viernes, 11 de septiembre de 2009



LOS ANGELES NO TIENEN MEMORIA

Anoche zappeaba yo descontrolao, revolviendo, cuando me tope con un programa de cine donde un tipo con pinta torbesca hablaba de Barbarella, y en concreto de una escena que gustaba, hacia el final, donde Barbarella es rescatada por Pygar, el Ángel Ciego, que también rescata a su enemiga, la Reina Negra.

El torbellino destacaba que le gustaba lo tosco de la escena, esos colores planos, esas alas de cartón piedra, y una frase que le marcó.

Cuando Pygar rescata a las dos femmes, Barbarella pregunta que cómo diablos se le ocurre salvar a la Reina Negra, que le cegó e intentó matarle.

Pygar, mirando a la nada, contesta:

- Los Ángeles no tienen memoria.

Sin quererlo me puse a darle vueltas, buscando situaciones cotidianas en que yo no tuviera memoria. Y la verdad es que no es fácil.

Vivimos en un momento de rencores, de rabietas, donde hemos elevado hasta lo imposible nuestro orgullo y vanidad, y donde no es tan fácil decir:

- Tranquilo, no tengo memoria.

Cualquier cosa nos basta para sacar al instante nuestro arcano sentimiento de vendetta. Revisando mi propia existencia, advierto, con sonrojo, que en pocas ocasiones he podido decir esa frase.

Y lo cierto es que todo iria mejor si pudieramos, en muchos ámbitos de la vida, hacer como el Ángel, y decir que no ha pasado nada.

Es cierto que hay ocasiones donde pasamos página, donde olvidamos, por bien de nuestra relación, de nuestra familia, nuestro trabajo, nuestros amigos... Pero siempre cuesta. Y siempre vuelve el recuerdo.

Pygar, mirando a la nada, cegado por la Reina Negra que pende ahora de su brazo izquierdo, contesta:
- Los Ángeles no tienen memoria.

5 comentarios:

Aprendiz dijo...

Yo es que por ejemplo pienso que se puede perdonar pero no podemos olvidar. Me puedo creer que alguien me diga (yo misma lo he experimentado unas veces, otras no) que de verdad no siente ningún rencor hacia alguien que le hizo daño, que es como si no hubiera ocurrido, pero acordarnos nos acordamos y es inevitable. Otras veces si que sentimos algo de rencor y nos cuesta más perdonar, pero se acaba consiguiendo.

Saludos

Chirly dijo...

Lo que está claro es que el rencor es ya un castigo para quien lo siente. Con rencor no puede haber paz, y sin paz no es fácil ser feliz.

Sin embargo tampoco se trata de ser un desmemoriado. Se debe perdonar, que no es lo mísmo que olvidar. Ya que la memoria es lo que nos permite ser prudentes y evitar futuros tropiezos.

ignatus dijo...

Hola, ¿se puede?
---
Quien calla otorga. Allá voy.
---

Pues a mí creo que sí me ha pasado alguna vez lo del ángel, pero no os puedo poner ningún ejemplo porque no me acuerdo...

No, lo digo en serio. Me suena que varias veces tras hacer yo algún favor a alguien (o quizá sólo saludarle cordialmente) alguien me ha preguntado "¿pero cómo haces eso, no te acuerdas de que este tío te hizo no sé qué...?"
Y me suena haber respondido "ah, sí, es verdad. Pues no, no me acordaba. Pero vamos que tampoco es para odiarle".

En mi caso se dan dos circunstancias: por un lado mi auténticamente mala memoria y por otro mi comprensión de los porqués de los demás, que me hace entender/justificar sus acciones aunque sean en mi contra, pues rara vez mi perjuicio ha sido el fin buscado por nadie.

No digo con esto que no haya tenido peloteras y cabreos, pero nada que haya trascendido en el tiempo. Y la verdad es que creo que a lo largo de mi vida no he tenido mucho que perdonar nadie.

Saludos.

labocachancla dijo...

Pase, pase Sr. Ignatus, es para nosotros todo un orgullo contarte entre nuestros lectores y agradecemos mucho tu participación.

Lo que comentas sin duda se cerca mucho al ideal y dice mucho y bueno de ud.

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Pues yo estoy más en la línea de Aprendiz. Es cierto que muchas veces es mejor pasar página pero olvidar que alguien te ha hecho una jugarreta deja la puerta abierta a que te la pueda volver a jugar. Otra cosa es que observes arrepentimiento o falta de mala voluntad.