martes, 6 de octubre de 2009

BLANCO


Blanco. Me siento ante él.
Blanco. Frente a mí, por todas partes.
Blanco. También dentro de mí.

Blanco. Vasta inmensidad por cubrir.
Las ideas se agolpan como canes frente a la reja que los cautiva.
Esperando el señuelo, el disparo, la apertura.

Suelto la liebre, pero las puertas no se abren y los canes se estrellan
feroces contra la reja, y se disuelven.

Blanco. Estruendo sibilino. Eco doloroso.
Blanco. Amplio. Relajado. Suave.

Un punto azul titila en mi mente.
Un océano se abre, en calma, con suave vaivén.
Un vaivén rítmico, armonioso.

Que me recuerda a ti. A mí. A nosotros.
Tormentas secas. Vaivén jubiloso.
Suave bamboleo. Como un barco, cabeceando.

Dolor. Asfixia. Soledad.
Blanco.

Blanco.

Guardo la pluma, y cierro mi alma.

6 comentarios:

Boooz dijo...

Es para contemplarlo... muy bueno...

María dijo...

Puff... el eterno problema del papel en blanco... Describes muy bien ese abrir la puerta para que broten las palabras (yo a veces digo que casi las vomito)... y esa rabia, esa pena, cuando no salen... Cuando tienes que cerrar el cuaderno sin haber escrito nada...

Muy bueno, Rocco, muy bueno.

Rocco Lampone dijo...

Gracias, Boooz. A veces no queda otro remedio...

Rocco Lampone dijo...

Gracias, Rocío. Lo cierto es que hay veces que es frustrante. Sabes que lo tienes, lo VES, además muy claro.

Pero no sale.

Chirly dijo...

¡No sabes cómo te pega tu nueva imagen! ¿podrás creer que desde que vi el Gran Lewovsky siempre pensé que te habían retratado? tiene gracia que hayas cogido esa imagen para tu perfil.

Hay que volver a verla. En realidad Los Cohen merecen ser revisittados en un cilco. Yo pongo la pantalla grande, tu la hendriks, y mi señora la paciencia...

Rocco Lampone dijo...

Acepto encantado, Sr. Chirly.
Espero que la Sra. Chirly no ponga pegas, pero a su oferta falta algo de manduca para que la hendriks no nos haga polvo el estómago...