miércoles, 2 de febrero de 2011

MOLITURISMO

A Molinos el blog se le está yendo de las manos. Mejor dicho sus descerebrados lectores se están descerebrando de verdad. Tras el baño de multitudes que se dio la semana pasada dedicándoles dos post y medio seguidos (lo del medio es por el post dedicado al tercer cumpleaños del blog, cosa que celebran tanto o mas los lectores como la propia autora), una llegó a afirmar en un comment que había estado merodeando por el apartado pueblo de SOS buscando la "casita de las montañas". Lo que Molinos no sabe es que la ínclita fue con un cerrajero y se hizo una copia de la llave para poder entrar cuando la familia Moli duerma en su próxima escapada... ¡Buf, qué miedo!

No me mola reconocerme "descerebrado" por que yo soy un tío muy serio y muy responsable, que tengo un trabajo importante y una gran familia que piensa que soy un padre mentalmente equilibrado y trabajador. Ser lector acérrimo de "Cosas que (me) pasan" lo contradice a las claras. Pero no puedo evitarlo, me encanta la ironía, mordacidad y acidez con que "Molinos" describe lo cotidiano, se ríe de las moderneces picopadagógicas que tratan de vendernos por ahí a los que somos padres, y me admira profundamente su capacidad de escribir, escribir y escribir mucho y muy bien, ¡y además le queda tiempo para vivir! (capítulo a parte está lo del leer, que lee mas en un mes que yo en todo un año). Pero ¿cuántas Molis hay? Ese debe ser el truco, acabo de caer en la cuenta. En realidad es un grupo de personas que escriben bajo una misma identidad, si no, no se explica.

Pero me voy por las ramas, lo que quiero contar, alentado tras comprobar que no soy el único que ha pasado de "descerebrado" directamente a la categoría de "psicópata maniaco-perseguidor" es lo que hice en un frío y húmedo cuatro de enero del presente: El universo todo estaba de vacaciones de navidad o comprando regalos de reyes como posesos en los centros de las ciudades. Yo no, a mi el trabajo me había llevado a la sierra de Guadarrama. Había terminado de hacer lo que tenía que hacer lo suficientemente tarde como para desistir de ir de nuevo a Valladolid a la oficina, pero lo suficientemente pronto como para darme un garbeo por la zona, porque todavía era de día. Había pensado ir a un centro comercial que hay cerca, en Collado, para aprovechar que en la Comundidad de Madrid las rebajas ya habían empezado pero al poco de emprender la marcha en mi camino se presentó ante mi éste inmenso cartel:


No pude evitarlo. Si creyera en las señales divinas sin duda la habría interpretado como una de ellas. Así que como un hijo bueno y obediente giré el volante y me metí por una carreterilla que a cada metro ganaba puntos para convertirse en caminejo. Lo del día húmedo le daba su punto: me daba pie para escribir cosas como "Jirones de nubes que bajaban cabalgando por la sierra y envolvían todo de un halo mágico y fantasmagórico hicieron que las primeras casas se presentaran ante mi como fruto de una aparición". Si, en serio, como si hubiera hecho un viaje interdimensional y hubiera aparecido en el plató abandonado en el que se rodaban las pelis de Marisol. Entonces recordé haber leído en el blog del Molinos que el Ingeniero (su marido) lo definió cuando lo visitó por primera vez como lugar de "veraneo franquista". No puedo estar más de acuerdo.

Me interné por las calles mojadas del pueblecillo. Algunas desembocaban en caminos de lo más apetecibles (tengo un verdadero problema con lo de meterme en caminos "a ver a dónde llevan" que me ha dado a mi también buenos "momentos estelares de mi vida"), pero caminos al fin y al cabo. La humedad convertía la tierra en barro y pasé de perderme en un lugar extraño, atrapado para siempre fuera del espacio y el tiempo. Así que después de merodear un rato, mitad buscando la salida, mitad satisfaciendo mi curiosidad, Me pregunté "¿qué coño estoy haciendo aquí?"

Y en un momento de lucidez decidí dejar de hacer el psicópata y pirarme ya. Entonces fue cuando la idea de estar atrapado en una especie de paradoja espacio-temporal comenzó a tomar cuerpo porque, me metiera por donde me metiera, siempre acababa en el mismo punto en el que la calle giraba y se convertía en camino de tierra que transcurría al lado de una parcela con seto y luego se internaba, bosque arriba, hacia la sierra. "Pasando, pasando, pasando... que yo me piro de aquí".

Y me piré. Tengo un sentido de la orientación a prueba de paradojas espacio-temporales que me ayudó a encontrar una carreterilla con pinta de llegar a algún sitio, pero una nueva señal volió a abducirme. No la fotografié porque ya no estaba para chorradas, pero la seguí obediente como un buen abducido. Era una flecha blanca en la cuneta que indicaba "Casa Santoña". Es otro hito del Molirismo que se me quedó grabado leyendo el blog porque a mi Santoña y todo lo que tenga que ver con Cantabria se me queda.


Esperaba encontrarme un antro inmundo en el que sólo cabe acabar rodando por los suelos a golpe de gintonics y me encontré con un restaurante cuco con una pequeña barra en la que me calcé una tosta de salmorejo que me hizo llorar abrazado al camarero durante dos horas. Cuando se desembarazó de mi y me hizo pagar lo que se debía me fuí de ahí pensando que cuando vuelva a pasar por la zona con alguien, me chulearé didciendo "te vi a llevar a un sitio que ya verás" (si hubiera sido la hora de la comida me hubiera pedido una ensalada de tomate con mozarela y anchoas que venía en la carta que tiene que estar buenísima). Mientras me volvía a la carretera-camino del viaje interdimensional y despedía las últimas casas intentando imaginar cuál de ellas sería la de Moli y cuál la de Serrano-Suñer, me preguntaba si después del enoturismo y el narcoturismo no estábamos asistiendo al nacimiento del "Moliturismo" ¿No debería el alcalde de la pequeña localidad serrana que poner en marcha la señalización de los "Lugares Molineros"? ¿son conscientes sus convecinos de la impagable labor de difusión y promoción que está haciéndose desde ese blog? ¿quizá debería Moli empezar a conservar los cascos de Bombay Saphiere que deja vacios para poderlos vender después a los turistas que vendrán en peregrinación con ganas de llevarse un recuerdo de su excursión? Desde luego yo me hubiera comprado una, la habría llenado de agua, y la bebería a diario convencido de sus cualidades desnaturalizadoras.

Ahi queda eso.

8 comentarios:

molinos dijo...

Flipo, flipo, flipo y flipo.

Estoy tan alucinada que no puedo decir nada más....

La moli-editora dijo...

Moli solo hay una. Doy fe por la sencilla razón de que la conozco. Mucho. Y te puedo asegurar que es talmente como en el putoblog. Claro que, llevado por tu arrebato moliadicto, puedes llegar a pensar que ésta que te escribe es ella misma haciéndose pasar por mí...y que yo en realidad no existo.Ufff!!!...Voy a dejarlo, que yo no gestiono bien los vacíos espacio-tiempo. Mola tu post. Mucho, mucho. (y me lo ha pasado moli, que está estupefácticamente sorprendida).

Chirly dijo...

Bueno, bueno... no es de tanto flipar, podía haber dejado la cosa en un "El otro día andaba por la zona, vi una señal de Los Molinos y me acerqué a echar un vistazo. Es realmente franquista, pero mola mogollón. Según me iba me topé con la Casa Santoña y como era la hora de la merienda entré a tomarme un pincho. Me fui de allí encantado de conocer los escenarios de las historias que cuentas" o algo así, pero eso no daría para un post ni tendría mucha gracia...

En cualquier caso, el ratillo divertido no me lo quitó nadie. Y me alegro que mole el post. Es de echarse unas risas, nada más.

javi dijo...

Hola me llamo Javi y soy Moliadicto.

(Todos: ¡Hooola Jaaaaviiii!)

Tengo que confesar que la ultima vez que pare en Alpedrete a ver a mi hermana se me paso por la cabeza pasarme por Los Molinos. Pero fui fuerte y me pude resistir a la tentación...

(Todos: ¡Si! ¡Bieeeen!)

porque fuera hacia un frio del carajo y no habia quien saliera de la casa.

(Todos: ¡...!)

Rocco Lampone dijo...

Buen post, si señor.
esperemos que ahora no se vuelva usted, sr chirly, un sociópata, o un filocomunista, o un narcocolumnista...

Y tres hurras por moli y su blog, claro está...

molinos dijo...

A ver..que iba a mandarte un correo pero no tienes en el perfil.

Ahora que me he repuesto de la sorpresa sólo tres cosas. Te ha quedado un post muy chulo. El camarero al que te abrazaste era uno de mis primos pesadillas y probablemente te cruzaste conmigo en algún momento..yo estaba en Los MOlinos ese día paseando con laz princezaz.

Ah..¿ viste la capilla al lado de Santoña? Ahí me casé yo.

Pues eso, que muy chulo.

Chirly dijo...

Hola Javi, se bienvenido y cuentanos tu experiencia...

Moli-editora: ¡Estás jugando con mi mente, tia! Bueno, sólo un poco, pero me alegro de que te guste el post. Si Moli es como refleja en su blog, tienes suerte de ser su amiga porque debe ser divertida... si está de tu lado.

Anónimo dijo...

Y el Moliturismo sale más barato que irse a Portaventura...