jueves, 12 de noviembre de 2009

EL AMIGO MANTIS



A veces te encuentras con un tipo de persona que notas que te está midiendo... habitualmente son gente que parece abierta, simpática y generosa. Te abren la puerta de su amistad de par en par con una generosidad que asombra al que como yo (será por uraño, será por castellano) no está del todo acostumbrado y claro vas tu y entras. La cagaste Burt Lancaster.

Normalmente lo primero que te atufa es comprobar que tiene un buen puñado de enemigos, gente que "le ha fallado", a la que no duda en criticar sin venir a cuento, y a pesar de que aparentemente guardan una relación formal y de buen rollo ¡desconfía si no lo has hecho ya!. Nada te haga pensar que no serás tu el próximo objeto sus críticas cuando te des la vuelta después de darle un fuerte abrazo y saludarle con amplias sonrisotas.

Luego notas cómo el tipo lleva una contabilidad escrupulosa del debe y el haber de sus amistades; todo ahí apuntadico en su libretita mental de agravios, donde abundan más éstos que los méritos para con él, y sin embargo es al revés de él para con los demás; por supuesto él no comete ni un sólo agravio ¡Nunca!. Es entonces cuando sabes que ha abierto una nueva línea de crédito en su contabilidad que lleva tu nombre. ¡Y ya tiene el lápiz en la mano, dispuesto a empezar apuntar!. Y te pregunta, inquisidor, qué plan hiciste el sábado por la noche y ya puedes tener una buena coartada que explique porqué no estaba él ahí. Claro, como él te ha abierto la puerta de su cocina desde el primer día se siente con todo derecho de que cuentes con él para acompañarte al funeral de tu tía Eutilia. ¡Es lo que hacen los muy mejores amigos! ¿no?.

Estás pillado, caíste en su trampa. Con él sólo puedes acabar de dos maneras: Mal o siendo un esclavo de su clavo. Si acabas mal con él, no solo te tendrás que comerte el marrón de tener un enemigo sin comerlo ni beberlo, sino que además te verás expuesto a la difamación que hará de tí ante todos sus amigos y conocidos que, dado su carácter aparentemente abierto y extrovertido que describí al principio, no son pocos.

En realidad, al final resulta que la gente que te importa sabe bien como es él y como eres tu, y la difamación no es tal porque a esta clase de personas se les acaba conociendo y terminan por no encontrar quién les dé crédito. Hoy he descubierto que uno que tenía por amigo es así, y lo triste es que me he dado cuenta porque le está enseñando a ser igualito a su hijo: "A éste no le invites que él hizo una merienda en su casa y no te llamaron a tí".

¡Mezquino!

4 comentarios:

Boooz dijo...

Sr. Chirly: he tenido un día complicado y tengo la mente un poco espesa, pero me atrevería a poner nombre y apellidos a varias personas con su descripción.

Voy a introducir un doble salto mortal: ¿Y si además estamos hablando del jefe de uno? Entones el tema se complica todavía más, ya que entramos en extrañas lealtades en la sombra. Resulta difícil convivir laboralmente en un mundo marcado por personas así.

Por cierto, anotar y subrayar en este punto la impresionante contribución del Sr. Al Neri en el post de ayer. Una cosa es hablar en broma y chascarrillo con algo de cultura de Wikipedia (como sabe el Sr. Chirly, a poco más llega uno: si él es guijarro yo soy la arena), y otra dominar todo un temario, como en la exibición que hizo ayer el Sr. Al Neri.

Insisto, enhorabuena por la contribución, y que siga subiendo el nivel!!

Aprendiz dijo...

Sí que hay mucha gente así. A mí me pasa a veces que desconfío cuando veo a alguien demasiado amable, demasiado pendiente en ayudarte, agradarte, que es muy efusiva sin casi conocerte... y más si encima en dos segundos te cuenta su vida, que trata básicamente de a todos los sitios que ha ido, todas las fiestas que se pega y la gente que le cae mal o al gente importante que conoce.

Suele ser gente muy insegura que solo busca reconocimiento. Es una lástima la verdad.

Al Neri dijo...

Yo también tengo "amigos" y conocidos así. Lo que pasa es que por mi particular forma de ser no me dan ni frío ni calor. Yo hago los planes que me da la gana con quien me da la gana y se lo digo sin tapujos a quien sea, les guste o no. Paso soberanamente de los chantajes emocionales. A la cara nadie se atreve a hacerme reproches en mi grupo de amigos, ya me conocen. Además me la refanfinfla lo que digan de mí. Soy bastante autista en el tema de las relaciones amistosas (la mayoría de las cuales no son realmente amistosas, pero bueno).

Anónimo dijo...

Qué fino y educado Chirly! Llamarle mezquino y mantis a ese peasso cabronasso..

Pensé que esas cosas eran más típicas de "tías", sobre todo cuando quieren sacar algo de tí..En la época de ligoteos muy frecuente la super-amiga repentina, cuyo objetivo es sonsacarte información, a veces sólo si te gusta fulanito, e ir pensando a qué altura debe cortarte las piernas para dejarse paso libre a sí misma.

El asunto se vuelve muy chungo, cuando se implica a los niños, y los objetivos son otros (no sé cuáles en tu caso, pero creo que podría haberlos). Con los hijos no se juega, y menos a estas tonterías.