sábado, 26 de septiembre de 2009

¡VIVA LA GENTE!

Lo más normal es que el padre-tipo de hoy en día ande más liado que la ITV del coche fantástico -que diría Lucas Grijander-.

Lo primero, definamos padre-tipo: Hombre o mujer que trabaja en horario partido, igual que su cónyuge, y ambos han explotado hasta la última rendija de su tiempo libre, haciendo un equilibrio imposible para cuadrar las agendas de ambos con las de los niños. Por ejemplo: Vete tu a llevar a los niños al cole, que yo les recojo en la parada del Corte Inglés, Pero luego, según sales del trabajo compras el pan y recojes la trikifloweranderpillow, que me han llamado de la tienda y ya está (por cierto son cuatrocientos napos del ala que te pagas tu), allí le he dicho a Nati que te lleve a la niña que estará con su amiguita Elba. Las tienes que dar la merienda en el Mardonals y luego te las llevas al cine Avenida porque allí estará el nuevo novio de la mamá de Elba que ha quedado en pasarse a recogerla con su flamante bmw roadster descapotable, sus musculitos de gimnasio y su mirada de "Ahí te quedas, pringao". ¡Ah! y luego derechito a casa que esta noche hay que forrar los dos millones de libros de este curso y además te toca hacer la cena a ti.

Llegado a este punto y aprovechando que me he tomado la molestia de extenderme en relatar un ejemplo de las listas de encargos organizativo-agobiantes que gustan de hacer las esposas a sus maridos, he de decir que para esto de organizar la vida agena, las mujeres se las pintan solas, aunque también he de reconocer que yo mismo me he convertido en alguna ocasión en marido coñón. Capítulo a parte merece su casi sobrenatural capacidad de detectar a la milla cualquier plan de escaqueo que pretendas llevar a cabo, por muy bien camuflado que lo creas tener y qualquiera que sea la relación que tengas con ella, ya sea la de esposo, compañero de trabajo, hijo ¡incluso padre! da igual: les viene incorporado de serie.

Pero a lo que voy, que me pierdo en los detalles. Que en la vida de unos padres normales y currantes; con su hipoteca, sus plazos de la lavadora, el coche con sus gasolinas y talleres, y sus criaturas danzantes y sonantes, lo normal es que no anden precisamente sobrados de tiempo. Por eso flipo con un grupete de padres que hacen de AMPA en el cole al que llevo a mis nenes, viédoles ahí, en el miserable cuartucho que les cede el colegio, atendiendo con su mejor cara a decenas de padres agobiados que se agolpan, a veces con malas maneras, a pedir que inscriban a sus hijos en tal o cual actividad extraescolar que antes ellos se han ocupado de gestionar, de buscar a alguien dispuesto a impartirla, de concretar horarios, edades, días, precios... etc, etc.

Y salvo que se me escape algo, no creo que estén ahí porque les mole, ni porque no sepan qué hacer con el tiempo que no tienen, sino más bien porque desde hace años no se presenta ni el mismísimo Holly Fonz a las elecciones. Igual ser del AMPA es dominar algún oscuro báculo de poder de una sociedad secreta que desconozco, pero a simple vista a mi me parece un pringue total. Sólo se me ocurre que lo hagan por sus críos y de paso por los de todo el cole, así que ahí va mi homenaje y mi reconocimiento (En pie y cantando mientras bailo como Carlton, de El Príncipe de Bell-Air): "VIIIVAAA LA GENTE, LA HAY DONDE QUIERA QUE VAS. VIIIVAAA LA GENTE ¡ES LO QUE NOS GUSTA MAAAAS...! etc".

No hay comentarios: