Viernes noche. Terminas el trabajo. Abres el coche y...
- Tomamos una copa?
-No sé, verás, es que estoy cansado...
- Bah, venga, sólo una...
- Vale, SOLO UNA. (así a la una estoy en casa y duermo bien...)
Error.
Decidimos ir a tomar una copa cerca de donde vive una compañera nuestra, que también venía. Con la copa hablamos de trabajo (típico), y la cosa fue entrando en faena.
Vino la segunda.
Del trabajo pasamos a temas personales, infancia, gustos personales...
Éramos tres, los tres que mejor nos llevamos en mi trabajo de la tarde.
Y como éramos tres, pues llegó la tercera copa. Se prodigaban los abrazos, las buenas intenciones, los tímidos balbuceos...
La parranda parecía tocar a su fin. En éstas que me llama mi hermana, que andaba por ahí con el novio, para tomar una copa. Pues adelante. (mis defensas andaban ya cruzando el río de vuelta)
Acompañamos mi colega y yo a nuestra amiga a su casa, y entonces decide ir con nosotros a por la última copa. Pues adelante el triunvirato.
Llegamos al bar en cuestión. Sorpresa mayúscula. Mi hermana, su novio, y varias amigas, todas veinteañeras, sentadas, cansadas. Sólo eran las 2 de la mañana.
Eufórico, proclamo:
- Cagüentodo, cómo que estáis cansadas? YO debería estar cansado, que llevo currando desde las 8 de la mañana (mas o menos), y llevo de pie ya no se las horas, y tengo 31 años, collons, pero vosotras....
- no, es que, verás...
- ni es que ni gaitas. Una copa para todos.
La cuarta.
Más compadreo, risas, buena música (Zerocafé es inmejorable para eso), más confidencias, momento triste porque a mi amiga el bar le recordaba a su ex (reciente ruptura), besos y abrazos de apoyo...(de quiedo bucho, eres un bguen amigo...)
- OOOTDDRA COBPITAAA...
La quinta.
Mi hermana y su cohorte deciden pirarse. De nuevo el triunvirato. Mi amigo, encogorzado hasta límites insospechados, se revuelve en un abrazo de oso y comenta lo bien que lo pasamos, lo mucho que nos quiere y todas esas mandangas habituales...
En ocasiones se gira, intenta enfocar la vista, y nos grita:
- Sois unos cabrones, me estoy pillando un pedo por vuestra culpa...(como si le enchufáramos las copas en vena nosotros...)
Mi amiga lleva un pedo descomunal. A veces parece que pierde la vertical, como un funambulista apurado. Yo estoy pletórico, síntoma de que también voy turcio.
Decidimos abrirnos. Yo había tomado la decisión de ir a dormir a casa de mis padres, porque si pillo el coche y soplo, reviento el aparato. Las llaves de casa, en mi coche. Mi coche, al lado de la casa de mi amiga.
Mi amigo decide irse en taxi. Yo acompaño a mi amiga a casa. Vamos agarraditos, no por nada sentimental, sino porque nos apoyamos y así parece que no vamos tan pedos.
Llegamos a su casa y nos ponemos a hablar. Pasa una hora. Decide subirse, y yo tomar el camino a casa.
Llego a mi casa media hora después, reventao, después de andar más de la cuenta por ir haciendo eses en vez de ir recto. Cruzar uno de los puentes de mi ciudad en obras a las 6 de la mañana borracho es una odisea.
Llego a casa y me tiro en la cama con la ropa puesta.
Amanezco poco después. Me rodea una nube de peste, tabaco, alcohol y porquería. La boca, como si me hubiera cagado un dragón. Los ojos, como Hulk, algo verdosos rodeados por una miríada de puntitos rojos. Los párpados apenas levantan una cuarta. En el pecho una brasa enrosca mis pulmones. Una manada de putos gatos pelean por mi intestino. Ligero temblor ocular.
No bebo más.
Este sábado sólo tomare una...
O quizá dos.
9 comentarios:
Habiendo hembras por el medio. Es complicado irse a casa pronto.
Sr. Lampone: Impresionante testimonio. Ahora sabemos el por qué de su larga ausencia.
Siempre sospeché que usted tenía un buen saque!
En el centro Madrid es divertido ver ejecutas de cuarenta años, bien vestidos, como cubas, rodeados de secretarias, o ejecutas féminas más ejecutas que ellos mismos, casados casi todos, andando por la calle con botellas de ¿Chivas? (no dyq, claro) a las cinco o seis de la mañana camino a casa cantando, gritando, corriendo, cayendo.
Pero es más divertido verles tres horas más tarde con el rictus serio y relajado del que parece haber dormido placidamente diez horas. Eso es profesionalidad!!!
Cuanta razón tiene, Sr. Subdirector...
Sr. Boooz, después de una parranda semejante, mi rictus es similar al de quien acaba de comerse treinta y seis hamburguesas y lleva una semana sin dormir.
Aunque con un Seven Tiki con limón se me empieza a alegrar el ojillo, claro...
Un saludo.
A mí cada vez me gusta menos salir de noche y tampoco bebo mucho, pero admito que hay personas que me suelen liar y acabar ese día tostado.
En mi vida reconozco que las pocas veces que me he quedado hasta las tantas de bar en bar y de copazo en copazo ha sido por mi interés por alguna tía.
Mal.
Chicos, así vais mal. Nunca pillaréis.
jajajaj Rocco, los días que sólo iba a ser una copa son los mejores. Pero parece que la bebida te sienta muy mal ehh!! ;-)
Aprendiz, el exceso siempre es malo, aunque bien llevado, deja buenos recuerdos...
besos
Yo ya no puedo salir, si una noche logro tener canguro y me tomo por ahí unas copitas lo pago al día siguiente porque mis hijos no entienden de salidas nocturnas, así que espacio las salidas cada vez más, además he descubierto con gran dolor que no recupero igual que hace unos añitos.
Me das un poquito de envidia chirly.
Un saludo.
Publicar un comentario