miércoles, 28 de octubre de 2009

TÉNEBRE


Se acerca Difuntos y Todos los Santos, fiestas que, por lo menos a mí, me recuerdan a crisantemos, silencio, cementerios, respeto, seriedad, consideraciones trascendentes, mirada profunda, recuerdo, familia, raíces, unión, celebración, reposo.

Ahora se ha puesto de moda Halloween, que me recuerda a calabaza naranja, vampiros, muerte, tétrico, fantasmas, Hollywood, lúgubre, mercado, fiesta, discoteca, disfraces, superficialidad, alcohol, terror, exaltación, histeria.

Me produce tristeza el cambio. Creo que es uno de los mayores síntomas de inmadurez que está viviendo esta sociedad.

8 comentarios:

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Esto de Hallowen (creo que se escribe así pero no me voy a molestar en mirarlo) me parece esnobismo puro y una suprema gilipollez. Hacer el gili por decreto, porque sale en la tele, porque eres más guay del paraguay. Borreguismo y más borreguismo.

Al Neri dijo...

Tiene mérito haberse inventado una palabra nueva, "ténebre".

Rocco Lampone dijo...

Estoy de acuerdo, Sr. Boooz. Es patético sustituir el sentimiento y el cariño a nuestros familiares y amigos por una astracanada mayúscula como es ir vestido de subnormal haciendo el imbécil.
Actualmente, entre los jóvenes, es una ocasión más para cogerse un peonzón vestido de forma extraña.

Boooz dijo...

Sr. Neri: efectivamente, "ténebre" surge de la fusión entre "tenebroso" y "lúgubre".

Aprendiz dijo...

A mí Halloween siempre me ha parecido una tontería, será que eso de disfrazarme no me va mucho.

Yo recuerdo de haber ido al cementerio algún año con mi padre y mi abuela a llevar flores a familiares que yo no había conocido, y de pasearme mirando las fotos de la gente y a la edad en que murieron. Ya se me había olvidado todo esto...

Chirly dijo...

Yo siempre he detestado Haloween, igual que a Papá Noel, o incluso los Carnavales o las peñas en las fiestas de mi ciudad donde ni una cosa ni la otra tenía lugar hace veinte años. Me parecen costumbres traidas recientemente y en la mayoría de los casos, meros pretextos para animar el comercio en épocas flojas o, en el caso de las peñas, para encontrar un entorno propicio en el que poder aflojar las formas y las maneras...

Sin embargo desde que soy padre encuentro que es un pretexto tan válido como cualquier otro para montar una fiesta con niños en la que ellos se lo pasan bomba. El año pasado hicimos una en casa y se vinieron casi todos los compañeros de mi hijo, y para compensar, nos inventamos una de "princesas" a la que acudieron unas cuantas niñas de la clase de mi hija disfrazadas de idem. Ya digo, cualquier excusa para montar fiestas y divertirse, me parece buena. Sobretodo si hay niños de por medio.

Boooz dijo...

Sr. Chirly: Pues nada, también montemos una de Carrrnaval (pero en serio); y por qué no una de romanos, que tuvieron su momento, todos de romano celebrando nada menos que a Baco (hip). Es broma.

Creo que el problema de fondo no es la fiesta en sí, ya que cuando gana el equipo local se hace prácticamente lo mismo que cuando se celebra el patrón: beber y consumir.

El problema de fondo creo que es cómo se está cambiando una fiesta por la otra, cómo se está anulando cualquier sentido trascendente de la muerte, al margen de la religión que sea, introduciendo en ella iconografía ajena a nuestra tradición con un ánimo meramente comercial.

Sigamos celebrando con niños fiestas con máscaras de zombies y muertos vivientes, pongámosles cartas de tarot encima de las mesas, y taburetes hechos con pelo de cabra, pongamos velas negras (son realmente divertidas), compremos incienso y tableros con letras, y disgrutemos bebiendo y riendo de lo efímera que es nuestra triste e insulsa existencia por un mundo material y sin sentido.

Chirly dijo...

Esta bien. Hagamos un mix: Imagínese usted, es mas, trate de visualizar la siguiente escena: toda mi familia disfrazada de familia Addams (o sea de los Zapatero con Obama) acudiendo de esa guisa al cementerico del pueblo a poner una corona de flowers y algunas calabazas con ojos y macabras sonrisas en la tumba de los abuelos. Y ahora hágase cargo del estupor de los lugareños sumidos en ese sentido de la realidad que caracteriza a las gentes sencillas, pero tan cabales, de los Montes Torozos mirando semejante esperpento.

Mooooooola ¿qué no?