El reloj ha vuelto a sonar. Es la segunda vez que me irrita con su sonido. Da igual. Ya estoy levantado, fumando en la cama. Los obreros de enfrente llevan tiempo ya machacando mis oídos, martilleando mi cerebro, levantando paredes a mi alma.
Me he levantado tarde. Debería darme prisa en asearme, pero no lo hago. Da igual. Por mucho que corra no llegaré antes al trabajo. Me ducho tranquilamente. Me seco. Hago el elefante ante el espejo. Me afeito. Peino mis cabellos.
Tomo una taza de café, mientras fumo, asomado a la ventana viendo nada, porque nada hay. Ayer había campo verde, árboles, y al fondo un río.
Hoy tengo un edificio de cuatro plantas casi terminado. Lo curioso es que no me sorprende que sean capaces de construirlo tan rápido.
Por un extraño motivo, no voy al trabajo en mi coche, sino que cojo el autobús. Cuando me estoy acercando a la parada, que nunca he sabido cuál es pero, inexplicablemente, hoy sí, llega un autobús. Abre sus puertas, y la gente comienza a subir. Acelero el paso para llegar. No puedo.
Las piernas me pesan. Camino igual que si estuviera con el agua hasta la cintura y además tuviera varios kilos de peso en cada tobillo. El autobús cierra sus puertas. Intento gritar. Algo parecido a un rebuzno sordo ahoga mi garganta. El autobús comienza la marcha.
Por el cristal de atrás una niña se gira, muy seria, y me saca la lengua. La tiene dividida en dos.
Viene el siguiente autobús. En vez de abrir la puerta por mi lado, abre la puerta por el otro lado. Doy la vuelta y consigo subir.
Me siento. A pesar de no ser aún las diez de la mañana, el día tiene la misma luminosidad que a la hora de comer un día de verano. De pronto se sienta a mi lado un personaje familiar. Una mujer. Reconozco las formas de su cuerpo. El dulce olor de su perfume me recuerda a alguien. Está mirando al otro lado. Pongo mi mano en la suya y la llamo. Se gira, pero no tiene cara. En vez de rostro, aparece su melena y su nuca, con una coleta de caballo con cierre de goma.
Me pregunta algo, pero no la entiendo. Apenas oigo su voz, como si al hablar lo hiciera a través de docenas de trapos y vendas. Se baja en la parada siguiente. Salgo corriendo. La alcanzo a los pocos metros. Se pone a mi paso y me rodea la cintura con su brazo. Yo hago lo mismo. Intuyo que me sonríe, a través de esa mata de pelo, por encima de su nuca.
Entramos en una cafetería. Pedimos sendos cafés. Hablo con ella. Ella me dice algo, pero sigo sin oírla. Se acerca e intenta darme un beso en la mejilla. Se lo devuelvo, y siento escalofríos. Se gira para tomar el café. Ignoro por dónde lo hace.
Voy al baño. Enciendo el secador, y se desprende de la pared y cae al suelo. El estrépito es inmenso. Todo pasa a negro.
17 comentarios:
Pesadilla, pesadilla no es: ¡joder, Rocco, que has ligado!
Con su ausencia de orificios, olvídate del francés. Pero tampoco tendrás que aguantar parloteos interminables. Compensa.
Un saludo.
No se que pensar, sr. ignatus.
Creo que se quien es esa misteriosa mujer, y si es quien yo creo, nada que hacer.
Por ambas partes, por supuesto.
Misterios de la mente...
lo del francés es para pensarlo, aunque lo de los parloteos tambien tiene peso...
es usted incorregible, sr. ignatus
Jajajaja Ignatus que bueno.
Rocco me preocupa, vaya sueño raro ¿Quién es ella? Cuente hombre cuente que nos deja en ascuas.
Le invito a croquetas, pero me tiene que contar la historia (estoy aburrida hoy).
El sueño es genial Rocco. No parece una pesadilla y lo importante de ese sueño obviamente es la chica. Si ella no tiene cara no puede ser una que tu conozcas, yo he llegado a ponerle caras perfectamente a gente en sueños aunque solo la hubiera visto una vez o hace mucho tiempo y casi no la recordara estando despierta. Pero si no la has visto nunca no puedes ponerle cara aunque sea un sueño. Mi conclusión es, o bien que no conoces a esa chica, que no existe vamos, o bien que la conoces pero no la has visto aun.
Srta. Aprendiz, por su cuerpo y su perfume (de la del sueño, no se asuste, no me refiero a usted), estoy seguro de quien es.
Supongo que lo de no verla el rostro tendrá alguna interpretación, nosenosenose...
Srta. Marian, nobleza obliga. No puedo decir nada más.
¿Unas croquetillas?
Ay Rocco ¿mal de amores?
No, Srta. Marian, más bien, tontería premenstrual..
digo yo...
unas croquetillas?
Veo que si quiero conseguir la historia tengo que apostar fuerte.
Rocco mañana pongo la receta pero hoy además de las croquetas hice.......alubiones con chorizo y morcilla.
Esto es un órdago a la grande y lo demás bobadas.
Comida a cambio de información jajajaja.
Datos, Sr. Lampone. Queremos datos...
Chicas, este fin de semana, ya no necesitamos peli romanticona... el Sr. Lampone nos la ofrece en forma de sueños...
Hay algo que no entiendo. ¿Cómo que no está seguro de quién es la chica? ¿Pero, en el mundo real, a cuantas señoritas sin cara conoce Usted? No pueden ser más de dos o tres, hombreporfavor.
Por cierto, qué animados están hoy los blogs, parecen chats... Para hacer el bien no nos juntaremos, no.
Eso tiene buena pinta, Srta. Marian, muy buena pinta.
Lamento comunicarles, Srtas Marian y Sandra, que no puedo proporcionar más información.
(Claro, que con una buena comida y unas buenas copas todo se puede negociar...)
Sr. Ignatus, ya le digo que si que creo saber quien es. Casi al ciento por ciento.
Y tiene razón, nunca conseguiremos tanta movilización para hacer el bien, jajajaj
cómo somos, tiene cojones...
Marian ofrece las croquetillas (¡qué tienen una pinta estupenda), yo ofrezco un alberiño de la tierra... ¿alguién más se apunta?
Alá, Sr. Lampone, prepárese para el tercer grado entre bocado y bocado, entre sorbo y sorbo...
Ah!!! Ignatus, un poco bestia de más con lo de ausencia de orificios...
Rocco, ¿no le da miedo? Dos mujeres interesadas en una historia y no suelta prenda, debería estar "cagao". Ahora no nos queda otra que atar cabos y descifrar la historia nosotras.
Sandra vamos a ello.
1-"Una mujer. Reconozco las formas de su cuerpo. El dulce olor de su perfume me recuerda a alguien. "
Que reconozca las formas de su cuerpo y la identifique como mujer nos da a entender que Rocco distingue un hombre de una mujer, vamos bien.
Y lo del dulce olor de su perfume.........¿será pastelera?¿su olor será chocolate?
Marian, me troncho contigo!!
Esto me recuerda una vez, hace un par de años que en un grupo que estaba en Madrid se ordenó uno, y nos fuimos varios del grupo a Valencia a su casa para su 1ªMisa... La noche anterior dormimos en casa de sus padres, en una habitación "dormimos" 5 chicas que nos quedamos hasta las 6 o 7 de la mañana largando sobre hombres... Una fiesta de pijamas de tías de 27 y 28 años... ¡casi ná! Allí no se salvó ni el pupas... Lo mejor, es que al resto de los huespedes, que nos escuchaban murmurar les mataba la curiosidad sobre nuestra conversación, y como no soltamos prenda, empezaron a decirnos en coña "las del aquelarre"...
Lampone, está claro que es usted el gallo del corral.
Ay rocco quizá tu no lo sabes pero en tus sueños has dado con la mujer ideal la que no habla,ja,ja.Si sabes quien es yo de ti no la dejaría escapar.Claro que lo de que no tenga orificios es un serio problema aunque también pienso que ignatus dará alguna solución,ja,ja.Esperaré.
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