitas del grupo se sientan menospreciadas y decidan tomar cartas en el asunto, mandando al Butrull a por copas y ocupando su lugar en la conversación…Eso si el chico soporta la situación con el Butrull, que si se prolonga en el tiempo entran los sudores fríos y comienza a tener más tensión que las rodillas de Falete…

Se pueden categorizar entre Butrules mañaneros, vistos andando como zombis por la mañana, en supuestos horarios de trabajo.., el Butrull marinero, espécimen que abunda en pescaderías y tiendas de congelados, o que desprende ese olor desde varias yardas de distancia, el Butrull oficinista, que a veces se confunde con los archivadores, el armario del material o una foto de Jabba The Hutt y que siempre tienen la mesa a rebosar de porquerías y chucherías varias…, el Butrull cósmico, que siempre te lo encuentras, estés donde estés, y, finalmente, el Butrull justiciero, esa especie de verdulera tipo estanquera de amarcord cruzada con el cuñao, especialista en ver tus intenciones, capaz de dejarte en ridículo con sólo mirarte, siempre soltando ponzoña, incluso cuando duerme (o vela, nunca se sabe), y de la que circulan teorías de que sí come niños, si recicla sus propias heces, si es capaz de multiplicarse con el agua y jabón como Gizmo, y de la que siempre intentas huir tanto en el autobús como en el cine (puede ser mortífera en las distancias cortas…)

Otra figura que aparece últimamente es el Butrull espía, que es una personita que físicamente no es un Butrull (tampoco Blake Lively, pero bueno), pero que por carácter parece una Comandante Butrull, siempre ansiando saber mezquindades del género masculino para rumiar más su mala baba, siempre anhelando estar en situaciones comprometidas para burlarse de los machotes…ojito con esta especie.


Siempre acechan, siempre vigilan, siempre maldicen, siempre.....siempre Butrull!

lunes, 7 de febrero de 2011

DETESTO LOS LUNES


De la misma manera que el Fary detesta al hombre blandengue, yo detesto los lunes. Si, ya se que no es muy original y que esto le pasa a todo el mundo, pero es que cada nuevo lunes es peor... me había propuesto con alegría y optimismo transformar los lunes del día de mierda que son en algo especial colocando en él algo que mole y que sólo haga los lunes, pero llevo dos semanas pensando y no se me ocurre nada. Necesito ideas. Cualquiera, por desafortunada que sea, la agradeceré infinitamente.

Yo me acuerdo de que cuando era pequeño me molaban mogollón los viernes, no sólo por que era el comienzo del fin de semana, si no porque el viernes por la noche echaban por la tele el Un, Dos, Tres. Me levantaba por la mañana y me decía "¡bien, hoy hay Un, Dos, Tres!". Vale, ya se que cuando uno es niño se emociona mogollón con cualquier mierda, y ahora que lo pienso ésta es una demostración tumbativa de que así es, pero yo necesito colocar algo en los lunes que al amanecer me haga decir: "¡mierda, hoy es lunes...! menos mal que..." ¡¿Qué?! esa es la cuestión.

Quizá necesite tomarme unas vacaciones para pensar en buenas ideas. También he pensado que a lo mejor los lunes me parecen asquerosos por contraste con los fines de semana que me meto. He pensado que si convirtiera los domingos en una mierda integral igual me aliviaba llegar al lunes. Pero esa es una idea chorras, porque sería como rendirme a la mierdez de los lunes contagiando con ella a otros días de la semana ¡no, debo acabar con ella!

sábado, 5 de febrero de 2011

PASCAL COMELADE

Como buen sábado es día de descanso para los blogueros y los internautas. Así que toca currarselo lo justo y calcarse un video musical, así por el morro. Hoy lo hago compartiendo con quien quiera descubrirlo conmigo a mi allazgo de la semana: se trata de un músico franco-español (catalán, para más señas) Pascal Comelade, un tipo realmente polifacético y absolutamente anárquico. Un músico que ha colaborado, por ejemplo con Robert Wyatt, PJ Harvey, Jaume Sisa, Albert Pla, Pau Riba .. No sé, cualquier cosa que diga de este señor, no hará honor a su trabajo... Buscad cosas sobre él y me entenderéis...
He llegado a él a través de éste magistral y emotivo spot de Mahou que quizá recordaréis. Este es el anuncio (os dejo la versión larga):

Y ésta la canción entera que se titula "Sense el ressó del dring" (sin el eco del rumor):


¡Feliz sábado, y feliz finde!

viernes, 4 de febrero de 2011

HUMOR DE MIERDA 3 (JORDI L.P.)

Si hubo un momento negro en la historia reciente del humor español fue, en mi opinión, a comienzos de los noventa. Y si el renegror tuvo epicentro fue, sin duda, el Telecinco de las Mamachicho, El Jesús Gil y Tal y Tal, el VIP noche y el Misisippi... ¡Qué adolescencia pasada por tangas, culos y tetas italianas y brasileñas nos hicieron pasar a los de nuestra generación!

Se mezclan en mi memoria una buena ristra de programas que cambiaban de nombre, horario y presentadores, pero que básicamente eran lo mismo siempre. Telecinco fue en esos años un recaladero de todo el humor nacional, en el que se mezclaban sin rubor ni criterio a verdaderos genios del humor como Luis Sánchez Polac o Faemino y Cansado, con chusma como Jaimito Borromeo o Mané...

De ahí podría yo sacar a unos cuantos humoristas de mierda para ésta sección (y probablemente lo haga). Hoy me quedo con Jordi L.P. porque si, porque me parece uno de los más mierderos de todos los tiempos y no debe faltar en una serie dedicado a ellos.

Aquí os dejo un vídeo que me ha costado un cojón encontrar, por si tenéis tragaderas para verlo entero. Yo no, -una vez más,- y lo poco que he visto no me ha hecho gracia, -tal como recordaba-. Más bien me ha dado asco.

jueves, 3 de febrero de 2011

TOALLA TURBANTE

Ayer según volvía a casa me fijé en una caja como de zapatos, pero más plana, en cuyo lateral pude leer en letras grandes: "TOALLA TURBANTE", y mi descerebrada cabeza me devolvió una imagen como así:

Desde un rincón de mi cabeza, una vocecilla dijo:
- Eso no, gilipollas, que las toallas no están vivas y no pueden meter mano a sus dueñas. Debe tratarse de algo así:

Algo no cuadraba, así que según avanzaba seguí mirando fijamente la caja hasta que en la tapa vi a una señora con una toalla en la cabeza y entonces mis dos vocecillas y yo mismo dijimos:
-Aaaaaaah, era eso.

miércoles, 2 de febrero de 2011

MOLITURISMO

A Molinos el blog se le está yendo de las manos. Mejor dicho sus descerebrados lectores se están descerebrando de verdad. Tras el baño de multitudes que se dio la semana pasada dedicándoles dos post y medio seguidos (lo del medio es por el post dedicado al tercer cumpleaños del blog, cosa que celebran tanto o mas los lectores como la propia autora), una llegó a afirmar en un comment que había estado merodeando por el apartado pueblo de SOS buscando la "casita de las montañas". Lo que Molinos no sabe es que la ínclita fue con un cerrajero y se hizo una copia de la llave para poder entrar cuando la familia Moli duerma en su próxima escapada... ¡Buf, qué miedo!

No me mola reconocerme "descerebrado" por que yo soy un tío muy serio y muy responsable, que tengo un trabajo importante y una gran familia que piensa que soy un padre mentalmente equilibrado y trabajador. Ser lector acérrimo de "Cosas que (me) pasan" lo contradice a las claras. Pero no puedo evitarlo, me encanta la ironía, mordacidad y acidez con que "Molinos" describe lo cotidiano, se ríe de las moderneces picopadagógicas que tratan de vendernos por ahí a los que somos padres, y me admira profundamente su capacidad de escribir, escribir y escribir mucho y muy bien, ¡y además le queda tiempo para vivir! (capítulo a parte está lo del leer, que lee mas en un mes que yo en todo un año). Pero ¿cuántas Molis hay? Ese debe ser el truco, acabo de caer en la cuenta. En realidad es un grupo de personas que escriben bajo una misma identidad, si no, no se explica.

Pero me voy por las ramas, lo que quiero contar, alentado tras comprobar que no soy el único que ha pasado de "descerebrado" directamente a la categoría de "psicópata maniaco-perseguidor" es lo que hice en un frío y húmedo cuatro de enero del presente: El universo todo estaba de vacaciones de navidad o comprando regalos de reyes como posesos en los centros de las ciudades. Yo no, a mi el trabajo me había llevado a la sierra de Guadarrama. Había terminado de hacer lo que tenía que hacer lo suficientemente tarde como para desistir de ir de nuevo a Valladolid a la oficina, pero lo suficientemente pronto como para darme un garbeo por la zona, porque todavía era de día. Había pensado ir a un centro comercial que hay cerca, en Collado, para aprovechar que en la Comundidad de Madrid las rebajas ya habían empezado pero al poco de emprender la marcha en mi camino se presentó ante mi éste inmenso cartel:


No pude evitarlo. Si creyera en las señales divinas sin duda la habría interpretado como una de ellas. Así que como un hijo bueno y obediente giré el volante y me metí por una carreterilla que a cada metro ganaba puntos para convertirse en caminejo. Lo del día húmedo le daba su punto: me daba pie para escribir cosas como "Jirones de nubes que bajaban cabalgando por la sierra y envolvían todo de un halo mágico y fantasmagórico hicieron que las primeras casas se presentaran ante mi como fruto de una aparición". Si, en serio, como si hubiera hecho un viaje interdimensional y hubiera aparecido en el plató abandonado en el que se rodaban las pelis de Marisol. Entonces recordé haber leído en el blog del Molinos que el Ingeniero (su marido) lo definió cuando lo visitó por primera vez como lugar de "veraneo franquista". No puedo estar más de acuerdo.

Me interné por las calles mojadas del pueblecillo. Algunas desembocaban en caminos de lo más apetecibles (tengo un verdadero problema con lo de meterme en caminos "a ver a dónde llevan" que me ha dado a mi también buenos "momentos estelares de mi vida"), pero caminos al fin y al cabo. La humedad convertía la tierra en barro y pasé de perderme en un lugar extraño, atrapado para siempre fuera del espacio y el tiempo. Así que después de merodear un rato, mitad buscando la salida, mitad satisfaciendo mi curiosidad, Me pregunté "¿qué coño estoy haciendo aquí?"

Y en un momento de lucidez decidí dejar de hacer el psicópata y pirarme ya. Entonces fue cuando la idea de estar atrapado en una especie de paradoja espacio-temporal comenzó a tomar cuerpo porque, me metiera por donde me metiera, siempre acababa en el mismo punto en el que la calle giraba y se convertía en camino de tierra que transcurría al lado de una parcela con seto y luego se internaba, bosque arriba, hacia la sierra. "Pasando, pasando, pasando... que yo me piro de aquí".

Y me piré. Tengo un sentido de la orientación a prueba de paradojas espacio-temporales que me ayudó a encontrar una carreterilla con pinta de llegar a algún sitio, pero una nueva señal volió a abducirme. No la fotografié porque ya no estaba para chorradas, pero la seguí obediente como un buen abducido. Era una flecha blanca en la cuneta que indicaba "Casa Santoña". Es otro hito del Molirismo que se me quedó grabado leyendo el blog porque a mi Santoña y todo lo que tenga que ver con Cantabria se me queda.


Esperaba encontrarme un antro inmundo en el que sólo cabe acabar rodando por los suelos a golpe de gintonics y me encontré con un restaurante cuco con una pequeña barra en la que me calcé una tosta de salmorejo que me hizo llorar abrazado al camarero durante dos horas. Cuando se desembarazó de mi y me hizo pagar lo que se debía me fuí de ahí pensando que cuando vuelva a pasar por la zona con alguien, me chulearé didciendo "te vi a llevar a un sitio que ya verás" (si hubiera sido la hora de la comida me hubiera pedido una ensalada de tomate con mozarela y anchoas que venía en la carta que tiene que estar buenísima). Mientras me volvía a la carretera-camino del viaje interdimensional y despedía las últimas casas intentando imaginar cuál de ellas sería la de Moli y cuál la de Serrano-Suñer, me preguntaba si después del enoturismo y el narcoturismo no estábamos asistiendo al nacimiento del "Moliturismo" ¿No debería el alcalde de la pequeña localidad serrana que poner en marcha la señalización de los "Lugares Molineros"? ¿son conscientes sus convecinos de la impagable labor de difusión y promoción que está haciéndose desde ese blog? ¿quizá debería Moli empezar a conservar los cascos de Bombay Saphiere que deja vacios para poderlos vender después a los turistas que vendrán en peregrinación con ganas de llevarse un recuerdo de su excursión? Desde luego yo me hubiera comprado una, la habría llenado de agua, y la bebería a diario convencido de sus cualidades desnaturalizadoras.

Ahi queda eso.

martes, 1 de febrero de 2011

VACÍO




El vacío (del latín vacīvus) es la ausencia total de materia en un determinado espacio o lugar, o la falta de contenido en el interior de un recipiente. Por extensión, se denomina también vacío a la condición de una región donde la densidad de partículas es muy baja, como por ejemplo el espacio interestelar; o la de una cavidad cerrada donde la presión de aire u otros gases es menor que la atmosférica.
Puede existir naturalmente o ser provocado en forma artificial, ya sea para usos tecnológicos o científicos, o en la vida diaria. Se lo aprovecha en diversas industrias, como la alimentaria, la automovilística o la farmacéutica.

Ahora mismo yo ando así, ligeramente vacío. Abro el tarro, y el eco me da una bofetada sonora (Wuakk!!) y me quedo con cara de gilipollas.
No viene mal, todo hay que decirlo, pero jode.

Mi mente funciona (no muy bien, pero bueno) a base de imágenes. Un ejemplo: un día estoy currando y, de repente, se me cuela una imagen de un gentío descontrolado arrasando en las tiendas de Valladolid, pegándose unos a otros y matándose, mientras en una tienda de televisores medio destrozada salen imágenes de un telediario donde explican que el mundo está próximo a desaparecer.

Ya la tenemos liada. A ver cómo se comportan, qué hacen, porqué en Valladolid y no Madrid, o Turín o Viena (eso es fácil, esas ciudades las conozco menos, pero se podría hacer, por supuesto….)

Estoy escuchando música y sale un flash en mi torvisca mente, de una tipa en pelotas en una cama con unos palillos chinos en los ojos. Otra liada.
Y me emociono y, como salen más imágenes de esas (varias por día, y algunos varias decenas), pues me lio la manta a la cabeza e intento tener todas abiertas.

La musa es caprichosa. A veces aparece una señora gorda, con rulos, bata y varios dientes mellados, y me cuesta hacerla caso. Error. Después de un rato de batalla, se me sienta al lado y me empieza a susurrar cosas. Vencida mi resistencia, sigue hablando, dándome detalles, opciones, más imágenes, posibilidades, y mil cosas más.
Me quedo embelesado hasta que se pira, y me deja más colgado que un jamón.

A veces la musa es una chica joven, impresionante, tremendamente maciza, que me despista terriblemente. Me presenta imágenes inconexas, argumentos absurdos. Pero como esta buena, pues me pierdo mirándola y no le pido que me hable. Y no saco nada de nada.
Y otras veces aparece un tipo gordo, parecido a un estibador marranero curtido en mil batallas, con una botella bajo el brazo y un puro a medio apagar en la boca. Me mira, se descojona, me hace un corte de mangas o un calvo, y se pira. Como mucho consigo que me susurre una canción para animarme. Y llega la seguía.
No viene mal, porque así dejo de hacer el memo y me dedico a terminar las historietas que tengo empezadas, que son unas cuantas, y finiquitarlas.
Esto viene bien porque así uno deja de oír bambalinas, y vuelve al suelo, a saber que escribe ameno, pero mal. Que vales para unas líneas pero poco más, que uno tiene soltura pero no menos que cualquiera que se ponga a ello con algo de empeño.
Y que todo esto ha de currarse mucho. Como un animal. Que si no, no sale, pero ni a tiros. Que hay mucho por leer, muchísimo. Que hay mucho que escuchar. Que hay mucho que escribir, mucho, y sobre todo mucha mierda, mucha, a paladas, para sacar, de vez en cuando, alguna perlita, aunque mellada y oscura.
Seguiré intentándolo, siempre que pueda y tenga fuerzas, rascando el suelo para buscar esas perlas y poder enseñároslas. Aunque tenga que cavar con los dientes.
Que haberlas “haylas”.