A ver, una entrada rapidilla a propósito de la primavera. Va sobre lo de mirar a las tías, y lo mucho que algunas dicen que eso les molesta. Es verdad, a mi me pasa. Llegan estas épocas del año y si una tía de mi oficina se agacha a coger algo y se le ve la rabadilla voy yo ¡y miro!, si la falda es muy fina y blanca y a través de ella se intuye un tanga voy yo ¡y me fijo!, si la camiseta está muy justa y se nota hasta la última costura del sujetador, o lo que es peor ¡la ausencia de él! voy yo ¡y también lo miro!. Lo peor de todo es que las tías de mi oficina a mi no me atraen en absoluto ¡Dios mío, soy un guarrano (mezcla de guarro y marrano) de sucia mirada!
Llevaba años torturándome con la idea de que soy un vicioso que se complace en asomarme al canalillo de hasta las viejas mas pellejas, hasta que hoy he tenido una visión. He aplicado a este asunto el pensamiento inverso y he tratado de imaginar a un tío vestido como visten las tías, a saber: imaginense un pollo que llevara unos leggins tan finos que se viera a través hasta el último pelillo de las piernas, y se le marcara un tanga diminuto que, además le sobresaldría por encima del leggin cuando se agachara ¡también os fijaríais! ¿sois unos cerdos/as libidinosos y lascivos por ello? ¡norrl! es que una cosa así, sencillamente, llama la atención y no se puede pasar por alto. Pues es así como se visten muchas de las tías que la gente mira ¡así que luego no se quejen de que los tíos las vayamos haciendo un repaso, coño!
¡Ala, ahí queda eso!
26 comentarios:
Juas juas juas juas juas
luego te contesto que voy a seguir descojonandome, te acabo de ver con los leggins y.............juasjuasjuasss
Chirly, no me joda. Deje de hacer comparaciones absurdas.
Tanto uste como yo sentimos como nuestros ojos se desvían hacia unas buenas cantimploras cuando una mujer de generoso escote se agacha.
Al igual que la huchita, el muslamen y el tanga gorrinero.
No intente lavar su conciencia en público, por dios...
Bien es verdad, que puede ser ud. que mire a las chicas simplemente por su "modus vistendi".... pero el problemo no es que un tío mire a una tía... el problemo es CÓMO miran los tíos...
Muchas chicas miramos a otras, porque te gusta el modelo que lleva, porque te espanta el modelito en cuestión, porque va enseñando de tó sin pudor, porque tiene un tipazo y lo envidiamos... Pero ninguna chica, se queja de que otras la miren... se quejan de que los tíos miren...
Sólo one questión, de verdad que si a un tío se le viese la hucha medio pelua o el calzoncillo (lo cual tanto se estila entre los mozalbetes) cada vez que se agacha, ud. miraría cada vez?? Y si a la que se le ve la hucha o el tanga o braga o culotte o lo que sea es a una tía, miraría? That´s the questión.
No, Sandra. No es la cuestión.
De toda la vida de Dios a los tios nos ha puesto la carnaza. Excepciones y santos en vida siempre hay, ha habido y habrá.
El tío no mira a otro tío a no ser que produzca envidia algo de lo que lleve, pero no le mirará la hucha, ni si se le escapa medio huevo por el bañador UHF, ni nada así.
Sin embargo miramos a una tía. Nos va la carnaza. Y si es voluptuosa, o incitadora, o terriblemente sexy, entonces perdemos el sentío, ponemos cara de oveja y babeamos.
¿Y qué hay de malo en mirar??
Yo lo veo lógico y no vamos a negar ahora que nos gusta que nos miren, o de verdad alguna se pone el pantalón caído y el tanga de diamantitos para que no le miren, andaaaaa.
A mí se me pone Hugh Jackman a pecho descubierto y vaquero marcando culillo y miro, vaya que miro y si puedo.....
Joder, Chirly, cuando se propone Ud. elevar el nivel alcanza cotas memorables.
Chirly, con quien te cruzaste anoche para que no se te olvidara en varias horas y tuvieras que poner un post así, ein, guarrete?
Si veo a alguien con una cicatriz purulenta en medio de la frente, aunque sea asqueroso, me fijo. Y, si el suejeto no quiere, que la gente se lo mire, lo tiene fácil: que se tape la cicatriz.
Si quisieras que te mirase a los ojos, no te pondrías esos escotes.
Sr. Lampone, mi pregunta era más bien retórica. De hecho si el Sr. Chirly me llega a contestar que mira por iguan huchas masculinas que femeninas...¿cómo decirlo? Ehhh "algo huele a podrido en Dinamarca".
Marian, más que nos miren, yo creo que a las tías lo que nos gusta es que nos admiren... es decir, no mola que un tío con ojos de sapo y con la boca torcita por una especie de hictus pasmódico te mire... Como tampoco molaría que ese mismo tío te mire muerto de la risa a carcajada limpia...
Y lo de mirar a Hugh Jackman... a ese adonis de la naturaleza se mira, se remira y se admira... y hasta aquí puedo escribir... que pensar, desear y soñar queda en mi fuero interno...
Diga uste que si, Sr. Subdire, diga que si.
Así que estáis tod@s aquí... hablando de guarreridas, je, je...
Pues yo prefiero el encanto de la intuición, que no me enseyen ni huchitas ni nada hasta que llegue el momento, ja, ja... prefiero imaginar lo que puede haber debajo!!!
Además... donde estén unos ojos bonitos... aghhhhhhhhh la huchita no, por favor!!!
(todo esto dicho desde una perspectiva unicamente femenina)
El problema de las mujeres es que os vestís para que os miren, pero sólo para que os miren determinados machotes (para gustos hay colores...)
luego, cuando en vez de miraros un brad pit vallisoletano os mira un torrente lugareño, o un tojeiro pucelano, pues ahí os sentís molestas...
Sr. Lampone, me cae bien y le aprecio... pero como se dice en mi tierra "amiguiños sí, pero a vaquiña polo que vale"... asi que no le consiento eso de "tojeiro pucelano"... El auténtico is made in Gallician, ehhhhh... Lo demás, imitaciones baratas.
He dicho.
Hmmmmm Sandriña el hombre castellano es mucho hombre.
Yo ahora más me escondo que me visto jajajaja pero lo arreglaré de aquí a nada.
Es verdad, y si tiene más de cuarenta, le llamamos "viejo verde".
Marian, tu hombre castellano es mucho hombre (¡y qué ojazos!)... pero hombre castellano, por hombre castellano, me quedo con los gallegos: más altos y con pelo en la cabeza... que los castellanos, son casi tós bolitas de billar brillantes y relucientes...
Hmmmmmmmmm no, no me van los galleguiños melosos y hablo con conocimiento de causa, tuve yo un rollito gallego que........
hasta aquí puedo leer.
Ya sabe usted, sr. Chirly que sufre más el que mira que el que enseña.
Sí tiene razón en que esas cosas se miran más por lo llamativo que por lo excitante. Llamativo y excitante a la vez, se da poco.
Pienso que una mujer que va enseñando descaradamente partes de su anatomía o de su ropa interior es una zorra.
Vengo de tomar el café, y al salir mis ojos han caido sin querer el desmesurado escote de una tipa mas fea que gollum estreñido, pero eso si, dotada de un pechamen tal que le generaba un canalillo visto de entre diez y quince centímetros ¿Soy un guarrete por mirar eso? ¡no, joder! ¡es que es inevitable! es como lo de la cicatriz purulenta que muy bien dice el Sr. Subdirector. Si todas las tías se vistieran como las monjas seguro que no tenían que "sufrir" que las miren... ¿o es que no "sufren" tanto? ¡pues entonces que no se quejen!
Creo que Lampone da en el clavo: si el que mira es un viejo verde y asqueroso que lo hace con descaro, babeando y murmurando una letanía de lascivas interjecciones, pues entonces se molestan. Si lo hace un Brat Pitt la cosa ya no molesta tanto...
Sr. Neri, no tiene usted pelos en la lengua...
Aquí hablaba yo de lo que ha dicho Lampone
Impresionante sr. Neri, especialmente la foto que ilustra su artículo. Por aquel entonces no leía yo La Pluma... sospecho que me he perdido muchas entradas memorables...
¡enhorabuena por ésta!
No le des más vueltas Chirly, es inevitable mirar, las tías también miramos. Una tía que se pone una camiseta que se le ve el canalillo ya sabe que la van a mirar y seguramente busque eso. Si no lo quisiera se pondría otra camiseta, obviamente. Para mí un salido es un tío se queda mirando fijamente y descaradamente la pechonalidad o el culo de una tía que va vestida normal.
Por cierto, Señor Boooz, no crea que he pasado por alto su breve pero irónico comentario, es simplemente que me estaba reservando hasta que tuviera un rato lo suficientemente tranquilo como para responderle como usted merece.
Me hace gracia que usted, que se tira pedos ocultos bajo el estruendo del guitarreo en pleno concierto (sus compañeros así lo acreditan), hable de nivelón.
Usted, que disfruta a partes iguales tanto de beber mahou como de eructarla. Usted, que conocía en tiempos de memoria cientos de miles de nombres, nacionalidades, precios y horarios de todas las damas que se podían encontrar a pie de carretera en el trayecto Bilbao-Sevilla. Usted, que ahora se las da de culto citando "la famosa obra de Feuerbach" creyendo que la gente no se dará cuenta de su secreto: dicta sus posts a aquél erudito chimancé que le trajeron de Kampong y que añade, de su propia cosecha, elementos como ese que le permiten dar rienda suelta a su peculiar sabiduría, compensando así la ignorancia de su dueño, que por no saber, no sabe ni encender un ordenador.
He dicho.
Sr. Boooz, ¿y se apuntaba usted la tarifa de las putas en la Moleskine?
No se engañe Sr. Neri que aquella colabaoración en La Pluma no fue mas que una flagrante usurpación de identidad por parte del mono kamponés. Que para esas cosas es muy coqueto y un poco pijo él. El auténtico Booz habrá estado ocupando el tiempo en rascarse su peluda rabadilla y extrerse pelotillas de pelusa del ombligo, o cosas así, que es lo que hace cuando acaba de grabar un disco y le preparan la gira de verano...
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