lunes, 9 de abril de 2012

4 DÍAS





Efectivamente, son 4 días. Hay gente que se empeña en llamarlo de otra manera, sobre todo aquéllos que todavían mantienen vesgios culturales pasados. Yo soy uno de esos.


En mi empresa me dieron dos días (obligatorios, por otro lado) para tomar en estas fechas tan señaladas de la semana pasada. En general en el ambiente pululaba la idea común de que estas eran "las vaciones de Semana Santa", pero seamos sinceros, no era otra cosa que un puente medio (nada que ver con determinados acueductos de diciembre, que si se empalman bien a base de días libres y bajas por enfermedad con Navidades ejemplifican perfectamente el calendario laboral español tan denostado por nuestros vecinos europeos).

Camino a casa, con los pinganillos en la oreja, escuche en la radio entrevistas a inocentes e ingenuos sobre qué iban a hacer estos días, y todos compartían la idea de que aunque la gasolina estuviera a precio de bocata de anchoas, merecía la pena hacer una escapada un par de días.

Y yo pensaba: lluvia, atascos, hosteleros avispados, voraces y famélicos en busca de gorrines que sangrar, carreteras mal mantenidas y peor conservadas, multas y tasas por cada golpe de respiración, etc... y todo por un par de puxxteros días vete tú a saber dónde haciendo vete tú a saber qué: No compensa.


Y a medida que pasaban esos días y entrábamos en un fin de semana normal, veía la edición on-line del telediario, con cofrades llorando, cielos nublados, nieve hasta en la sopa, etc., me decía: ¡si sólo son dos días! Esto se está convirtiendo en una ginkana del trabajador permanentemente deprimido por autoflagelación.

En fin, el domingo por la calle pude observar coches llenos de esperanzas frustradas, de Semana Santa de 9 días que en realidad sólo dura cuatro, de las cuales dos son de carretera, de buen tiempo pasado por agua, de carteras vacías y estómagos poco agradecidos, de ojos puestos en la próxima fiesta, y de esa capacidad infinita de autoengaño que nos ha traído donde estamos.

Yo me dediqué a dar de comer a mis pececillos, que son cuatro, y que ya han cumplido casi dos meses en su precioso acuario.

1 comentario:

Chirly dijo...

Sale más a cuenta cogerse dos días (el lunes y el martes próximos, por ejemplo) y ya te has hecho una Semana Santa cojonuda. Lo malo es el cole de los niños... ¡mpfff!