martes, 26 de enero de 2010

LA CARNICERÍA


En mi cruzada personal contra dieta vegetariana, y teniendo en cuenta que soy pescadofóbico, me he convertido en un ""asiduo"" de las carnicerías.

Me encanta ese olor que uno percibe al entrar. Hay un despliegue de matices dificilmente descriptible en el ambiente, que se funde con el rojo cárnico cuando uno posa su mirada al frente. Y qué decir del cuchillo al preparar o deshuesar filetes: su sonido es poesía que se une acompasadamente al regurgitar del mi estómago ante semejante paraiso.

No obstante hay un pero. Sí, un pero...: LA COLA de la carnicería... Podríamos describirlo como una forma de sufrimiento autoinflingido (siempre existen las bandejas de los supermercados), un calvario interior antes de conseguir la codiciada pieza, aderezado con esa forma de zoo humano que somos los que compramos.

Ayer, en uno de mis escarceos habituales (bueno, no tanto, que luego me gano inmerecidamente mala fama), entré en ese templo gastronómico y me encontré con todos los tópicos de la cola de la carnicería (en su versión charcutera) reunidos en una persona.

Para empezar estaba un sujeto también típico: la que involuntariamente estaba guardando el sitio a una amiga que en realidad no es tal, y que se presenta con el clásico "holaaa, cuanto tiempoooo, [push push (besito, besito)], hijaaa, qué tal tus hijos, que hace muchísmo que no los veo, hijaaa, ¿estás esperando la cola?, pues ya me quedo contigo y te cuento de fin de semana que pasamos en la boda Conchi".

Empezamos mal. Como no hay el consabido "su turno", pues nada, a aguantar las batallas de la Conchi y su boda. Por supuesto que la amiga no la hace ni caso, sólo la mira con cara de circunstancias preguntándose "¿y a esta de qué la conozco yo?... ¿sería la prima de la vecina?".

Insisto en que probablemente ni la conocía. A partir de ahí, el asunto comenzó por la deriva habitual. La "amiga" acaba de pedir a la carnicera, que hay que ver cómo maneja el cuchillo, y comienza nuestra amiga. Arranca con el móvil en la mano, en conjunción con las gafas de sol, aunque el día esté nublado, en una forma de equilibrio inestable.

"Holaaa, miraaaa me toca a miiii, me vas a poner un poco de esto" señalando de mala gana al york, "pero no sé muy bien cual cogeeeeer, ¿cual me recomiendas?". La carnicera, avezada y viendo lo que se le viene encima, hace una somera descripción de cada pieza; minuto con pausas . "Vaaa, no séee, mira, ponme un poco de esteee" dice mientras señala de mala gana con el móvil y las gafas (movil iPhone y gafas Dior) y en estas que ¡le suena el móvil! "Siiiiíi. Hoooolaa reina. Me pillas en la carnicería... síiiii, genial.... Clarooo. Mira, te cuento...". Mientras habla le dice con los dedos que quiere tres lonchas finitas finitas. La carnicera lo hace en cerocoma y le pone cara "a ver, y qué más". "Reina, perdóname, pero estoy aquí en la carnicería... Ya sabes, a Adolfo le encantan los solomillos y yo que tengo algo de tiempo... Hasta luego, reina... Ya sabes... Si, si si... Luego te llamo.".

Yo lo cuento rápido, pero con la cadencia y la estridencia la llamadita le llevó dos minutos.

Se incorpora más gente a la cola.

"Qué más" pregunta la carnicera. "Ay, no sé, cielo, ¿este jamón? ¿Qué tienes de este jamón?" Señala al serrano de bellota. Otra vez la carnicera realiza una somera descripción poética de un minuto, aderezada con interjecciones autosuficientes de nuestra protagonista ("ahhha", "Ssseeeiii", etc.) "No sé, hija, quizá mejor no, que luego le sienta mal... Veo que has traido patés... De qué los tienes...". Somera descripción de la carnicera "Son franceses". "Yaaaa, claro... pero de qué son....". "Pues mira, este es de pimienta (lo enseña), este de salmón (lo enseña), y este es muy bueno muy bueno de oca (lo enseña). Te lo recomiendo porque ha salido muy bueno muy bueno". (larga pausa deliberativa) "Ya, hija, pero a veces me suben la tensión y luego mi médico me dice que no puedo tener excesos... (larga pausa deliberativa) Ese queso tiene una pinta deliciosa..." decía mientras apuntaba a un queso de barra para sandwich, "ponme un par de lonchitas, por favor, pero en tarrina, que si no se me seca. Hija. no me gusta nada que me pongas las cosas en papel... A mi marido le encanta el Roquefort y es que no está para excesos, y si fuera por mmmiiii me llevaría ya ese camembert, pero el colesterol pasa factura y luego no sabes, noooo sabeeeees....."

Se sigue incorporando más gente a la cola.

"El chorizo ibérico tiene una pinta deliciosa, la verdad, pero no sé no sé... (larga pausa deliberativa) Para mi hijo me pones un par de lonchitas de este salami, que se ve que es del bueno..." Par de lonchitas de salami. "Hija, tengo un cuñao que también le encantan los ibéricos, como a mi, y el médico le tiene prohibidito probarlos... Un suplicio, la verdad".

"Huyyyy qué tardeeeee (mira el reloj con forma de oso-Tous). Hija, se me pasa el tiempo de una manera increible... Mira, ya dejaré los filetes para luego... Pónmelo todo junto, por favor ¿cuanto suma?". "Uno, con cincuenta". "Hija, cómo está la vida, la verdad, toma, dame cambio, que me viene bien para la ORA", dice mientras saca un billete de 100 eurucos.

Total, tres lonchas de jamon York, dos de salami y dos de queso de barra. 7 minutos de cola.

Para las mentes inquietas decir que en un arrebato de sibaritismo me llevé cien gramos de salchichón ibérico que aun estoy disfrutando.

20 comentarios:

marian dijo...

¿No hubo sangre? ¿Se puede usted controlar en estas situaciones? Porque mire que estoy acostumbrada a ir a la compra pero a mí me sobrepasa. LLevo mi lista hecha y como mucho se me puede antojar algo que veo mientras la charchutera o carnicera o pescadera la que sea me prepara lo que le he pedido, vamos que hago la compra con el cronómetro en la mano.
Lo que más me j...fastidia son esas que se paran en medio del pasillo del super carro contra carro a contarse sandeces y cortan el paso del todo.

Chirly dijo...

A esa hija de la gran puta le metía yo el iphone, las gafas de Dior y el reloj de Tous a puñetazos por la boca. ¡Qué ascazo!

marian dijo...

Jajajajaja Chirly
"el terror de la charcutería".

marian dijo...

Booz, me acabo de dar cuenta de algo (es que bañar a los niños me aclara la mente)
¡¡¡ se le coló la hiperpija ¡¡¡¡ ¿cómo no dijo nada?

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Me ponen negro las marujas que en la cola del supermercado o de la panadería parece que no tienen nada que hacer en todo el santo día y que, además, piensan que los demás tampoco. Sacan las cosas de la cesta para depositarlas en la cinta con una sola mano (¡¡¡Señora que Dios le ha dado dos manos!!!) y una pachorra de hipotensas; luego se quedan mirando cómo la cajera pasa sus cosas por el lector (¿Tan interesante es?) en lugar de ir metiéndolo en las bolsas. Esa es otra, podían, al menos tener preparada la cartera; pero no: diez minutos rebuscando en un bolso gigantesco (¿De verdad necesitan llevar encima más cosas que en la mochila de combate?). En la cartera elefantíasica buscan las monedas una a una pensando que le hacen un favor a la cajera contando los céntimos sueltos que le van a entregar... Vamos: que me enervo.

Y lo peor. No tienen prisa pero algunas, si pueden, se intentan colar o usar las triquiñuelas esas de colocar la cesta casi vacía en la cola para irse a buscar, lentamente, otras cosas.

Por cierto, creo que su pija era una pija de mercadillo de falsificaciones. Seguro que no era un IPONE de esos sino un Nokia del 98 con una funda de los chinos.

Al Neri dijo...

Jajajaja, muy bien descrito, Booz, es tal cual. Yo también soy pescadófobo, así que me conozco el percal, aunque con el poco tiempo que tengo suelo comprar en supermercados o a horas raras en las que no hay mucha gente.

Rocco Lampone dijo...

Yo me troncho, Sr. Boooz. Es usted magistral en su descripción.

Por cierto, que tal su vianda? Estaba rica?

Ya nos ofrecerá, ya...

Anónimo dijo...

Sr. Boooz, habrá dejado Derecho, pero no le ha ido nada, nada mal... para poder deleitarse con Ibéricos, Chivas de 18 añitos y Cohibas...

Retiro lo de ayer: su costilla (mascota suena fatal) no lo encontrará en el basurero, sino en el Club del Gourmet... o en la cola de alguna charcutería.

Aprendiz dijo...

Eso de guardar cola siempre me ha traumatizado un poco. De modo que yo guardo escrupulosamente mi turno cuando voy a comprar, en la uni cuando voy a hacer fotocopias, cuando voy a confesar...(con colas perfectamente definidas) donde siempre se te cuela alguien descaradamente, abuelas generalmente, lo que hace que tengas que morderte la lengua. Y luego estoy yo en otra ciudad, esperando en una parada de bus donde hay cinco personas desperdigadas, voy a montarme al autobús que llega vacío, y me tiene que decir un abuelo que adónde voy que he llegado la última, que me ponga a la cola ¿¿¡¡pero qué cola señor!!?? Ahora, que ahí sí que no me callo.

Rocco Lampone dijo...

Eso es, Srta. Aprendiz, saque toda su furia. No se deje pisotear. Faltaría más...

Aprendiz dijo...

jajajaj no me anime por favor Rocco, que mi furia tiene un potencial que puede alcanzar dimensiones desconocidas, prefiero seguir mordiéndome la lengua aunque parezca más tonta..:S

Rocco Lampone dijo...

Srta. Aprendiz, nada más lejos de mis intenciones que sacar el ser que habita en sus profundidades, pero, a veces es sano e incluso necesario.

Ha visto la película "Un día de furia", de Michael Douglas"?
Un poco antigua, pero merece la pena...
Saludos

Boooz dijo...

Sra. Marian: Superpija superosea, pero insisto: dos de queso de barra, tres de jamón york y par lonchitas de salami. Eso sí, en tarrina...
Sobre por qué dejé que se colara... es mi carácter... me entretengo con estas cosas. No me suelo enfadar...

Sr. Chirly: desconozco el grado de filiación real que tuviera esta señora con su padre, pero puede que tenga razón. Respecto a meterlos por la boca, creo que sería difícil, la verdad, son objetos realmente grandes y ostentosos.

Sr. Subdirector: Ignoro la falsedad del asunto. Ciertamente parecía todo de verdad.
Lo del bolso gigantesco para llevar una cartera y el tabaco es totalmente cierto. ¿Alguien sabe qué llevan las mujeres en ese saco? ¿Será una fuente de materia oscura? ¿De energía oscura?

Sr. Neri: Los pescadofóbicos (en mi caso soy pescadofíbico selectivo no estricto, una variante no ortodoxa, ya que me encanta la merluza y el rape bien preparados, aunque no me suelo prodigar por razones obvias) somos un grupo pequeño y poderoso. Con el tiempo que tengo también me prodigo de vez en cuando en supermercados.

Sr. Lampone: Me lo he acabado, pero si le digo la verdad, algo salado... me dieron la punta final, y estaba muy curado: mucho sabor pero algo salado.

Srta. Aprendiz: es que ya hasta en la cola del confesionario... Y si se pone, hasta en la cola de comulgar... no deje huecos!!

Srta. Sandra: no me eche mala fama, que no es para tanto... lo del chivas y el cohiba lo decía en sueños, fíjese, y lo que compré fueron cien gramos de salchichón... para resarcirme (un poco) de mi mala vida..., y bien regados con cerveza buena buena de la de verdad, la San Miguel de toda la vida (ofertón: a 0,39 en un ultramarinos al lado de casa).

marian dijo...

Sr. Rocco "Un día de Furia" tengo yo cierta bolsa de deporte en la que una recortada entra holgada, no pone montreal pero como tenga un día de estos de spm chungo, niños guerreros, montón de plancha. Me planto en el burriquin y le digo:
"¿sabes eso de que el cliente siempre tiene razón? pues aquí me tienes"

Rocco Lampone dijo...

Srta. Marian, ha dado usted en el clavo.

Excelente recreación.

Aprendiz dijo...

Ufff las mujeres llevamos miiil cosas en el bolso, todo "por si acaso" porque luego no usamos nada, con decir que yo suelo hasta meter una baraja de cartas...

Rocco, ok, me descarg.., digo alquilaré la peli.

Chirly dijo...

En el supermercado donde yo hago la compra hay una zona en la que están concentrados tres mostradores: a la derecha el de charcutería, en frente la carnicería y a la izquierda la pescadería. Muchas veces hay una señora de éstas que la muy lista se las apaña para pedir algo a la charcutera y mientras se lo prepara le va pidiendo algo a la carnicera e idem con la pescadera de tal forma que la tía va pasando de mostrador en mostrador en un baile infernal a lo Nacho Cano (que tocaba seis teclados a la vez), que colapsa el súper y hará que un día de éstos yo aparezca en las páginas de sucesos de los periódicos.

Como soy un güebón cobarde, que por no tener movidas con nadie soy capaz de tragar con las situaciones mas ignominiosas, me limpio la baba que se me cae, recojo mi boca abierta, y me pierdo por los lineales en busca de otras cosas que necesito hasta que el zorrupiastro hija de mil padres empellejado en pieles desaparezca de aquél maldito triangulo de las bermudas y pueda yo ir a comprar mis cosicas.

Boooz dijo...

Sr. Chirly: yo también he experimentado algún encuentro en la tercera fase como ese... La situación acaba siendo surrealista. Pero creo que es más típica de los supermercados que de los garitos especializados.

marian dijo...

Po la mor de los dioses ¿dónde sucede eso Sr. Chirly? ¿Quiere que vaya yo a solucionarlo o le doy unos consejos?
De momento mientras decide que hacer:
Si no recuerdo mal tiene usted hijas pequeñas ¿verdad?
¿Sabe usted lo jode un chupa-chup o un chicle pegado en un abrigo de pellejo?
Pues no se corte y le garantizo que la señora hiper-activa-pija cuando le vea entrar se pira fijo.

La pluma viperina dijo...

Sr. Lampone, si lo tiene a bien, nos gustaría contactar con usted vía email para hacerle un ruego personal. Puede ponerse en contacto con nosotros en laplumaviperina@gmail.com.

Gracias anticipadas.