martes, 10 de noviembre de 2009

PERDIDO





Nado en un mar de felicidad.
Respiro, y noto hincharse todo mi cuerpo
Con la naturaleza, en comunión.

Bajo la enorme tormenta vital sonrío
El azul de tus ojos me es favorable.
Has devuelto la musicalidad a mi risa.

Mis ojos han recuperado el brillo.
Siento una alegría desbordante.
Nieve o truene, mi ánima levita encantada.

Una sonrisa, un roce accidental
Tú, musitando mi nombre…
Y mi corazón se encoge, dichoso.

Mi alma se oprime, feliz.
Me sorprendo con la mirada perdida,
Los ojos, presos de escozor, la nariz palpitando

Y en mi mente, tu nombre.
En mi alma, tu rostro.
En mis oídos, tu tono suave.
En mis manos, el recuerdo de tu piel.
En mi nariz, tu perfume.

Y en mi mente dulzona,
Navegando en la hiel,

La soledad de la incompresión.

6 comentarios:

María dijo...

A veces no queda más remedio que "engancharse" a los recuerdos para ahuyentar esa soledad... Ay! El mal de amores, que malísimo que es... Besos

Rocco Lampone dijo...

En fin...la vida es lo que tiene...

Un beso, guapa.

Aprendiz dijo...

Yo no soy muy de poemas la verdad, pero este me ha gustado mucho. El día que te la conquistes le tendrás que enseñar todo esto que escribes, o conquístala con estos poemas :-)

Besos

Chirly dijo...

El dolor te va bien para eso de la poesía. A ver si alguna vez dejas de eescribir poesía ¡vívela!

Al Neri dijo...

Es bonito, pero para mí la poesía tiene que rimar, a ser posible en consonante, y tener una métrica como Dios manda.

Anónimo dijo...

La poesia, creo, que gusta siempre y cuando encuentre "eco" en la otra persona... Se puede ver sin mirar, se puede oir sin escuchar, se puede leer sin entender cualquier cosa... cualquier cosa menos la poesía!!