miércoles, 21 de octubre de 2009

LOS CEROCOMAS


Interesante concepto el del "cerocoma". Es toooda una religión. “Lo quiero en cerocoma”, “ha bajado un cerocoma”, “es un cerocoma” etc. Es el espejo en el que se miran en nuestros días muchos pitufos con cuerpo de caniche y en ensoñación de pittbull, aprendices de brujo en el mercado de las finanzas y la economía. Técnicos con ínfulas de maestros que se sostienen gracias a un traje almidonado comprado ese templo del consumo que es “El Corte Inglés”. He aquí algunas de sus características.

- A los cerocomas siempre les acompaña una calculadora, si no física, si al menos mental, por la que filtran todos los acontecimientos.

- Para los cerocomas no existe otra realidad que la que se pueda valorar en euros, libras, dólares y yenes. Su marco de realidad ideal se denomina Excel.

- Los cerocomas pueden trabajar en equipo, pero no son en absoluto gregarios. Cuanto un cerocoma se aproxima a otro cerocoma es porque quiere entrar en competición, y cuando lo deja sólo es porque ha vencido o ha sido derrotado.

- “Fracaso” es la palabra tabú de los cerocoma.

- La primera palabra del diccionario de los cerocomas es “yo”, y la segunda “nosotros” (la empresa), y la tercera ya admite un variado elenco como “los clientes”, “los proveedores”, “los precios”, “los márgenes”, etc.

- Un cerocoma recibe bien las órdenes si beneficia a “yo”, y menos bien si sólo beneficia a “empresa”.

- Los cerocomas sólo leen libros sobre cerocomas, periódicos sobre cerocomas y televisión de cerocomas (condimentado con algo de enfalograma plano).

- Hay todo un universo de complementos físicos y psicológicos para los cerocomas, que cambia cada temporada en cerocoma.

- A un cerocoma le satisface profundamente tener cerocomas similares a su servicio, y le desagrada profundamente tener cerocomas similares por encima.

Ahora bien, sólo los cerocomas que abandonan el universo cerocoma serán algún día líderes en las organizaciones, el resto en algún momento acaba devorado por el traje que le sostiene.

6 comentarios:

Rocco Lampone dijo...

Interesante reflexión, Sr. Boooz.
Hay demasiado tipejo como el que usted describe pululando por muchos ámbitos.

Muy bien descritos, por cierto.
Se le olvidó añadir que, cuando un cerocoma perece devorado, sus iguales lo celebran hasta la extenuación, confiados en que a ellos no les pasará lo mismo.

Chirly dijo...

¡muy bueno! da para mucho. Todo un post sería el de los rimbombantes y anglosajones nombres que eligen para sí los cerocomas (del tipo a "Juan José López-Itarguru. Business Process Reengineering. Director de Sección")

Rocco Lampone dijo...

Sr. Chirly, ha dejado ya de dar por saco a nuestra mascota?

Chirly dijo...

Sr. Lampone: El tiempo que ha tardado en escribir su inominioso comentario, si bien no le hubiera dado para acercarse a la parroquia mas cercana a recibir el perdón que sin duda necesita, si le hubiera dado para decidir hacerlo. Así que para la próxima vez, decida en qué emplear su tiempo antes de malgastarlo.

Antes de malgastarlo.

Rocco Lampone dijo...

Sr. Chirly:

He leído su comentario acerado con rabia, con una mueca torcida en mis labios cerrados. Prietos, bien prietos.

como un puño.

Al Neri dijo...

Conozco algunos cerocomas y me ponen enfermo. Generalmente son muy adictos al trabajo y muy competitivos. Suelen ser exitosos en el curro, pero tienen una inteligencia emocional bajo cero y una vida afectiva pobre.