viernes, 16 de marzo de 2012

PERSPECTIVA SOCIAL



Mi nuevo trabajo (ya contaré, porque estoy recopilando temas) me permite trabajar con cargo a la empresa. Son viajes sencillos en RENFE, en líneas medianamente populares (Alvia), que me permiten testar el estado del país.

No voy a negar un hecho obvio: estamos rodeados de normalidad. Por muy excéntrico que sea uno, la normalidad es norma, y por lo tanto es la referencia con la que medirse.

Por lo tanto, una vez vividos unos cuantos viajes RENFE, me he dado cuenta de que soy una especie de élite social inalcanzable, una casta india opuesta a los intocables, sólo por el mero hecho de que no me descalzo a los cinco minutos de estar en el tren. De verdad que pensaba que esto ocurría sólo en las películas de Berlanga o los guiones de Azcona, pero no, es un hecho fáctico fácilmente identificable. Es más: se puede establecer una relación de probabilidad entre la edad del acompañante de asiento y el número de callos. Me estoy haciendo experto en la materia.

Evidentemente no es la única relación. Por ejemplo, no hay relación alguna entre la imagen social simbólica proyectada (si tienes bolso de Tous o no, vamos) y la flauta de anchoas con ali-oli que te vas a pimplar en dos minutos. He visto señoras que ni abuelas de diplomático o suegras de Chesterton arramplando con todo lo que pillaban, engullendo como energúmenas (en el sentido más simplatico del término) y recobrando su dignidad ante la complacencia cómplice de un entorno que necesita verse identificado de alguna manera en la clase dominante.

Otro hecho que he comprobado empíricamente es que el iPad, sea la versión que sea, se tenga la edad que se tenga, sólo sirve para jugar, ya sea jugar a hacer como que lees algo (acción que no dura de media más de 15 segundos), jugar a que tienes que abrir innumerables archivos multimedia, o simplemente jugar a la última decarga que te has bajado de la tienda ad-hoc. Es como la PS o la BOX de los mayores: una especie de excusa ("es que necesito tener la Enciclopedia Britannica siempre a mano") para pasarse el día de cashondeo con la tontería, dándole al dedito todo el rato.

Por último, decir que efectivamente España se distingue por ser un país donde no hay medida de los decibelios verbales. He podido seguir conversaciones de hasta ocho asientos atrás sin problemas. Y que conste que los vagones no están especialmente insonorizados.

Buen viaje.

martes, 6 de marzo de 2012

MI PECERA



Ustedes saben que soy un ser solitario y que no veo la tele, entre otras cosas por principio y por imposibilidad material.

Hace unos días, para paliar tal soledad, y poder contar siempre con la presencia de vida en casa, me compré una pecera de 67 litros. No es que sea mucha capacidad, pero caben por lo menos 7 u 8 peces de agua caliente (entre medianos y pequeños).

Estoy encantando. Es cierto que en lo que ha ido rodando el asunto (con sus bacterias, decoración, especies, comidas, depuradoras, cambios de agua, termómetros, más decoración, iluminación, oxigenación, niveles, etc.) han caído algunos peces mártires de la causa, pero a día de hoy ahí está, ocupando lo que parece ser el espacio que antes ocupó una televisión en mi nuevo flamante ático. A día de hoy hay tres peces, y hasta dentro de no mucho se mantendrán, momento en que incorporaré nuevos inquilinos (a la pecera)

Ya les contaré como avanza esto: promete.


jueves, 1 de marzo de 2012

MUDANZA (I, II, III y IV)

Como dije un par de post más abajo, recientemente he cambiado de trabajo. Ahora me toda estar en Madrid, zona centro. Esta fue mi epopeya:
  1. Dos días en Madriz para hacerme con un buen pisazo de 50m2, a ser posible cerca de la oficina y a buen precio: imposible. Me traslado a otras zonas: mejora el asunto.
  2. Finalmente acabo cerca de Chueca (tiene menos ambiente que en otras eras: se ve que Zerolo ya no está con tanta intensidad) con algo que se acerca a lo esperado: ático espacioso de 40m2 en casa de época isabelina (?) con una habitación, un peazo salón, mampara, una cosa similar a un baño con ducha, y por supuesto todos los complementos: luz eléctrica, ventana abuhardillada, madera en el suelo (que tenga barniz ya es otra cosa) y parez empapelada con lagunas. La calefacción es centralizada, pero no se garantiza que funcione siempre. Por supuesto no tiene ascensor, pero como no soy padre de familia numerosa no me importa.
  3. Pido la fragoneta a un colega, que tiene un cuñao enyesador, y me pimplo medio IKEA por 600€.
  4. Respecto al traslado de mis enseres personales, con un par de maletas me apaño.

Mudanza finalizada.