Negro.
Me despierto y veo negro.
Negro panorama, negra perspectiva.
Negro, como tu pelo.
Negro, como la noche que admiro.
Negro, como las noches que paso contigo.
Como mi futuro, esas tardes en que
me contabas lo enamorada que te tenía
ese gilipollas.
Yo te ofrecía mi alma en copa de oro
mientras tu derramabas hiel y pez
en todos mis sentidos.
Cuanto más contabas de él, menos te convenía,
y más me alejaba yo.
Como náufrago amarrado a una tabla
completamente anegada en pinchos.
Con manos astilladas me aferrada en la ilusión,
Torpe de mí,
de que un desengaño te arrojara en mis brazos.
Mientras tú, alegremente, separabas mis dedos,
uno a uno,
de esa tabla salvadora.
Y me hundía en la negrura de tu inconsciencia,
sin aire que boquear,
supurando rencor,
ahogado en mis miserias,
impulsado por tus necedades...
Bajaba, sin remisión, al negro.
4 comentarios:
Mala, más que mala. Ya me dirás quién es y le daré yo por portarse así contigo y hacer que lo veas todo tan negro.
Será bruja hija de.........
Por cierto, toda la mañana haciendo psicotécnicos yo también lo veo todo negro.
Ay, qué putas son.
Así son la mayoría de las mujeres.
Dice mi madre que las mujeres son como las gallinas que si pueden picotear de una cagada o de un montón de trigo, se hinchan de comer mierda.
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