miércoles, 31 de marzo de 2010

TDT: PASAR DEL 96 AL 98,5 DE COBERTURA COSTARÁ 1000M€ A LOS ESPAÑOLES



Pues eso, que para que los españolitos de los pueblos más recónditos de España puedan var a Ana Rosa y a la Esteban, entre otras cosas, el Gobierno, con el dinero de los españolitos, hará que una empresa participada por Florentino Pérez ponga unos 1.500 repetidores de TDT. La factura final será de unos 1.000M€ en unos 10 años. Se podría haber hecho vía satélite, pero hubiera salido mucho más barato y eso no mola.

lunes, 29 de marzo de 2010

RISIN' MEGADETH: ENDGAME

Qué se puede decir de Mustaine que no se sepa ya... Siempre ha sido un enfant terrible del Heavie. Un hombre hecho a sí mismo, con talento y muchas dependencias. Pura voluntad y bastante cabeza. La suficiente para aguantar más treinta años en este sucio negocio.

Pero todo genio necesita su "yang", su contrapunto, su pie en el suelo, su complemento. En el caso de Mustaine fue David Ellefson. Y desde aquí va mi homenaje hacia él.

Ha tenido que ser realmente muy duro convivir Mustaine, con semejante elemento, durante tanto tiempo, compartiendo escenarios, hoteles, carreteras, aviones, giras y giras, composiciones tortuosas, dependencias, paranoias y neuras de todos los colores. Amigo Ellefson, que sepas desde aquí, desde post, valoro especialmente tu trabajo. Después de oir detenidamente (horas y horas) Endgame por fin puedo valorar en toda su amplitud toda la labor que has ido haciendo calladamente durante los últimos 25 años. Tú has sido esa cara oculta, ese nivelador, ese escuchante. Este último LP de Megadeth (es decir, de Mustaine) es básicamente ruido, riff tras riff, sin melodía, sin coherencia, sin bajo, porque tú no estás.

Me alegro profundamente de la manera en que, al margen de rencillas legales de decenas de millones de dólares, has conseguido que Mustaine haya tenido que implorar tu regreso, y no me extraña. Sin tí básicamente Megadeth es un grupo serie b. Me pareció increíble la manera en que te pegó la patada (de la misma manera que lo hizo con Martin Friedman, gigante, o con Nick Menza, otro grande). A Mustaine por lo menos Hetfield le compró el billete de autobús para que se largara de Metallica. Él ni siquiera tuvo ese detalle con vosotros.

Y me alegro que hayas vuelto. Megadeth (con Ellefson y otros clásicos de la banda) se merece ese nivel que hasta ahora no se le ha reconocido, sobre todo debido a la egolatría de su líder, la misma egolatría que a principios de la década estuvo también a punto de acabar con Metallica.

Grande, Megadeth, grande! A ver si superamos este bache llamado Endgame.

Para los que quieran más info la entrada "Megadeth" en Wikipedia (esa ciénaga del conocimiento) es bastante buena.

viernes, 26 de marzo de 2010

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO

Durante estos últimos días hemos tenido la oportunidad de presenciar en un blog vecino al nuestro una especie de pelea circense de patio de vecinas de comunidad de vecinos radial y racial. Vaya por delante que con esta entrada me expongo a ser sometido a un escanio público (tipo San Esteban, pero virtualmente). Vaya también por delante que me da igual. Alguien de mi edad ya era Senador en el Senado Romano, o también Patricio, por aquellos tiempos. También alguien de mi edad vio morir a Sócrates por el partido de la burguesía. Me da igual. Es más. No voy a contestar, en este caso, a ningún comentario, porque sólo pienso expresar lo que pienso y siento, y creo que aunque ustedes tienen derecho a juzgarlo, no tienen derecho a que lo justifique.

Con esta entrada no pienso hacer una semblanza de la famosa obra de Feuerbach, conocido sobre todo por sus contribuciones al Derecho Penal, pero que también dejó su impronta en el ámbito de la religión expresando sus manera hegeliana de ver la realidad.

Tampoco pienso realizar un sesudo y trabajado estudio ontoteológico sobre dogmática, patrología, fundamental (antes llamada apologética) o moral cristinana. No creo que sirviera para mucho en un marco como este, y además carezco de los conocimientos necesarios.

Sólo voy a hacer una sencilla selección de unos pocos elementos cristianos fundamentales. Nada más. Todos ellos tendentes a mostrar la esencia (si no parte) del cristianismo.

El primero es la ausencia de compensión: a Cristo (que es a quien se cree y se sigue en el cristianismo) , en su momento más doloroso le dejan sólo. Tan sólo se queda con Él su madre y un amigo, el más jóven para más datos. Pero ya toda la trayectoria de su prédica durante tres años es lo más lejano que podamos considerar como un "éxito rotundo": discípulos que le abandonan; sucesor que le traiciona; encargado de la contabilidad que le vende; incomprensión por parte de los "ultras" y de los "políticos"; falta de fe ante milagros evidentes (después del milagro la gente se largaba sin dar las gracias); sufrimiento constante; condiciones precarias de vida; miserias humanas. En más de una ocasión, en mitad de una prédica, por la crudeza de sus palabras le hubieran matado si no fuera porque tuvo una barca a mano para hacerse a la mar. Es una historia que humanamente acaba en una crucifixión, y que después, en un giro dramático de los acontecimientos, recomienza con una resurrección.

Estamos hablando, por supuesto, de un Superclase. Una persona que sabía estar, que llamaba las cosas por su nombre, que echó a patadas a los comerciantes en el templo, que curó a la hemorroisa, que convirtió en un momento al legionario romano, que embarcó a doce pescadores en el mayor proyecto de sus vidas. Sabía dar el valor justo a las cosas, y también quitársela cuando las cosas no tenían valor (Epulón, Epulón... o el "es más fácil que un camello pase por el agujero de una aguja que..."). Que elevaba el espíritu. Que se reía de lo ingenuos que eran los discípulos ("Hagamos aquí tres tiendas..." anda que sí...). Que bomitaría (sí, con "b") de su boca a los tibios. Que dijo que los Talentos estaban para ser invertidos, no guardados comodaticiamente. Alguen que no tienen ningún miedo a dar testimonio; a hablar de la verdad; a decir lo que son las cosas: "por vuestra dureza de corazón se os permitió... pero yo os digo..." o "Dejad que los niños se acerquen a mí" porque "el que escandalizare a uno de estos que cree en mí más le valdría que le ataran una piedra de molino al cuello y le tiraran al mar". Que no regala el oido ni las palabras, que no escribió nada más allá de unas palabras en el suelo, que desarmaba con una sóla mirada, que era capaz de enternecerse ante el sufrimiento ajeno (Lázaro) y fundir lo que hiciera falta por que no era útil (la higera). Estamos hablando de un Superclase.

Pero también que desde el principio habla de su muerte: "estáis dispuestos a beber el cáliz que he de beber" o "El Hijo del Hombre tiene que morir... ". Sabe y da a conocer el sentido redentor del sufrimiento. Y aquí aparece, por último, la gran esencia del cristianismo:

La cruz. Dios crucificado. El Hijo de Dios, el Hijo del Hombre, crucificado. Da miedo verla y darse cuenta de todo TODO lo que hay detrás de ella. Un hombre crucificado. Joder, qué duro, cuando los niños de ciudad apenas han visto en su vida la vida y la muerte más allá de un videojuego. Cuando en EE.UU. no se permite enseñar sangre en las carnicerías. Cuando los abuelos sufrientes son retirados de la vista de sus nietos. Cuando recoger vómitos es algo que tiene que hacer un asistente social. Cuando un hijo es cada vez más visto como un problema. No me extraña que la quieran quitar de las aulas. Pensar en lo rotundo de su significado da sencillamente vértigo.

Ahora otros dirán: joder: ¿cruz? ¿qué cruz? ¡Para qué si eso no vende! Hablemos de paz, amor, caridad, justicia social, tolerancia, derechos humanos. Caigamos desenfrenadamente en el concepto de derechos humanos derivados de una ley natural racionalista, hija de la Ilustración, para no ahondar más en lo que pueda significar el concepto persona o dignidad del cristianismo. Y como consecuencia de ello, busquemos un Hobbes (dog eat dog... perdón, homo homini lupus) que nos libere de nuestros goyescos sueños de la razón.

Que la esencia del cristianismo es la cruz es una afirmación rotunda. Podríamos buscar otras cosas, como una coca-cola, pero ya no sería cristianismo. Puede gustar o no, pero es lo que hay para uno que se denomine cristiano: cruz, y luego todo lo demás en fila india, y con este único sentido redentor.

Nos chifla el sincretismo, incluso nos creemos originales en él. Pero es más viejo que la tos. Ya las primeras comunidades griegas, antes de que existiera Grecia como concepto iban cambiando sus dioses por los de sus vecinos, a ver si iban mejor. Supongo que ya antes, en Cromagnon, harían algo parecido con sus animales y representaciones. En este sentido siempre hemos sido algo promiscuos. Y así, aunque el cristianismo tiene cruz (que es lo propio), nos gusta poner en vez de eso una Coca-cola, en plan happy happy chispa de la vida, o la solidaridad (en cristiano es caridad), la paz ("vengo a traer enfrentamiento entre padres e hijos..."), y otras cosas que son más bien de nuestra cosecha personal que de la esencia de lo que tratamos, que son consecuencia y no causa. O más bien consecuencia sin causa.

Y aquí acabo, sin otro ánimo que dejar claro que a aquellos que se llamen cristianos realmente lo sean, y si no lo son (por rebotes, cabreos, decepciones personales y demás situaciones casuísticas varias etc.) no mezclen la esencia de una religión con su punto de vista personal y sus malas experiencias, del tipo "yo te digo que tu problema es que..., porque yo..."

No digo si soy cristiano o no. Eso es una cuestión de conciencia personal. Pero identifico en mi formación cultural un hecho esencial, que es la influencia de esta religión en mi estructuración personal de cómo es el mundo. Y cambiar este centro gravitacional implica cambiar todo el sistema operativo, no una aplicación cualquiera.

Y ahora vendrán los entrecomillados, las descontextualizaciones, los anacronismos, las salidas de tono, todo lo fácil, lo propio del siglo XX: lo deconstructivo y lo postmoderno. El vacuo vacío de atacar sin defender nada "objetivo". De utilizar la propia experiencia como "único resorte universalmente válido". De rehuir las grandes teorías en favor de un sistema de creencias chato y cortocircuitado por las propias contradicciones, pero cómodo al fin y al cabo: "comamos y bebamos que pronto moriremos". Disculpen, pero en esto no pienso entrar. Elaboren, pero no busquen destruir por destruir: respeten.


Me voy a escuchar el último de Megadeth: Mustaine se ha quedado sólo y ha depuesto un disco bastante malo, pero su historia merece un tiempo por mi parte. Escribiré sobre él en mi next post.

lunes, 22 de marzo de 2010

UNPLUGGED


Debido a lo absorto (nada vital, no me ha tocado ser padre, como a otros, el día que lo sea (?) avisaré debidamente) que he estado estos días he tenido la inmensa oportunidad de prescindir de la televisión e Internet.

Impresionante.

La dieta de fotones me ha permitido acceder, leer, subrayar, anotar nuevos libros y documentos que de otra manera se irían almacenando en el cajón de "tareas pendientes".

Pero es más. Esta experiencia me ha permitido dar un valor al tiempo y a su uso que hasta hace poco sólo formaba parte de mi memoria más lejana.

También me ha permitido apartarme de los tópicos sociales televisivos, es decir, adquirir una independencia de juicio, un momento de lucidez, de separación de ese acerbo común. Esto se une a una cierta tendencia que estoy poco a poco consolidando, y que es la de escribir a mano. Todo comenzó con la agenda Moleskine, pero poco a poco se está ampliando a cuadernos que convierto en pequeños diarios de apuntes e ideas.

Invito a los lectores a experimentar esta forma de higiene mental "Unpluged", que diría un inglés.

jueves, 18 de marzo de 2010

LA LISTA (IV)


Oriental, 34 años. Morena, delgada, atractiva y simpática. Heterosexual, afincada en Valencia. Aficionada a la naturaleza. Marchante de arte.
Se trasladó a Valencia para discutir con ella sobre varias obras de su propiedad, y sobre otras que pretendía comprar. Pasaron una tarde agradable, pero formal.
Se desplazaron a Oropesa para ultimar una operación de compra. Una vez decidida la compra, con la valiosa información que ella le proporcionó, la propuso ir a cenar.
Ella se negó. El insistió.
Se volvió a negar. Adujo costumbres.
- Nunca mezclo trabajo con ocio o placer.
- ¿Nunca sale con nadie que le pide consejo o solicita sus servicios profesionales?
- No. Son cosas totalmente distintas, y no quiero mezclarlas ni que tenga la posibilidad de relacionarse mi trabajo con mis aficiones.
- Al menos permita que la invite a una copa antes de llevarla de vuelta a Valencia.
- No es necesario que me lleve. Vendrán a buscarme.
- Y, ¿acepta esa copa en lo que espera que la recojan?
- No se rinde usted nunca, ¿verdad?
- Si merece la pena, no.
- Bien, vayamos al bar del Hotel Marina D´Or 5.
- Buena elección
Seguidamente ella sacó un teléfono móvil y pulsó un número de la agenda. Sólo dijo varias palabras, escuetas:
- Lenin. Marina 5. Media hora.
Conversaron durante la copa. Ella se mantenía distante, fría, pero sin dejar de ser educada y atenta. Aunque su conversación indicaba que seguía atentamente lo que intentaba mostrarle su cliente, su rostro y su expresión corporal indicaban ausencia, rechazo. No quería estar ahí.
Él intentó, de súbito, rozar su mano. La pilló desprevenida. Reaccionó como si hubiera metido la mano en un montón de ascuas ardiendo. En ese momento el camarero la indicó que la estaban esperando. Se levantó y, despidiéndose cortésmente, se alejó.
Pudo ver el vehículo en el cual partía hacia Valencia.
Intercambió unas palabras con el camarero. Tras varios asentimientos, deslizó un par de billetes de cincuenta euros bajo la mano de éste. Conversó un poco más con él y, al terminar, soltó otro billete, esta vez de doscientos euros. Salió, montó en su vehículo y tomó dirección Valencia. A los pocos kilómetros se colocó detrás del coche de la marchante. Se cercioró de que era el vehículo que buscaba, y aminoró la marcha, dejando tres coches de espacio entre el suyo y el de ella.
Tiempo después entraba en Valencia. Siguió al coche hasta que torció en la calle Balmes y ralentizó la marcha para comprobar el garaje al que accedía. Esperó, hasta comprobar que nada más entrar el coche en el garaje un chico de aspecto hispano salía de un café cercano y entraba en el portal. Se encendieron luces en el bajo y el primer piso, y pudo divisar a la chica por los amplios ventanales. Al parecer discutía con una o dos personas.
Arrancó el coche y salió a la autopista, de nuevo hacia Oropesa.
Llegó al hotel Marina 5 y caminó hasta la parte trasera. Esperó hasta que salió el camarero con quien había conversado antes. Éste parecía nervioso, pero a base de caricias y arrumacos se tranquilizó. Le pasó un brazo por la cintura, mientras tonteaba con él y caminaban hacia la esquina. El camarero sacó un sobre, que éste revisó y guardó en la chaqueta.
Al doblar la esquina, de un puñetazo el camarero se fue al suelo. Le puso un pañuelo en la boca, y cayó dormido al instante.
Poco después yacía en el maletero de un coche alquilado a su nombre, en dirección a Valencia.



Pronto más información...

martes, 16 de marzo de 2010

DESCUBREN A UN FUNCIONARIO HACIENDO LA FOTOSÍNTESIS


Antonio P. trabaja en el departamento de administración del Ayuntamiento de Madrid desde hace veinte años sin quejas por parte de sus superiores ni de sus compañeros. Sin embargo, hacía dos semanas que “estaba como más retraído y concentrado en sí mismo”, afirma Dolores Ávila, que trabajaba a su lado desde hacía más de ocho años “hasta que pidió que le trasladaran a una mesa que está más cerca de la ventana”. Antonio alegó motivos de salud y se le concedió el traslado, pero Dolores siempre sospechó que no se trataba de un tema médico y que “había algo detrás de aquella actitud”.
Finalmente, el funcionario fue descubierto el pasado viernes realizando la fotosíntesis. “Le obligamos a someterse a la prueba y dio positivo en cloroplasto, de modo que no hay duda ni excusa posible”, afirma Roberto Amigó, su inmediato superior. El ordenamiento legal es ambiguo respecto a la fotosíntesis en la Administración Pública -cuya práctica se estima más frecuente de lo que parece-, por lo que aún no se sabe si Antonio P. será finalmente sancionado. “No podemos negar que la fotosíntesis es el fundamento de la vida sobre la faz de la Tierra”, sostiene el abogado del funcionario, “sería una insensatez penalizar esta práctica porque en el fondo es como penalizar la vida misma”. Existen, sin embargo, opiniones contrarias que defienden que lo último que tiene que hacer el funcionariado español es dedicarse a captar luz habiendo cosas mucho más importantes por resolver. Asimismo, la AMAP (Asociación Murciana de Amigos de las Plantas) ha redactado un manifiesto en contra del intrusismo laboral en el que creen que ha incurrido el acusado.

jueves, 11 de marzo de 2010

LA LISTA (III)


Recuerdan el primer caso juntos, el que forjó la amistad y confianza férrea en el otro. Aún parece que fue ayer cuando esperaban en el coche, mientras en la calle…

…en la calle llueve a cántaros. Están situados en la entrada de un mercado, en una barriada marginal de una ciudad europea. Se han acabado las prácticas ya. Hoy toca estreno, y es una papeleta difícil.
- Señores, esta es la situación. El inspector Alejandro López, de la policía española, será la punta de lanza. Dimitri, de la FSB, cubrirá su culo, inspector López. Su compañero González estará arriba limpiando su vía de escape. Dos agentes británicos están dentro. No opondrán resistencia.
Todos ustedes conocen al sujeto que queremos pillar. Cuando pida clemencia, recuerden que le buscamos por violación y asesinato de menores, maltrato, y torturas a disminuidos. Es posible que lloriquee un poco. Si es así, graben a fuego en su mente la imagen de los niños destripados y abiertos en canal; era su máxima diversión. Según lo previsto los británicos han limpiado la zona de abajo. La de arriba es cosa nuestra. Los quiero a todos. Da igual si vivos, muertos, a trozos o por fax ¿alguna duda?
- No, señor.



- Dimitri eh?, oye, ¿Qué significa FSB?- preguntó Alex
- Federal'naya Sluzhba Bezopasnosti. Servicio Federal de Seguridad.
- ¿Como el KGB?- inquirió González
- Si. Somos la agencia sucesora del KGB.
- Ah, pues bien.

- Nenas, al turrón. Vamos, salid fuera.

Salieron fuera. Gonzo se dirigió a una escalera exterior y subió al tercer piso. Desde allí cubriría la marcha atrás de sus compañeros. Alex y Dimitri avanzaron a toda prisa hasta la puerta…
Se armó la de Dios es Cristo. Todo era humo, astillas, casquillos de bala y sangre por doquier. Las balas silbaban y perforaban todo lo que encontraban a su paso. Algo se tuerce y liquidan a toda la banda, dejando vivo sólo a un correo, un muchacho paliducho, de aspecto enfermizo y cara granujienta. Cuatro policías murieron en la refriega. Dimitri se llevó dos balazos en una pierna. Alex recibió una bala desviada que le rozó la sien, un corte en el cuello y un balazo a quemarropa en el pecho que le provocó un morado enorme y un dolor de pecho tremendo durante dos semanas. Y eso gracias a la placa de cerámica del chaleco.
Gonzo se llevó la peor parte. Un balazo le destrozó la clavícula. Recibió dos navajazos en la cara y una nube de perdigones en el culo. Tuvo que dormir boca arriba durante un mes. Aún recuerda el dolor lacerante…
- … no veas cc ccomo me dolía el pput- putto culo, tío.
- Lo sé. Anda que no era gracioso verte, Gonzo.
- Calla, c-cabrón. Tchek!
Y, en ese momento, un tic recorrió su brazo e hizo que se tirara el Whisky por la cara.
- Caggg- joder. MIERDA!!
- Jaja. Toma una servilleta. Venga, vámonos, que ya es tarde y llevo muchas copas encima.
- Vale. Ccóbrese.
Mientras se ponían sus chaquetas, el camarero les trajo la vuelta.
- Aquí tienen, señores. Que tengan buena noche.
- Grr- gracias CARA CULO! Joder, pperdón.
Y salió corriendo. Alex subió a su habitación, se puso el pijama y cerró la ventana, bajando la persiana y corriendo las cortinas. Cerró la puerta del baño, cubrió el espejo con una sábana y se metió en la cama.
Volvió a soñar.
Iba sobre una tabla de surf, en medio de un mar embravecido. El sol, a punto de ocultarse, tenía el agua de tonos ambarinos, casi rojizos. Él se aferraba con fiereza a la vela de la tabla, nervioso. Con un golpe de mar fue arrojado a las aguas. Comprobó con asombro que no era agua, sino sangre, a borbotones. Intentó asirse a la tabla y volver a subir, y cuando consiguió alcanzarla, descubrió que la vela no era tal. Era una cuchilla enorme, mellada, con cuajarones de sangre coagulados, y restos de pelo adheridos al filo.
Despertó empapado, moviendo los brazos e intentando despegarse la sangre que le embadurnaba. Estaba cubierto de sudor. Suspiró, y se sentó en la cama. Se sirvió una copa, y se la embutió de un golpe. Sentado en la cama, recordaba cosas que no quería rememorar, mientras se tomaba la segunda copa.
Poco a poco le fue venciendo el sueño, hasta que terminó recostado en la cama con el vaso encima, dormido, sin atisbo de preocupaciones.

martes, 9 de marzo de 2010

EL CAPITAL CATOLICISMO

El otro día me pasó en el Mercadona, era viernes, y por megafonía pusieron una cuña que decía algo así como: "por cuaresma llévese nuestro magnífico bacalao...". Me encantó. Sobretodo porque era una cuña, no era la chica de la caja que agarra el micro y "les recuerda a nuestros señores clientes que pueden comprar..." con esa voz que sólo las cajeras saben poner cuando agarran a un micrófono - que digo yo, ¿cómo será una cajera en un karaoke?-. Una cuña es eso que se graba desde la central, en un estudio de grabación y se le pone esa maravillosa sintonía del "mercadoooooooona, mer-ca-do-o-ona" y que, por lo tanto, te hace pensar que se emite en todas las tiendas de la cadena.

Sé que hay otros ejemplos en los que el hecho religioso, concretamente católico, se abre paso en esta sociedad laicalizada a golpe de decretazo unas veces por el rencor ignorante de unos, y otras por el timorato complejo electoralista de otros, y llega de la mano del capital que sólo sabe de dinero y precisamente por eso busca la manera mas directa y sincera de llegar a sus clientes, sin ambages ni complejos.

Vamos, que a mi me encanta oír hablar de cuaresma en el Mercadona. Me parece una bofetada en la cara a la estupidez oficial que ha convertido en tabú algo que está en el corazón, el alma y la historia de este país.

viernes, 5 de marzo de 2010

LA LISTA (II)


El salón estaba en penumbra. Figuritas de cerámica, algunas medio rotas o mal pegadas, yacían por la mesa mal dispuesta. Papeles y recortes de prensa se amontonaban junto a lápices y bolígrafos a medio gastar.
Las llamas de la chimenea provocaban temblorosas sombras en las paredes. Un mar ambarino refulgía en la copa que sujetaba en las manos. Estaba dormido. El libro, antes apoyado en las piernas, ahora estaba en el suelo, mostrando la cara sonriente del autor en la contraportada, en una de esas fotos de las que luego se arrepienten todos de haberlas hecho.
La casa, de dos plantas, estaba sumergida en sombras. Silencio absoluto, roto por algún que otro petardeo de la chimenea, y por sus ronquidos.
En la urbanización, era el único chalet habitado en varias manzanas. El invierno, frío y desapacible, invitaba poco a habitar esas casas, destinadas y diseñadas para el uso veraniego.
Sonó el móvil. El hombre se sobresaltó y derramó la copa de brandy por la pierna y la alfombra. Del impulso, colgó la llamada, mientras se miraba la pernera mojada y mascullaba:
- Pero qué mierda es esta…
Vio que no conocía el teléfono que le había despertado. Dejó el móvil en la mesita, y removió un poco la chimenea. Se desperezó, mientras cogía un par de troncos y los echaba dentro.
El móvil volvió a sonar. No conocía el número, y su agenda estaba vacía. No tenía ningún teléfono registrado.
- ¿Digame?
- Señor López?
- Si, ¿quien llama?
- ¿Alexei? ¿Eres tú?
- Si. ¿Dimitri?
- Si. Válgame el cielo, Alexei. Me ha costado mucho dar contigo.
- Dimitri!, hace tiempo que no sabía nada de ti.
- Si, Alexei. Hace tiempo que no quieres saber nada.
- Entiende que, con lo que ocurrió, pues…
- Si. Tranquilo. Oye, vente a Madrid este sábado y comamos juntos. Tengo ganas de verte.
- ¿El sábado? ¿mañana? No sé si podré.
- Vamos, Inspector. No puedes faltar.
- Sub-inspector. No lo olvides, viejo amigo.
- Venga. Te espero donde siempre.
- ¿De la Riva?
- Si. A las dos. No te preocupes, dormirás en mi casa.
- No, iré a un hotel, gracias. Además creo que iré hoy, si puedo.
- Bien. Si necesitas algo, llámame.
- Gracias.
Mientras hablaba, había salido al pasillo y paseado por él, mirando todo y a la vez sin darse cuenta de nada. Mirada perdida, sin fijarla en ningún sitio, hasta que descubrió el enorme espejo encima del aparador. La sábana que lo cubría se había desplazado un poco, y mostraba una esquina y casi todo un lateral. Rápidamente lo cubrió de nuevo.
Entró en su habitación y preparó una maleta pequeña. Dos trajes, muda, varias camisas y el pijama. Bolsa de aseo con todo lo necesario. De su mesita de noche sacó su arma, una Walther PP del 9 corto. La sopesó, y la guardó de nuevo. Se dirigió al armario, abrió el altillo y extrajo de él una caja de madera con incrustaciones de nácar. Dentro de ella, su revólver, regalo especial de Dimitri. Un Smith & Wesson modelo 29, con su funda sobaquera en piel. La colocó en la maleta.
De un cajón del armario sacó su otra arma, la Beretta 950B. La colocó en su funda tobillera y se la anudó. Salió al pasillo. En el aparador descansaba su teléfono. Llamó e hizo una reserva de dos noches en el Claridge. Comprobó que la puerta de la escalera, que llevaba al segundo piso, estuviera cerrada.
Redujo el fuego a rescoldos y cerró el salón. Apagó la luz del aparador, salió y cerró la puerta. Todo en la casa destilaba oscuridad y silencio. El espejo seguía tapado. Las fotos del aparador, todas vueltas hacia la pared, o boca abajo.
Cerró la verja, arrancó el coche y salió a la autovía, dirección Madrid. El coche era viejo, pero aún aguantaba bien, y tenía buena punta de velocidad. Puso música; de Goldfrapp pasó a Rammstein, Muse, Metallica, y luego la nada. No tenía ganas de música.

Comenzaba a llover cuando llegaba a Madrid. El aparcacoches guió su coche, y éste vio como lo engullía la boca inmensa del garaje.
Un botones se aprestó a coger su maleta. En la recepción, una atractiva morena le sonrió y le preguntó si deseaba algo.
- Si. Tengo una reserva. Alejandro López.
- Un momento, Señor López…ajá, aquí está. Habitación 710. ¿me deja su documento de identidad, por favor?.. no, espere. Sale aquí su ficha.
- ¿710, verdad?
- Si. ¿Desea algo más?
- ¿El restaurante está abierto?
- Si. Si lo desea, podemos subirle a su habitación lo que pida...
- No, gracias, el restaurante estará bien.
- Disfrute de su estancia entre nosotros. Bautista, lleve la maleta del señor a la 710.
- Gracias, señorita.

Después de colocar las cosas bajó al restaurante. Pidió algo frugal, ensalada y bistec. De postre, helado, y un café con hielo. Renegó del chupito. Tomaría una copa en el bar.
En la barra del bar pidió un Montecristo, e hizo una concesión a sus años de actividad; pidió un Seven Tiki con limón.
Una mano se posó en su hombro. Sobresaltado, se giró, echando mano a su sobaquera y maldiciendo, porque había dejado su arma en la habitación.
- Tra-tranquilo, Alex
- Por dios, Gonzo, no me pegues estos sustos.
- Me a-a-alegro de verte, Alex, cabronazo.
Se abrazó con su amigo y antiguo compañero. Se sentó frente a él. En ese instante, el camarero se le acercó y le preguntó:
- ¿Desea algo el caballero?
- Whi-whisky. Macallan. Con dos piedras. ¡vamos, hijo de puta!
Seguidamente se puso colorado, y se fue corriendo al baño. El camarero se quedó mirando a Alex, con los ojos como platos. Alex rió, y le aclaró al azorado camarero:
- Discúlpele. Su intención no fue ofenderle. Padece el síndrome de Tourette.
- Síndrome de ¿qué?
- Es una enfermedad neurológica, algo compleja, con tics, movimientos involuntarios, toses, carraspeos, y palabras malsonantes u ofensivas.
Créame si le digo que está profundamente avergonzado de lo ocurrido. En adelante, si necesita algo, diríjase a mí, ¿de acuerdo?
- Por supuesto, señor. No hay problema.
- Gracias.

Pedro González, alias Gonzo, regresó del baño, con una mezcla en la cara de diversión y vergüenza. Alex rió torvamente, mientras le tendía su Whisky.
- Tranquilo. El camarero ya está avisado. ¿cómo llevas lo de tu síndrome? Y, ¿cómo sabías que estaba aquí?
- Dimi-dimitri me avisó. El síndrome, pues dando por culo, como siempre.
Y dicho esto, chasqueó la lengua (tchek), y puso los ojos en blanco, con cara de no haber roto un plato nunca.
- La vieja gu-gu-gu, MIERDA!!, la vieja guarddddia vuelve de nnu-nuevo
- Eh, calma. Sólo es una reunión informal. Dimitri me citó a comer mañana, y no sé nada más.
- Ah, pues va-va-vale. No diré nada más.
- ¿Algo que yo no sepa?
- Todo a su-su-su PUTA MADRE!, a su tiempo.

Pasaron las horas muertas recordando sus antiguos casos. Sus intervenciones, antes la última, la que denominan LA GRAN CAGADA.

miércoles, 3 de marzo de 2010

MARICÓN DE MIERDA

Hubo una época en mi juventud que conocí a un tipo en mi clase de entonces. Era un poco rarillo (en aquella clase éramos unos cuantos de ésos), por aquél entonces aun no se había acuñado el término "freaky" y pienso que debió ser él precisamente quien lo inspiró. Le apasionaban cosas como ciertos cómics de los que yo no había oido hablar en mi vida. Era tan flipado de la cosa japonesa que hasta estaba aprendiendo japonés para leer mangas en versión original (¿?), le apasionaba el rollo de los juegos de rol, las artes marciales y las katanas. De hecho, en mi interior supe a ciencia cierta que el asesino de la katana debía ser alguien de este estilo.

Socialmente era bastante nulo. Incluso hoy en día cuando nos reunimos varios de aquella época a veces sale él en la conversación y no faltan risas sobre lo brasas y lo raro que era. El pobre intentaba relacionarse, pero era de los que les das la mano y te cogen hasta el pie. Si le dabas un poco de cancha en el café o en el pasillo, el tio ya te estaba diciendo a todas horas que si te tomabas el café con él, que si le acompañabas a por no sé qué cojones de Kimono ¡kia!, que si te acompañaba a casa... Tengo debilidad por esa clase de personas. Aunque los años y experiencias como la que tuve con él me han ido dando cierto callo que me ayuda a evitarlos... un poco.

En el transcurso de los años en que compartimos aulas, pasillos y cafés, el descubrió su homosexualidad. Siempre tuve mis dudas acerca de que eso fuera un descubrimiento y no mas bien... una decisión. Pero no viene al caso entrar ahí, y además no deja de ser una especulación. El tema es que con ese hallazgo nuestra amistad se volvió vastante incómoda y no porque él pretendiera nada conmigo, al contrario, me respetaba mucho, entre otras cosas porque sabía que yo era muy católico, romano y apostólico y que tenía muy interiorizada toda esa doctrina. Pero al mismo tiempo ( y siguiendo precisamente esa misma doctrina al pie de la letra) traté de mostrarme no sólo "tolerante" que me parece una expresión de mierda que significa que te jodes y aguantas lo que te echen, sino que me dediqué a comprenderle, escucharle, quererle y respetarle. Y claro, eso en esta sociedad de colgados que van a su bola y que no tienen quien les dedique ni cinco minutos si no es para sacar algo de ellos, pues es un chollo. Y él así lo vió, y me tomó la mano, el brazo, el pie, y lo que hizo falta. Recuerdo aun con sonrojo como el tío al final, me comentaba lo buenísimo que le parecía el pavo que acababa de entrar por la puerta del bar... -ya hombre, pero tienes que entender que yo, eso, a mi no me parece bien... y además tu lo que tienes que hacer es ir al confesoro, merendar con él, pasear con él, pernoctar con él ¡ah, no, eso precisamente no!

En fin, me acabé pirando de aquellas aulas y de ésta ciudad, y pasaron los años (¡diez o más!) y no volví a saber nada de él, ni de nadie que hubiera sabido nada... hasta ayer. Que me le encontré por la calle. Sinceramente me alegré de encontrarmelo, le llegué a coger cierto aprecio (si no no se explicaría lo que he contado en el párrafo anterior salvo que yo fuera un psicópata con un serio trastorno bipolar) y me encantó tener la oportunidad de saludarle, y ponernos al día. Le conté que tenía trabajo, que me había casado y que había tenido algún crío. A lo cual me respondíó emocionado que ¡él también se había casado! y que si algo bueno habían hecho los socialistas era precisamente lo de los matrimonios gayers... A eso podía yo haber respondído enérgicamente el título de éste post y haciéndolo, huibieran hablado algunas de mis entrañas. Le respondí, sin embargo, que me alegraba mucho de verle tan feliz y no mentí. Y creo que en realidad eso es más cristiano que, despues de diez años, ponerme a darle la chapa.

Como a pesar de los años y el escarnio, no termino de aprender nunca, me apunté su móvil, y me he hecho el firme propósito de llamarle para tomar un café.

martes, 2 de marzo de 2010

LAMPONE (el de Puzo)

Lampone despertó sobresaltado con la sensación de haber gritado de verdad y no sólo en sueños. La imagen de aquella joven con esas extrañas agujas de madera clavadas en los ojos aun permanecía en su retina... El llanto sordo del bebé le confirmó que había gritado de verdad y le trajo definitivamente al mundo real. Guida, su mujer, hizo un movimiento perezoso emitiendo una suerte de gruñido y pronto volvió a roncar. Se levantó cubierto de sudor y bordeó la cama hasta llegar a la cuna. Tanteó a ciegas al lado de la cabecita de su hijo hasta que encontró el chupete. Se lo colocó y en seguida el llanto cesó en forma de ligero suspiro. Otra vez reinó el silencio.

Se acercó a la ventana y tiró del cordel para enrollar un poco más la persiana de madera. Una levísima brisa entró por la ventana que, al contacto con el sudor que cubría todo su cuerpo, le resultó profundamente refrescante. Se acodó en el alféizar, todavía algo turbado por aquél extraño sueño, y miró las hileras de cepas que se extendían frente a él en dirección a la cima de la loma donde estaba el caserío de los señores y la bodega de la finca. Se las veía perfectamente gracias a aquélla espléndida luna llena de agosto... se quedó mirando el cielo limpio y oyendo el silencio, roto sólo por algún grillo despistado. No debía faltar mucho para el alba, pero aun no se atisbaba ninguna claridad. Mas allá, al norte, el mundo se desangraba en aquella gran guerra que parecía que no iba acabar nunca recorriendo como una nueva peste todo el mundo, país por país.

Se giró, como queriendo apartar de él aquellos oscuros pensamientos y miró a su mujer ahora iluminada de azul. Dormía apenas cubierta por una combinación de hilo algo raída, Los diez embarazos habían sido crueles con su cuerpo. Estaba lejos de ser la atractiva jovencita que había conocido en Vittoria hacía ahora quince años. Vivían en un aprisco para ganado apenas habilitado para alojar a toda la familia. El suelo era de tierra y preservaban su intimidad colgando mantas a modo de tabiques de unas cuerdas que atravesaban la casa de una punta a otra colocadas a tal efecto. Por la mañana las retiraban, así como su colchón de lana y los demás ya que el poco espacio que tenían pasaba a convertirse en cocina, comedor, etcétera.

Miró a su bebé y pensó en el sueño, como si tuvieran algún tipo de relación, y recordó la extraña ciudad futurista, aquella habitación lujosa y tan limpia, aquel extraño aparatito blanco que emitía esa especie de música infernal... Y como por algún capricho de su mente, pensó en prosperar, en sacar a su familia de aquella miseria y llevarla a otro mundo, mejor. Ese mundo existía y tenía nombre. Se llamaba América. Hablaban en sus cartas, los que habían ido allí, de grandes calles, edificios altos, trenes elevados y maravillas que le recordaban aquel extraño sueño. Y pensaba en la esclavitud que les condenaba a ser propiedad de los señores generación tras generación mientras siguieran en Sicilia. Su rostro se iluminó. Pensó en los que habían marchado ya a América, aquél país libre, ¡sin dueños ni señores! La llama de la determinación se había encendido en él, en ese preciso instante de aquella calurosa noche de agosto de 1917, y algo le decía que ya no se apagaría nunca ¡una nueva vida!

Se inclinó sobre su recién nacido, le besó y le dijo, casi en voz alta: -¡Rocco, tu crecerás en Nueva York! ¡tu vivirás libre!

Rocco giró la cabeza y suspiró profundamente dormido.

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Dedicado con cariño a nuestro Rocco, en homenaje a su nick.

lunes, 1 de marzo de 2010

CARLA II


Pese a que a las nueve todavía solía haber cierta actividad en la oficina, hoy parecía todo más silencioso. Al otro lado de la puerta de su despacho sólo se oía un murmullo sordo en comparación con estruendo de hace unas horas de ordenadores, impresoras, faxes...

Carla soltó el portafolios y lo dejó encima de la mesa, perfectamente encajado entre los límites de la misma. Alzó la vista y se levantó lentamente. Una vez incorporada, y de camino hacia el perchero donde colgaba el abrigo Carolina Herrera rojo que se había comprado el último fin de semana, aprovechó para ordenar algunos papeles en las estanterías de la pared. Cogió el abrigo con el antebrazo y el bolso Loewe a juego con los zapatos marrones, comprados en su último viaje a Andorra, y se dirigió a la puerta lentamente. Cuanto ya tenía el pomo de la puerta entre sus blancas manos miró de nuevo a la mesa y calló en la cuenta de que no era seguro dejar el portafolios ahí. Se dirigó de nuevo a la mesa y metió el portafolios en el primer cajón de su mesa, porque era el único que tenía suficiente espacio y llave. Lo metió, cerró la llave, la guardó en el bolso y se dirigió de nuevo a la puerta, dejando ya tras de sí el inico de un prometedor futuro.

Al llegar a la puerta, giró el pomo lentamente y abrió un poco hasta que entró algo de luz de fuerta. Viendo que ho había nadie a la vista (el cuerpo de secretarias se solía ir a las siete) apagó la luz de su estancia cruzó rápidamente hasta cerrar en un sólo movimento.

Miró a ambos lados y comenzó a andar rápidamente hacia los ascensores. De repente notó una presencia detrás. Giró la cabeza mientras aumentaba el paso y se dio cuenta de que Carlos también salía de su despacho.

Carlos era un enemigo. Doctor en Management por la Harvard, con un flamante MBA en la Columbia había trabajado durante más de seis años en la BCG como consultor en varios niveles. Durante ese tiempo pudo realizar proyectos en finanazas y energía que le consolidaron dentro de la cosultora. Llegó a tal nivel que nadie dudaba que en breve le propusieran ser socio de la firma. Probablemente hubiera sido así si no se hubera cruzado en su camino su actual mentor: el Director General. El asunto venía de familia (de los que llevan un "de" delante), y como a nadie le amarga un dulce, ni un sueldo de seis cifras encabezado por un dos, y el horario era infinitamente más humano, entró desde lo alto a su actual puesto. Siempre llevaba traje con una fina raya diplomática.

Carlos se había cruzado en el camino de Carla cuando menos se lo había esperado ella.