Perdido en un mar de dudas
de nuevo.
Desdichado.
Tu alegría es mi condena.
Mi adversidad, tu ignorancia.
Prisionero de una inconsciencia
ríos de lava hinchan mis venas
hasta que pienses que me quieres.
Mientras, mitigo mi dolor
en brazos de indecentes mesalinas
buscando, sin saber, sólo una palabra.
Una caricia. Un gesto.
Te miro, y me veo en tí.
En esos pequeños que nadan en
el azul de tus ojos.
Veo tu rostro, inmenso acuario índigo.
Me veo reflejado.
Si refleja tu alma
Y yo me veo en ella
¿dónde está mi alma?
3 comentarios:
Rocco, tiene que explicar como es debido eso de las "indecentes mesalinas"...
Atrapada en su mirada... sin duda. Me gustan tus poemas. Un abrazo!
Que tipo de aclaraciones quiere, Sr. Neri? Ilústreme, por favor...
Rocío, ¡gracias! un beso para ti.
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