viernes, 31 de diciembre de 2010
sábado, 25 de diciembre de 2010
FELIZ DÍA DE NAVIDAD
miércoles, 22 de diciembre de 2010
EL FARY SE ME HA APERECIDO EN SUEÑOS Y ME HA DICHO:
"El hombre nunca debe de blandear... [...] Al hombre blandengue yo le detesto: ese hombre con la bolsa de la compra y el carrito del niño... me parece bien" (¿?).
Palabra de Fary, bendito sea el Fary. Incluso en sus incoherencias se encierra el misterio que siempre llevan consigo las grandes verdades. Fundemos sin tardar, hermanos, la iglesia del Fary. Amén.
martes, 21 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
HUMOR DE MIERDA 2 (FERNANDO ESTESO)
Un icono de la auténtica caspa ibérica, cerril, bajuna, cutre... Un cómico escapado al mundo del cine de las "revistas" de los años de la transición, el hábitat que le hubiera sido natural, dirigidas a viejos verdes huídos a la capital a pillar cachaza y a desternillarse a golpe de chistes de mariquitas, tartamudos y (curiosamente) paletos que, acabado aquel tiempo, desapareció con él. Por cierto que ese es un genero que, transformado en Noches de Fiesta o en "espectáculos de humor" ha pervivido hasta hoy y que nutrirá abundantemente esta sección, ya lo verán.
Pero todo a su tiempo, hoy nos dedicamos a Fernando Esteso que gracias a Dios está desde hace muchos años en el olvido, y allí está bien (él descansa y nosotros también, que diría el otro).
Ahí va eso:
viernes, 17 de diciembre de 2010
RETROSPECTER
del experimento de Chirly del otro día, poniendo
un vídeo del nefasto Eloy este, ha venido a mi memoria
un video cortito con el que me he reventado a reir muchas veces.
Para los que no lo conozcais, este vídeo exige saber algo antes de
un programa que ha pasado por varios sitios, aunque el modus
operandi es siempre el mismo.
En Paramount Comedy se conocía como La hora Chanante. Después pasó
a la cadena de los culturetas, esa que nadie ve pero que si eres un gafapasta
con acné rebelde y pinta de Florinda Chico recién salida de un horno de
telepizza, pues se te llena la boca diciendo que si la ves, aunque sea mentira.
Vamos, que se fueron a la 2, y se llamó Muchachada Nui.
De ahí pasaron a Antena 3, lamentable cadena, sobre todo en sus noticiarios, donde uno no sabe si ve una mezcla de El caso, Playboy, el inspector gadget haciendo el payaso o un concurso de anuncios (hasta 5 anuncios conté yo el otro día, en 40 minutos de telechorradas). La ventaja es que esta en una de sus filiales, el a3 neox, que básicamente se dedica a repetir series viejas, vídeos de primera y las mismas películas del canal normal unas veinte o treinta veces más. En esa cadena ahora se llama Museo Coconut.
Para los amantes del humor absurdo e ingenioso, es magistral. Una de sus secciones favoritas (y la mía también) se llamaba Retrospecter, que viene a ser pillar trozos de películas antiguas y doblarlas como les sale los cojones. Las risas están aseguradas.
Para muestra, un botón. Lo califican como lo Mejor de Retrospecter.
En próximas ediciones más perlitas de estos muchachos.
A disfrutar.
jueves, 16 de diciembre de 2010
TORTILLACA
Pero no es de eso de lo que quiero hablar, que me pierdo. Decía que algo se cuece en el Pasaje a parte de las fotos del Teutates, y el merodeo de algunos de nuestros vecinos de blog. Hoy toca hablar de los catorce huevos y los cinco kilos de patatas que se cuecen a fuego lento en la cocina del Pigiama a eso de las once. El Pigiama, junto con la Negra Flor y la Tertulia (y el que está en frente del Pigiama que nunca me acuerdo de como se llama) son el núcleo duro de una serie de establecimientos que duran y perduran en el Pasaje, cosa que no consiguen el resto de comercios que, por alguna razón que se me escapa, les cuesta pervivir. Espero, por cierto, que esos muchachotes de las fotos que se han puesto recientemente rompan ése maleficio y disfruten de largos años de próspero negocio en el centro del pasaje.
Pero sigamos con la tortilla en cuestión, que como mínimo se levanta siete centímetros de la barra de Paco, y que sirve para ofrecer a quien las pida, unas raciones que fácilmente contengan, cada una, un par de huevos y alguna que otra patata, y que junto con el trozo de buen pan que la acompaña despiertan a cualquier muerto a esas horas de la mañana. El Pigiama, como los demás bares del Pasaje no son bares de tapas ni pinchos, por eso la tortilla es una rara avis en esas latitudes. Éstos bares son más de café o de "digestivo" (copazo, vamos) tranquilo para la sobremesa de la comida o la cena. Un lugar ideal para reunirse y tener una larga tertulia o una conversación serena con un amigo o novia, que pueda extenderse largas horas sin llegar a sentirse nunca incómodo ni por la música, ni la decoración, ni la gente que los frecuenta. ¡Anda que no hicimos horas de vuelo mi mujer y yo cuando éramos novios en todos estos bares! (menos en el que no recuerdo su nombre, que ni siquiera existía).
Bueno, pues eso, que quien lea esto y venga a Valladolid no se pierda uno de los pocos rincones de la ciudad con verdadero encanto, y si además se pasa cerca del Pasaje a esas horas de la mañana, no se le ocurra desaprovechar la oportunidad de probar una tortillaca digna de un monumento que algún día substituirá al Mercurio ése que no pinta nada allí.
De la de la foto tuvimos conocimiento carnal el Sr. Rocco y yo. ¡sos morís de envidia!
martes, 14 de diciembre de 2010
HUMOR DE MIERDA 1 (ELOY ARENAS)
La cosa tiene un punto cafre, canalla, casposo, incluso de vergüenza ajena y propia, ya verán. Lo de la propia es porque al ver alguno de éstos personajillos quizá el lector se reconozca a sí mísmo en su mocedad riéndose a pierna suelta con ellos o trasladando a su vida diaria sus coletillas tipo "¡22, 22, 22!", o "¡ah... se siente...!"
Y no digo más: ahi va el primero:
jueves, 9 de diciembre de 2010
REVÉS
El hombre de negro huía a través del desierto, y el pistolero iba en pos de él…
Así he estado yo varias semanas, persiguiendo un destino escurridizo. Así perseguía yo un destino soñado, un hueco anhelado.
Así esperaba yo cumplir un poco mis expectativas y mejorar laboralmente.
Pues a tomar por culo el hombre de negro. Como si de una mala y barata furcia se tratara, ha preferido irse en brazos de otro. Y yo me quedo solo, en medio del desierto, buscando un oasis donde reponerme y continuar.
A tomar vientos todo.
Pero pronto volveré a perseguir a otro hijoputa por el desierto…
viernes, 3 de diciembre de 2010
BUEN OJO. FINAL.
Escribo esto desde la cárcel. Ahora sabréis por qué.
Días después, tras haber estado varias veces en dicha cafetería, no volví a ver a la amazona de mis sueños, y estaba desolado.
Deambulando por las calles después de haber comprado unos churros para desayunar en mi casa me pareció ver su melena cerca de un coche, abriendo la puerta.
Mi corazón galopó nervioso, desbocado, mientras me acercaba corriendo a su coche. Ella estaba ya entrando en él, poniéndose el cinturón y arrancando.
Al ver a un tipo con unos churros en la mano corriendo hacia su coche arrancó, y yo forcé un poco más, hasta casi tocar la parte trasera de su coche. Corrí un ratito, unos metros, hasta que un perro se cruzó frente a ella y frenó. En seco.
En ese momento, asustado por el chirrido de los frenos, tropecé, lanzando los churros contra su cristal trasero y estampándome contra el coche, yendo de morros contra sus luces.
Al oír el golpetazo ella salió del coche, y me vio arrodillado, con varios dientes en la mano, e intentando balbucear algo con la nariz torcida en un extraño ángulo, y la boca llena de sangre.
Me reconoció, creo que a su pesar, y me metió en el coche para acercarme a un hospital, pese a mis inconexas y poco entendibles protestas. Al poco llegamos a un hospital y bajamos del coche, que yo había dejado totalmente perdido. En urgencias me metieron en un box rápidamente, mientras ella rellenaba el formulario. Yo intentaba decirla que la pagaría la limpieza del coche, pero ella no me hacía caso. Terminó de rellenarlo, puso sonrisa de circunstancias, me dio unos toquecitos en el brazo y salió.
Varios meses después, cuando la hinchazón de mi cara ya no me hacía parecer un monstruo, decidí ir a terapia. Pasé de un terapeuta narcisista a un hipnoterapeuta que usaba mis sesiones para escribir un libro, un bombazo, decía.
De ahí pase a una sexóloga deprimida que me animó a lanzarme al ruedo sin complejos, imagino que con ganas de que hiciera el ridículo de nuevo y se lo contara.
Después de apuntarme a varias webs de amistad y de estar una asociación de solteros, decidí volver a mi vida normal y dejarme de esas tonterías. Igual influyó el hecho de que me expulsaran de la asociación cuando, en medio de una fiesta, tropecé y le pisé el vestido a una soltera, dejando al aire sus partes pudendas y recibiendo un tortazo sonoro en mi maltrecha cara.
Volviendo a casa un día lluvioso intenté cruzar por un paso de cebra de una calle, en medio de un fenomenal atasco. Todos los carriles estaban colapsados, decenas de coches avanzaban en primera y se detenían, y tocaban el claxon impacientes. En medio del cruce, una pareja de policías locales hacían lo que podían. Intenté cruzar a su lado cuando, oh albricias, uno de los agentes era mi musa, casi olvidada. Del respingo mandé a tomar vientos el paraguas, yendo a caer sobre un coche. El conductor salió como un energúmeno, gritando y haciendo aspavientos. Yo, mientras, me empapaba, feliz ante la visión de la dulce beldad.
Cuando el conductor se calmó la agente reparó en mí. Puso cara de sorpresa, y me indicó que me fuera, que estaba trabajando y era peligroso. Yo la dije que enseguida me iba, que quería darle mi número de teléfono y disculparme con ella, pero insistió en que me fuera. Saqué una tarjeta personal y se la fui a dar, pero ella estaba ocupada. En una mano tenía uno de esos pirulos luminosos para dirigir el tráfico, y en otra el silbato. Así que me decidí a meterle la tarjeta en uno de los bolsillos de su cazadora, los delanteros, donde llevaba los bolígrafos. Pero resbalé y me apoyé. En ella. En concreto, en sus pechos.
Ella respingó, se puso hecha una furia e intentó quitarme de encima. En ese momento volví a tropezar y caí de rodillas ante ella, moviendo las manos para agarrarme a algo. Y me cogí a su cintura, en concreto, a las cachas de plástico de su revólver, que se movió de la funda.
Su compañero pensó que la estaba agrediendo e intentando quitarle el arma, así que sacó la porra y me sacudió, partiéndome el brazo por el codo, mientras después me dejaba la espalda hecha polvo.
Y ahora comparto celda con varios yonkis, un estafador medio tarado y alguna que otra prostituta enferma.
Tengo el brazo mal vendado, que me duele horrores.
Han presentado cargos por agresión física a un agente, además de intento de agresión sexual y por alterar el orden público.
Encima la policía de mis sueños es lesbiana, y la abogada de oficio que me han asignado dicen que también. Y se conocen.
PD. Mierda, encima la juez que verá mi caso odia las agresiones sexuales, y más si son a supuestos colectivos en minoría o propensos a vejaciones.
Creo que tardaré en salir de aquí…
jueves, 2 de diciembre de 2010
BUEN OJO (I)
Yo tomaba café y pensaba en vaca, que si esto, que si lo otro, lo de más allá…
Y de pronto entró ella. La mujer de mi vida. Guapa, un tipazo de quitar el hipo, una melena pelirroja hasta media espalda que hizo que despertara y avivara un gran sentimiento hacia ella…
Se sentó, sola, con un café. Hojeaba el periódico. De tanto en tanto miraba a la ventana, y a su móvil. Nada cambiaba, y a la vez todo cambió.
Empecé a pensar cómo conocerla, con las frases típicas de: …tu cara me suena…, …creo que estudiamos juntos…, …¿no nos conocemos?..., …me recuerdas a alguien de mi infancia…
Conseguí armarme de valor, acerqué mi taza vacía a la barra, pedí un batido y fui para allá.
Esbocé mi irresistible sonrisa Profident y me acerqué, triunfante. Ella me vio, sonrió por cortesía y pronto trocó su sonrisa en una cara de espanto y repugnancia. Eso me puso nervioso. Minó mi autoestima. Me alteró y tropecé, justo frente a ella, vertiendo todo el batido por su cabeza y rompiendo el vaso en su frente.
Bien, me dije, buen comienzo.
La chica me miraba perpleja, sin saber qué hacer ni decir, mientras churretones de sangre rodeaban sus preciosos ojos y caían por sus mejillas, antes sonrosadas y perladas de pecas, ahora cubiertas de batido y sangre.
Salí del paso como pude y, tras vencer su resistencia inicial, aceptó que la acompañara a casa a por ropa limpia y a que se aseara, y después a una tintorería para arreglar el estropicio. Naturalmente pagaría yo. Aún barajaba la idea de que aceptara mi invitación a cenar.
Ya en su casa me dijo que esperara en el salón mientras ella se cambiaba. De pronto tuve ganas de orinar y, sin saber, pensé que el baño sería la puerta del final a la derecha.
Pues no era, no.
Era su habitación, y cuando abrí la puerta ella estaba junto a la cama, totalmente desnuda, hablando por teléfono.
Bien, me dije, vas mejorando.
Absolutamente granate me di la vuelta a la velocidad del rayo, mientras ella chillaba, a la vez que, al cerrar la puerta, daba un patadón enorme a un jarrón grueso que tenía en el suelo. Jarrón a tomar vientos, en una miríada de trocitos.
Salió envuelta en una toalla, calmándome mientras veía el estropicio jarronil. Me indicó el baño y volvió a su cuarto.
Una vez frente al espejo me calmé, y observé, horrorizado, porqué su cara en la cafetería había mostrado asco. Tenía, enganchado en varios dientes, pellejo de la morcilla que me apechugue en el almuerzo.
Bien, me dije, perfecto.
Al intentar quitarla, forcejeando, solté un manotazo y sacudí un paquete de tampax que tenía en la repisita del espejo. Tampax que volaron a la taza del váter que, para que fuera todo redondo, estaba abierta.
Splosshh.
Me arrojé feroz sobre el váter para recoger lo que pudiera, arrodillado, con las manos hasta los codos en la taza y la frente apoyada en la tapa.
De pronto, atraída por el ruido, abrió la puerta del baño, y me encontró en esa posición, acodado en la taza, con varios tampax en cada mano, chorreantes, y alguno más en el bolsillo de la camisa y entre los dientes.
Sorprendida, cerró la puerta. Sin decir nada.
Bien, me dije, cojonudo. Vas de puta madre, tío.
Salí del baño, azorado. Me esperaba en el salón, mirando al suelo. Bajamos hasta el coche.
Fuimos hasta la lavandería sin decir palabra, y yo sin moverme ni mirar a ninguna parte.
Al llegar al destino, la puerta de la lavandería, me apeé del coche y esperé en la acera. Ella, desde el coche aún, me miró y arrancó desesperada, acelerando bruscamente y haciendo chirriar las ruedas.
Y yo, mientras, esperando en la acera.
lunes, 29 de noviembre de 2010
NORMALIDAD
Durante los últimos días hay una secuencia que se repite por parte de un compañero mío de trabajo. Como tenemos algo de tiempo entre encargo y encargo, generalmente me glosa y comenta las noticias políticas y deportivas del día. Antes era un fan declarado de Losantos, y a día de hoy se ha vuelto bastante Herrerista, a expensas del bueno de Buroaga, al que dice que no puede ni ver.
La verdad es que desde que no tengo tele me parecen divertidas sus intervenciones, aunque contengan el sesgo propio de alguien que dice tener "opiniones propias". Y aquí es donde viene el tema: la normalidad. Él, me dice, piensa lo normal, lo que debería ser normal, e impone su normalidad a lo "anormal" de las situaciones y contextos, porque él es alguien normal que piensa cosas normales, como la gente normal de toda la vida, vamos, la normalidad de siempre.
Los primeros quince minutos es divertido, luego se suele convertir en un mantra autojustificativo con tendencias inquisitoriales evidentes. No obstante, yo ya tengo hecha la oreja a ello y no me molesta. Ahora bien, a veces lo que él dice que es normal a mi no me parece muy normal... ¿es normal?, porque ¿Qué es lo normal?
Una vez le pregunté a uno más listo que yo un asunto de estos (cuando aun estaba en el cole, qué tiempos...), y me contestó que lo normal era algo estadístico, y entonces le pregunté a otro, y me dijo que lo normal era (ojo) lo que estaba en la mente de Dios (toma!)... Entonces me pregunto en mi ignorancia casera ¿en cuales de las dos normalidades encaja mi compañero? Creo que me estoy liando...
miércoles, 24 de noviembre de 2010
INDIFERENCIA
Como una mariposa se acerca a la luz, temblando
Como las hojas inclinan su peso,
Contra su voluntad, hacia el suelo,
Doblegadas por el peso del rocío
Como el girasol se retuerce hacia el astro rey
Al igual que el polen gira frenético,
Sin control, a los caprichos del viento
Mis ojos vuelven una y otra vez a ti
A tu rostro, esbelto, sereno
Mis ojos parecen encadenados a los tuyos
A esa perfección azulada donde podría navegar siempre,
Sin comida ni bebida, sin nada que hacer más
Que seguir navegando, buscando algo en ti.
Pero el resultado siempre es el mismo
Como la mariposa que se va de la luz, asustada
Como la hoja triunfa enhiesta, tras vaciar el rocío
Como el girasol, vuelto al suelo al anochecer
Como el polen, pegado a tus ojos
Siempre veo la misma señal en ti
Indiferencia
jueves, 18 de noviembre de 2010
MORE HUMAN THAN HUMAN. WHITE ZOMBIE.
Establecidos en New York, White Zombie originalmente fue una banda de noise rock en la misma categoría de Sonic Youth. Thurston Moore de Sonic Youth y el icono del grunge Kurt Cobain han profesado ser fanáticos de sus primeros trabajos.
White Zombie fue conocido por combinar el metal con los riffs de guitarra (como en "Super-Charger Heaven") sobrecargado de líricas fuertemente influidas por películas de terror y una estética pseudo-satánica. A diferencia de otras bandas metal de los 90, White Zombie era casi exclusivamente una banda de “fantasía”, escribían canciones no sobre de la vida real, sino sobre fantasías de terror surreales. La música de White Zombie está plagada de influencias y referencias a la serie B estadounidense, las películas de Roger Corman o Russ Meyer, los cómics, la ciencia ficción o la cultura decadente estadounidense. Su auge a mediados de los 90 coincidió con el de otros grupos con similares influencias, como Monster Magnet o Marilyn Manson .
Rob Zombie (nacido Robert Bartleh Cummings; Enero 12, 1965) es un músico de groove metal e industrial, director de cine y escritor. Rob Zombie es más conocido como el fundador, vocalista principal, escritor y caricaturista de la banda White Zombie. En años recientes se ha establecido como solista y director. Su carrera de director comenzó con las cintas de terror, House of 1000 Corpses, y su secuela The Devil's Rejects, lanzada el 22 de julio de 2005.
También dirigió Halloween, nueva edición de la peli de John Carpenter, y ha trabajado en la dirección de capítulos de CSI: MIAMI.
A mí esta canción, particularmente, y su vídeo, me parecen muy buenos. Las imágenes son algo caóticas, reflejo, supongo, de su mente.
Disfrutadlo.
martes, 16 de noviembre de 2010
MACHISMO!?
Ahí van una serie de láminas que seguro que resultarán atractivas para el debate. Sólo pido que la gente menuda diga lo que realmente piensa, sobre todo los casados. Por ahora adelanto 3. Proceden de un libro de los años 50. Seguro que son de vuestro interés. Por cierto, Mercadona es de las pocas que está saliendo adelante... En estos momentos no me gustará trabajar en Carrefour...
lunes, 15 de noviembre de 2010
DE MAR Y GUERRA
Desde hace unos meses me sumerjo cada noche en un mundo de madera y mar salada en el que el capitán de navío Jack Aubrey, y su amigo Stephen Maturin, habitan y recorren, a bordo de diversos barcos de Su Majestad el Rey Jorge III, los siete mares de principios del siglo XIX. Aunque se trata de ficción, muchas de las batallas, conflictos y escaramuzas en las que se ven envueltos fueron reales, sólo que suplantan con su identidad ficticia las de los auténticos personajes que participaron en ellas. Creo que a eso se le llama novela histórica.
No tengo experiencia en este género, pero me resulta fascinante teclear en google el nombre de un barco contra el que se enfrentan, o cualquier dato que se aporta en la novela, y descubrir que todo lo que estás leyendo fue real y está profusamente documentado. O al revés, descubrir en la novela detalles y aspectos que no figuran en los libros convencionales de historia. Ya que si algo destacan de éste autor es precisamente su rigor histórico y la profunda labor de investigación que llevó a cabo antes de abordar cada una de sus novelas, sacando a la luz detalles y aspectos prácticamente desconocidos.
Aunque la cosa histórica es sólo la guinda del pastel. Porque el pastel es la novela en sí. Es como si leyeras El Señor de los Anillos pero con el aliciente de que los hechos que se cuentan, además de ser apasionantes, fueran reales y estuvieran ahí, en las bibliotecas. Me flipa conocer en detalle cómo eran las cosas hasta hace cuatro días (si cojes a dos tipos que hayan vivido cien años, te plantas ahí): para gobernar un barco de 74 cañones hacía falta una tripulación de 600 hombres, literalmente hacinados en auténticos ataudes flotantes. Lo de los cañones era para lanzar a lo bestia pedruscones de hierro de quince kilos que destrozaban la madera de que estaban hechos aquellos barcos, lanzando astillas al rededor; cortando brazos, cuellos, torsos y cuanto pillaran cerca y eso cuando no daban de lleno a cualquiera que anduviera por ahí (cosa fácil con tanta gente tan junta). Sin antibióticos y con una medicina errática, cualquier enfermedad podía mandar en pocas semanas a 200 de esos hombres al fondo del mar, convertidos en comida para peces; cualquier viaje que hoy hacemos en dos horas de avión eran meses de peligrosa travesía y aislamiento total... en fin, asombroso.
Lo malo es que no es una novela, sino una interminable serie de 21 títulos (y eso que el autor ya palmó... ). Por si os interesa: el autor es Patrick O´Brian, y el título de la primera: "Capitán de mar y guerra", en inglés "Master and Comander" ¿os suena? pues esa, si.
Por cierto, enganchado a la cosa náutica me leído un par de Trafalgares por el camino; el de Pérez Reverte y el de Pérez Galdós. El priemro muy cansino, lleno de tics, palabrotas y anacronías que tienen su gracia si se trata de levantar una aburrida tarde de domingo a golpe de artículo suelto en el "Semanal XL", pero para una novela entera..., el segundo, resulta un poco viejuno por la forma de escribir y eso, pero molón. De hecho, a rebufo de su Trafalgar me leí algún otro Episodio Nacional: la cosa tiene un post, así que algún día de éstos, me lo suelto.
La imagen es enorme porque merece la pena pinchar y dedicar un rato a ver los detalles ya que cuenta muy bien cómo eran las cosas esos tiempos. En concreto, retrata el desastre de Trafalgar.
viernes, 12 de noviembre de 2010
FRIDAY I´M IN LOVE
Los giris saben: Eso de friday viene de freeday; el dia de la libertad, el que te haces libre. Pero es curioso, porque yo no sabía que esta canción se titulaba como se titula hasta que me he decido hacer un post sobre ella. Lo único que sabía es que llevo con ella metida en la puta cabeza toda la semana, que habla de los días de la semana (mi pobre conocimiento del inglés no da para más), y que suena tremendamente optimista. En realidad, es un canto a los viernes: dice Robert Smith, el cantante y cerebro de la banda, que todos los días tienen alguna pega pero el viernes... el viernes es todo agüita-limón.
Odié profundamente a The Cure al mismo tiempo que me vi encadenado a él a marchas forzadas (un hermano mayor se obsesionó con los perroflauas éstos y nos los metía hasta en la sopa); llegué a saber de la banda y de la madre que los parió mucho más de lo que necesité y quise saber jamás, y al final del proceso, que duró varios años, cuando había oído hasta el último concierto que había quedado registrado por algún tarado con una grabadora, y me había tragado hasta el más casposo reportaje que el mencionado hermano mayor encontró en la videoteca de la biblioteca, resultó que había un puñado de canciones de estos siniestros (que así vistos con el tiempo me siguen pareciendo lo que ya me parecían entonces: unos payasos) que me gustaban y que oía en secreticio para no contradecir mi aversión tantas veces proclamada.
Hoy, cuando ha superado el examen del paso del tiempo, no me importa reconocer que, gracias a canciones como ésta, la banda merece su hueco en mi pequeña historia del pop. Y como soy un espiritu generoso y abierto, es mi deseo compartirlo con todos los que quieran empezar este fin de semana con un poco de buen rollo.
Por cierto, por si estáis penando en soltar lo del "free day" en la sobremesa del domingo ante vuestro cuñado filologo ingés, ahorráoslo. Resulta que, en realidad (wikipedia dixit), el "fri" de friday viene de no sé qué coño de vocablo sajón o viejo alemán (frege o algo así) que hace referencia, como todos los viernes de casi todas las lenguas europeas, a Venus. Pero ¿a que había colado?
¡Feliz viernes, y disfrutad de la libertad!
miércoles, 10 de noviembre de 2010
RAMMSTEIN. SONNE.
os traigo una gran canción de Rammstein. Sonne.
El vídeo es muy chulo, y la canción es bestial.
Disfrutadlo.
martes, 9 de noviembre de 2010
TELEOPERADOR (y fin)
Mi amigo lo pasa a los comerciales de Perú de nuevo para explicarles que así no se puede, que hay que hacer un cambio de línea. Devuelven la venta diciendo que ya está todo claro, llama de nuevo y responde un hombre a los datos del muerto. Lo devuelve y le contestan que no estaba muerto (estaría de parranda), y que se habían equivocado sus familiares. Kafkiano.
Otro cliente le dice a una chica que no puede realizar bien el proceso porque tiene Alzheimer elevado y no sabe qué responder. Lo pasa en incidencia a Perú, y la devuelven diciendo que se ha recuperado de repente y puede continuar, que le llamen ya. Evidentemente, no era él.
Otra de las cosas divertidas del trabajo, si es que las tiene, es la confusión de los peruanos con los términos y las ciudades españolas. Por ejemplo, Fuenlabrada lo entendieron como Zona brava, Madrid.
Otro cliente, en medio de la grabación, dice que espera que no dure mucho porque se empieza a cansar, que el de pequeño sufría de esquizofrenia y sus amigos y compañeros se metían con él y lo pasaba fatal…
Otra petición de portabilidad explicaba la dirección. Mi compañero no recordaba la población, pero sí que ponía casa Alejo, y como complemento añadían que era la casa blanca, en el callejón, al lado del bingo.
Otra verificadora al hablar con una cliente y repetirle los apellidos, le traicionó la mente y en vez de decir Cuadra, dijo Guarra.
Una clienta cometió un error gracioso. Al terminar el primer proceso mi amigo dice que deben recordar a los clientes que la vía de acceso a su línea es analógica. Se lo recuerdan a una clienta y ésta dice:, si, ya, lo sé, la vía de acceso que yo tengo es anal.
Una clienta se apellidaba Villagra, y lo gracioso del asunto es que vivía en una población de Valencia, llamada Foios.
Como remate final están los nombres y apellidos de los comerciales, realmente graciosos. Uno se ha puesto de nombre Maikol, tal y como se pronuncia Michael, pero él lo escribe Maikool. Otro se llama Hitler Lenin (no saben qué tienen o tenían sus padres en la cabeza…), otra se apellida Soplapuco (el descojone, dicen, es generalizado...)
Pero la palma se la llevan dos, uno apellidado Bocanegra, y otro Chachapollas.
Sin comentarios.
viernes, 5 de noviembre de 2010
INESPERADO (y II)
Se giró lentamente, con el arma temblando, y disparó. Vació el cargador. Al terminar, una risa demencial le volvió loco. Miró, con miedo, y observó al ser sentado en la tumba abierta. Un personaje vestido con un traje de hace cincuenta años, con sombrero y cayado, le miraba, sonriente, sentado con los pies colgando.
- No m´has contestao. Quién eres tu, ¿ehh? ¿Pá qué has habrido mi tumba?
- No…no es posible…
- ¿Qué no es pozible, indeviduo?
- Quien eres tú, no me digas que…
- Ferreduela, si. Quién pensabas que era, ¿el sereno? Mía que eres bobalicón…Diga, diga, ¿qué pensabas hacer aquí?
- Yo.. eh…, yo…
En ese momento se dio cuenta de que estaba rodeado. Varias lápidas más estaban en el suelo, y los ocupantes de ellas, alrededor de él. Gitanos, payos, mujeres, niños, algunos harapientos, otros perfectamente vestidos. Varios desmembrados, uno con la cabeza seccionada. Todos mirándolo. Todos esperando.
Ferreduela tenía el pecho abierto, con la sangre coagulada, y marcas de disparos de perdigones por la cara y cuello. De los balazos de Raúl, ni rastro. De la lápida de Ferreduela asomó una cabecita, partida a la mitad, con trozos de cerebro colgando. Un niño, de unos diez años. Le sonrió, mostrando que faltaban varios dientes, y le preguntó: - ¿tuco o tato?-
- ¿Eh?- dijo Raúl, asombrado. Ferreduela le dio un empujón, y le dijo: - contesta a mi bisnieto, coñe-.
- ¿tuco o tato?-
- Joder, me voy a volver loco… esto es una mierda…
- ¡TUCO O TATO!- le gritó, sacando medio cuerpo de la tumba, y con la cara a escasos centímetros de él.
- ¡cojones con la mierda esta, déjame en paz!-
- Vale, entonces tuco- dijo el mocoso, y se acercó, le agarró por el cuello de la cazadora y le hundió una navaja en la mejilla, hasta el mango, bajando hasta astillarle la mandíbula y dejarle la cara hecha jirones. Raúl aulló de dolor, mientras Ferreduela reía.
Raúl intentó volverse, pero le habían cerrado el paso. El niño saltó de la tumba y le asestó varias cuchilladas, esta vez en los muslos. La sangre saltó, caliente, a mezclarse con la lluvia. Mientras el grupo reía, Raúl pudo desasirse y salir, medio corriendo, medio gateando, y acercarse a la verja. Ferreduela dio una orden, y el grupo se dividió. Varios corrieron, adelantaron a Raúl y salieron a por el coche, donde estaba Ginés. El resto dio caza al herido, lo golpearon y lo arrinconaron. Raúl chillaba y pedía clemencia, totalmente loco. El niño se acercó, corriendo. Los trozos del cerebro se le iban cayendo por el camino. Se agachó y le desgarró el cuello. Raúl gorgoteaba, intentaba gritar pero se ahogaba en su sangre. Pronto los demás se tiraron sobre él y le quitaban la ropa a mordiscos, llevándose también carne, tendones y venas. Se escuchó un crujido cuando uno de ellos, arrancando una mano, se puso a roer el hueso, machacándolo con los dientes.
Raúl se giró como pudo, para contemplar cómo Ginés yacía sobre el capó del Opel, desmembrado, siendo machacado y despedazado por la jauría, mientras exhalaba sus últimos gritos…
Antes de que pudieran sacarle los ojos, Raúl expiró, mientras Ferreduela gritaba: - desdichado, ¿cómo vienes así a mi casa, con ese propósito, la noche de los Santos, la noche de los muertos?-
Segaron la cabeza de Raúl y la arrojaron hacia atrás, hacia los pasillos del cementerio, infestados de muertos caminantes, humeantes, sedientos…
jueves, 4 de noviembre de 2010
INESPERADO (I)
Nuestro hombre entró y se quedó ante el funcionario.
-Siéntese, por favor- dijo, mientras abría su expediente. Hojeó la solicitud escrita, comprobando los datos.
- Está empadronado en Valladolid, ¿verdad?
- Si, claro. Adjunté el empadronamiento en la solicitud.
- Si, aquí está.
- Bien. Sabe que el puesto es de mantenedor del Cementerio del Carmen, ¿verdad?
- Si, el puesto de enterrador, ¿no?
- Bueno, si, aunque ya no se llama así, y además, los entierros los hacen las funerarias. Este puesto sería más de cuidar el cementerio, los caminos, el césped y los árboles, cuidar los viales y vaciar y mantener papeleras, limpieza y demás.
- Bien, correcto. ¿Qué horario tendría?
-De lunes a sábado, de 10 a 19,30 horas, con media hora para almorzar, tres cuartos para comer y los descansos pautados en el convenio.
- Perfecto.
- No hay más candidatos, y el anterior no cumplía uno de los requisitos, así que, si lo desea, el puesto es suyo.
- Por mí encantado.
- Bien, pues empieza el lunes. Pase ahora con mi compañera del fondo, que le dirá lo que necesita traer para completar la documentación. Vuelva mañana con todo lo necesario y podremos tener todo listo para su incorporación.
Días después, tras haber realizado todo lo necesario, Raúl estaba preparado para su primer día de trabajo. Álvaro, el compañero que se jubilaba, le enseñó todo lo necesario los dos primeros días. Después se quedaría sólo, pues su compañero debía disfrutar los días de vacaciones no disfrutados antes de su jubilación.
Llevaba varias tardes estudiando bibliografía antigua, y periódicos viejos. Estaba comprobando los movimientos migratorios de varias familias de gitanos, de cierto esplendor oculto, que se afincaron en Valladolid y alrededores mucho tiempo atrás. A pesar de sus recelos, los datos eran correctos. La familia que buscaba, ascendientes de Ferreduela, estaban enterrados allí. Según sus ritos, enterrados con todas las joyas, alhajas y boato que su rito exigía. Esa familia había canalizado el contrabando de alimentos y ropa en los peores años de la hambruna, tras la guerra civil española.
Habían amasado una gran fortuna y una posición importante, sobornando a funcionarios y consiguiendo que hicieran la vista gorda en sus trapicheos.
Al cuarto día de estar solo localizó las tumbas. Por la noche, desde su casa, realizó una llamada de teléfono.
- Ginés, ya tengo todo localizado.
- ¿Si?, perfecto. Estás seguro de que es lo que buscábamos, ¿verdad?
- Por supuesto, no hay duda.
- Bien, mañana es el día entonces. Espero tu llamada. Me sitúo con el coche en la entrada principal, ¿no?
- Si. Recuerda, el coche, que pase desapercibido.
- Si, ya tengo localizado uno. Es un opel kadet clásico, color verde aceituna. Sin luz directa no sabrías que color tiene.
- No te preocupes, yo quitaré las farolas de la entrada.
- Bien, espero tu llamada.
Al día siguiente se acercaba a la entrada principal cuando vio un grupo de gente haciendo botellón al lado de la puerta. Continuó con el coche, dirección Santovenia, para ver la entrada secundaria. No había gente, pero la carretera de Santovenia discurría al lado, tenía mucho tráfico y sería un blanco fácil: cualquiera podría verle.
Llamó a Ginés, la entrada debería ser al día siguiente. Era arriesgado, pues era el día anterior a los Santos, pero habían asegurado lluvia, y no habría ni perroflautas bebiendo ni haciendo el cabrón, ni guardia civil cerca.
Al día siguiente, bajo una lluvia torrencial, consiguió entrar por la puerta principal. Había desconectado la alarma antes de salir, y dejó las cámaras fuera de servicio reiniciando el servidor. Entró y entornó la puerta. Con una pequeña linterna se orientó hasta su objetivo. A pesar de la lluvia, no se oía ni un alma. O eso creía el.
Mientras dejaba la mochila en el suelo y comprobaba la losa, su ojo le jugó una mala pasada. Creyó ver un fulgor a su derecha. Se giró, y no pudo ver nada.
Se volvió y continuó. A los dos minutos escuchó una risa. Se giró rápidamente y vio una llamita titilar, dos pasillos hacia la derecha.
Asustado, con la linterna en una mano y la palanca en la otra, se acercó. Nada vio, nuevamente. Volvió a su tarea, totalmente agitado. A los pocos segundos vio una sombra furtiva escabullirse justo a su lado. Se giró, enfebrecido, y gritó:- ¡Quien anda ahí!- mientras echaba a correr hacia atrás. Volvió de nuevo. Ya tenía la losa separada y se preparaba para echar mano al ataúd. De repente un empellón le arrojó a la tumba de al lado, mientras una risotada salvaje le helaba el corazón. Totalmente desbocado avanzó varias tumbas más allá mientras sacaba su pistola, loco de nervios.Volvió a preguntar si había alguien allí, y volvió a obtener el silencio como respuesta. Caminó hacia atrás, hacia la tumba abierta, hasta que una voz le heló el corazón.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
INVISIBLE
Dirigió sus pasos hacia su casa. Casi nadie caminaba por la calle, y los pocos que se aventuraban, iban encogidos, ateridos de frío y soledad.
Llegó a su casa, entró en la plaza donde vivía y se dirigió a la torre 2, donde estaba su hogar. El portal estaba abierto. Avanzó la mano al botón del ascensor, que se pulsó e iluminó al instante.
Salió en el quinto piso, y se situó frente a la puerta C. Metió la mano en el bolsillo, buscando las llaves, y no las encontró. Toqueteó lo que parecían bolas de naftalina, y esas bolsitas humidificadoras que a veces vienen con objetos de piel y zapatos. Las miró, indiferente, y las arrojó de nuevo al bolsillo. Nunca se sabe lo que un inventor e investigador como yo lleva en el bolsillo, ni para qué puede servir, se dijo para sus adentros…
Acercó la mano al timbre, y antes de que pudiera pulsarlo, se abrió la puerta. Entró en el recibidor, que se iluminó al instante. En la cómoda de la entrada pudo ver que faltaba la foto de su boda con Blanca. Su lugar lo ocupaba la foto de Blanca, de soltera, y de su ayudante de laboratorio, Felipe, también de soltero.
El salón se iluminó. La decoración había cambiado, casi totalmente. Eugenio estaba desconcertado. Juraría que esta mañana, antes de irse a su laboratorio, todo era distinto. No entendía el cambio.
De pronto escuchó el jadeo de un bebé. Eso lo perturbó enormemente. Blanca no estaba embarazada, no entendía qué ocurría. Al fondo del pasillo se encendió una luz. Unos pasos precedían una sombra que titilaba sobre la alfombra. Los pasos se encaminaron hacia él, que se había parado en el recibidor. La sombra giró la esquina, y se vieron. Eugenio tenía frente a sí a Felipe, su ayudante, con uno de sus pijamas puestos. Se quedaron perplejos, observándose mutuamente…
Eugenio arrancó:- Felipe, mira, he acertado con la invisibilidad. No me veo en los espejos, y por la calle creo que tampoco me ven.., pero, tú me ves, ¿verdad?-
Felipe, balbuceando, apenas dijo:- Eugenio, pero, no es posible. Yo te vi, yo, …yo estuve en tu…- de pronto torció el gesto en una mueca de dolor, se agarró el pecho, dio un grito y se desplomó.
Eugenio estaba absorto. Al golpetazo siguió un bostezo irregular, y unos ruidos de sábanas. Blanca estaba levantándose. Al llegar al pasillo y doblar la esquina, vio la situación. Contempló a Eugenio, y los ojos se le agrandaron hasta el punto de que parecían salírsele de la cara.
Pero,…, pero…Felipe, que ocurre. ¿Eugenio? ¿Qué le has hecho?- gritaba Blanca.
- Yo nada, Blanca. Mira, le estaba explicando que creo que he acertado con el estudio de la invisibilidad, y, de repente..-
- Pero que estudio. Yo no entiendo nada. Eugenio…llevas dos años muerto.
- ¡Quee!
- Lo que oyes. Joder, esto no puede estar pasando…donamos tu cuerpo a la facultad…-
- Pero que dices, Blanca, cómo voy a estar muerto…, joder, y por qué estoy aquí…y, por cierto, qué haces tú con Felipe. Dime, qué coño hace él aquí, y por qué usa mi ropa…
- Eugenio, te lo he dicho, estás muerto. ¡Felipe!, dios, le ha dado un infarto, no responde…
- Escucha, Blanca, yo…
- No, escucha tú. En uno de tus experimentos una probeta que estabas calentando explotó, llevándote media cabeza por delante, y la parte de atrás del laboratorio.
- Déjate de chorradas,- dijo, mientras la agarraba por las muñecas…
Blanca contrajo la cara, dolorida, y gritó- no me toquess- mientras se ponía roja. Eugenio la soltó, y ella se llevó una mano al pecho, mientras gemía y los ojos se le volvían hacia atrás, mostrando sólo lo blanco…
Al instante los dos, Felipe y Blanca, dejaron de respirar. Blanca tenía las muñecas, por donde había sido agarrada, totalmente chamuscadas, ennegrecidas y mohosas. Las venas del cuello estaban hinchadas y de un tono entre violáceo y verdoso.
Mientras el bebé lloraba en la cuna. Eugenio se levantó, y se acercó a la cunita.
- Tranquilo, no llores. Tú y yo acabaremos esto…
Lo envolvió en una manta, lo metió en el capazo y salió. Caminó hacia la facultad de medicina.
Mientras, arreciaba una tormenta.
viernes, 29 de octubre de 2010
ÓXIDO EN LAS FAROLAS
Todos hemos soñado en alguna ocasión con ser Peter Pan y no crecer nunca. Yo volví a desear ser Peter Pan cuando ya rebasaba en varios años la treintena. A mi memoria vuelven, nítidas, dos ocasiones más; una en la que deseé ser Peter Pan y otra en la que anhelé con fuerza ser su sombra y perderme, o cargarme a ese mocoso verde.
Una tarde de mayo en la que el sol se derramaba por doquier, con la gente sesteando y una calma aletargante, fue la elegida por mi amigo David y por mí para estrenar nuestras flamantes bicis. Apenas contábamos con doce años y las bicicletas eran todo un universo de posibilidades por explorar. Plateadas, brillantes, inmaculadas… éramos la envidia del vecindario. Paseamos por la plaza durante toda la tarde, haciendo carreras, concursos de derrapes, a ver quién se mantenía más tiempo haciendo el caballito; intentando emular a los campeones de trial, flotando sobre la bici sin movernos ni avanzar...Era un momento mágico, eterno.
Emocionados, competimos por ver quién hacía el mejor stoppie, levantando la rueda trasera sobre la delantera, inclinándote hacia delante; como si fuera un caballito invertido. Ahí es cuando, cegado por mí mejor dominio de la bicicleta, David arriesgó. En su último stoppie sobrepasó la vertical, yendo de bruces al suelo y aterrizando con la cara. El golpetazo fue como un redoble asesino. Tras un segundo de calma, se desató la tormenta; comenzó a llorar y berrear como si nunca lo hubiera hecho. Yo estaba paralizado. Cuando se calmó un poco pudimos oír a su madre, angustiada, asomada a la ventana.
- ¡sube ahora mismo!
Bajó al rato con la cara como una pizza, hinchada, llena de ronchones, manchas sanguinolentas y corros blanquecinos de la crema antiinflamatoria. Y sin la bici.
- lo he hecho mejor que tú-
Aunque sonaba “lo he hechohh bejod que dú”, mientras me mostraba su boca ensangrentada al sonreír.
En ese momento lo odié, y me alegré de su caída. Me levanté y empecé a dar vueltas con la bici, dispuesto a demostrarle quién era el mejor. Las cabriolas se sucedieron, con audacia. De pronto vi que David estaba rodeado por cuatro personas. Me acerqué a ver qué sucedía. Eran chicos del barrio. Al ver mi bicicleta silbaron sorprendidos. La admiraron, mientras yo sonreía, gallardoso, con el pecho hinchado. Dos de ellos se fueron, mientras los otros dos toqueteaban mi bici, absortos. Me pidieron dar una vuelta, para comprobar cómo iba.
- claro, toma. Seguro que nunca has visto una bici igual - dije, confiado.
Dio un par de vueltas por la plaza y, al cabo de un instante, enfiló la esquina de un edificio y salió de la plazuela. El otro, que aún estaba con nosotros, miró su reloj, y dijo que tenía que irse, que era tarde.
Yo iba a preguntar por su amigo, el que tenía mi bici, pero no me dio tiempo. Salió corriendo, dejándonos boquiabiertos, a mi porque no sabía que decir, y a David, porque no podía cerrar su amorcillada boca.
Pasadas varias horas sin noticias de la bici, decidí subir a casa.
- Be barece que du damboco has vfisto odra igual...- me espetó David, con sonrisa malévola. Con la boca hinchada y grumosa, llena de chorretones, tenía una mirada torva. Yo estaba angustiado y eso me sobrepasó. Le miré y, apretándole los mofletes con fuerza, le chillé:
- ¡tú te callas, boca jarro hijo de perra!-
Y subí corriendo a mi casa, dejando que se retorciera de dolor. Mientras subía intentaba crear una explicación lógica a lo que había pasado. No me dio tiempo a enlazar nada. Lo expuse como pude, diciendo que en breve me la devolverían, pero no cuajó. Dos sonoros bofetones me devolvieron a la realidad. Al finalizar el día estaba sin bici nueva, con la cara caliente y enfadado con David. Los mayores no entendían nada.
Años después disfrutaba en la playa de Castellón de una sesión improvisada de haikkus con mis amigos. Salían sin dificultad, regados por las copas, en una noche cálida y agradable, el mar en calma y el cielo tachonado de estrellas. Entre verso y verso mis amigos encadenaron bailes en torno a un grupo de jovencitas de risa alegre y mirada enigmática. El más lanzado, Bisentín, ya estaba invitando a copas a dos de ellas, mientras Carlos dudaba entre otras dos bellezas. Rubén y yo seguíamos nuestro duelo de haikkus mientras Gema no perdía detalle de todo.
Carlos, grandullón incorregible, ya meneaba la cintura al ritmo de la salsa mientras enlazaba su brazo en el talle de una joven y brindaba con la otra con el ron de la mano. Todo parecía fluir con naturalidad. Empieza a trabar conversación con la chica de talle espigado y cara de anuncio de perfume caro. Nosotros nos sorprendemos, porque no es especialmente agraciado; pero la chica lo mira, arrobada, prendada de sus encantos. Bailan, se entrelazan, se acercan, susurran confidencias y enroscan miradas incendiarias.
La temperatura en torno a la pareja va en aumento. Mientras, Bisentín ha desaparecido con otras dos beldades.
Para la pareja no existe nada más que ellos dos bailando a la luz de la luna, frente al mar. Las amigas del bellezón están acodadas en la barra, riendo nerviosas y bebiendo con suavidad. Están extasiadas ante la tensión palpitante.
De pronto surge, cegador, un beso arrebatador, sincero, deseado. Las amigas intercambian risitas como púberes colegialas. A Carlos le pilla de sorpresa, pero no se retira. En cambio ella sí, dejando al hombrón con el morro estirado, como si fuera a beber de una fuente.
La chica se limpia la boca con el dorso de la mano, bebe un gran sorbo de su copa y se gira ante sus amigas, gritando:
- ya está, ya he pagado mi prenda. Podemos irnos.-
El grupito prorrumpe en un griterío histérico, y salen corriendo. Carlos agarra a su pareja, incrédulo. La mira con ojos de cordero sacrificado, pidiendo una respuesta a gritos, incapaz de articular palabra. Ella lo mira con desdén y le escupe:
- era una apuesta. ¿De veras pensabas que iba a liarme contigo?- y sale escopetada.
Carlos se queda descolocado. Como si a un niño le pegas dos tortas sin motivo; aunque le hayan robado la bici. Se deja caer en la toalla. Gema intenta consolarlo, sin éxito. De pronto se mueve inquieto. Algo no encuentra. Furioso, revuelve la ropa, la toalla, la arena. Ha perdido un juego infantil que le regaló su abuela, un par de clavos enredados, un pasatiempo. Le gustaba llevarlo. En momentos puntuales, le gusta sentirlo en su mano, le gusta morderlo. Cuando se angustia o se pone nervioso, le gusta sentir el sabor a óxido de los clavos, le tranquiliza ese amargor. Es algo inconsciente. Y ahora lo necesita. Sin una palabra todos entendemos lo necesario, y nos ponemos de pie y enfilamos el paseo y la carretera, en dirección a la ciudad; todo sin hablar. Sigue nervioso. De vez en cuando, sin que le veamos, o eso piensa él, se acerca curioso a ver algún cartel pegado en alguna farola. Simula leerlo y, con rapidez, sacude un lametazo al óxido de las farolas. Poco a poco se tranquiliza.
Yo observo, y pienso en David, al que no he vuelto a ver; y me pregunto si él también saboreó el óxido esa tarde que se estampó de morros; y dudo si tiene mono de ese sabor, como mi amigo.
- las mujeres a veces somos un poco....así- rompe Gema.
Clarea el día ya, y tras nosotros, una sombra se escabulle.
Busca a Peter Pan y sus intenciones, pienso yo, no son nada buenas.
jueves, 28 de octubre de 2010
METALLICA Y DEPECHE MODE
Hoy me permito la licencia de mostraros dos perlitas musicales que a mi particularmente me encantan.
La primera es de Metallica. La canción es Enter Sandman. «Enter Sandman» fue la primera canción escrita para el disco The Black Album, lanzado en 1991. La canción trata "sobre las pesadillas y todo lo que conllevan", pues esta basada en el Sandman, especie de hombre del saco del mundo anglosajón que da felices sueños o pesadillas a los niños con su arena mágica.
(Esta es una osadía que cometo a sabiendas de que el Sr. Boooz puede darme un tirón de orejas...)
La segunda es de mis adorados Depeche Mode. Se trata de la canción When The Body Speaks, un auténtico temazo en estudio, totalmente insuperable en directo. Del disco Exciter (2001), espero que la disfrutéis.
miércoles, 27 de octubre de 2010
TELEOPERADOR
Tengo un amigo que se dedica a trabajar de teleoperador de ventas de telefonía fija y ADSL. En concreto se encarga de verificar las ventas que realizan los comerciales de dos plataformas de ventas, una en su ciudad y otra en Perú.
El otro día, tomando unas cervezotas mientras celebrábamos el Oktoberfest, me contaba, entre risas, diversas situaciones rocambolescas que ha vivido:
"el día que toque ¿qué?"
"pues el cambio, o de mañana o de tarde"
"mañana, ¿a que hora vienen?"
"no, mañana no. El día que sea, que aún no sabemos cuando, o de mañana o de tarde"
"mañana no?"
"NO"
tuuuuuut, tuuuuuuut, tuuuuuut, (colgó)
Segundos después regresó, educadamente, a continuar la verificación.
martes, 26 de octubre de 2010
сумасшедший (SUMASSHEDSHÍÍ)
lunes, 25 de octubre de 2010
WRONG. DEPECHE MODE.
Y la música, y cómo suena, es absolutamente bestial
En directo esta canción suena de lujo.
Ahi va la letra:
WRONG - DEPECHE MODE
Wrong...-------------------------->Equivocado...
I was born with the wrong sign---->Nací con el signo equivocado
in the wrong house---------------->en la casa equivocada
with the wrong ascendancy--------->con la ascendencia equivocada
I took the wrong road------------->tomé el camino equivocado
that led to the wrong tendencies-->que me llevó a tendencias erróneas
I was in the wrong place---------->estaba en el lugar equivocado
at the wrong time----------------->en el momento equivocado
for the wrong reason-------------->por la razón equivocada
and the wrong rhyme--------------->y el verso equivocado
on the wrong day of the wrong week-->en el día equivocado de la peor semana
I used the wrong method----------->utilicé un método equivocado
with the wrong technique.--------->con una técnica errónea.
Wrong...--------------------------->Equivocado...
There’s something wrong with me---->Hay algo equivocado en mí
chemically------------------------->químicamente
something wrong with me------------>algo equivocado en mí
inherently------------------------->inherentemente
the wrong mix in the wrong genes--->un error en la mezcla de genes
I reached the wrong ends------------>llegué a un final incorrecto
by the wrong means----------------->por el medio incorrecto
it was the wrong plan-------------->fue un plan erróneo
in the wrong hands----------------->en manos equivocadas
with the wrong theory-------------->con la teoría equivocada
for the wrong man------------------>para el hombre equivocado
the wrong lies,----------------------->la mentira equivocada
on the wrong vibes------------------->en el ambiente equivocado
the wrong questions----------------->la pregunta equivocada
with the wrong replies-------------->con la respuesta equivocada.
Wrong...--------------------------->Equivocado...
I was marching to the wrong drum--->Tocaba la batería equivocada
with the wrong scum---------------->con la espuma equivocada
pissing out the wrong energy------->sacando la energía equivocada
using all the wrong lines---------->utilizando erróneamente todas las líneas
and the wrong signs---------------->y los signos errados
with the wrong intensity----------->con la intensidad equivocada
I was on the wrong page------------>estaba en la página equivocada
of the wrong book------------------>del libro erróneo
with the wrong rendition----------->con la interpretación equivocada
of the wrong hook------------------>del gancho equivocado
made the wrong move,--------------->haciendo el movimiento equivocado
every wrong night------------------>cada noche equivocada
with the wrong tune---------------->con la melodía equivocada
played till it sounded right yah----->tocando hasta que sonara bien, sí.
Wrong...--------------------------->Equivocado......
Too long-------------------------->Demasiado tiempo...
wrong...--------------------------->equivocado......
I was born with the wrong sign---->Nací con el signo equivocado...
Wrong...--------------------------->Equivocado......
sábado, 23 de octubre de 2010
RED HOT CHILLI PEPPERS
Válido para jefes estúpidos, amigos algo torbellinescos y pesados,
amigas que no comprenden, jefes hijoputas, familiares con
menos luces que una patera, parejas o ex-parejas con especial
habilidad para meter el dedo en el ojo constantemente,
padres algo brasas, hijos tontos, cuñados ceporros,
cuñadas estrambóticas, primos retrasados,
ex-amigos tarados, o situaciones kafkianas...
O simplemente para cuando estás hasta los cojones de todos.
Feliz fin de semana.
jueves, 21 de octubre de 2010
UN ENORME Y BAJITO VEHÍCULO ROJO
Todos ustedes conocen mi querencia por los vehículos Ferrari (y los Aston Martin, y los Maserati, y los Lamborghini, y...). No obstante ayer fui testigo de lo realmente difícil que es tener un coche de esos y lucirlo por una ciudad sin que la gente te acabe llamando... llamando... lamando...
Iba yo con mi utilitario por la ciudad del Turia a eso de las 19:00 por la vía que recorre paralela el antiguo cauce y actualmente han edificado la "Ciudad de las Artes y las Ciencias". En Valladolid sería algo así como el Paseo Zorrilla, sólo que las vías son aun más estrechas. Había tráfico intenso de oficinistas que salían del trabajo, y eso hacía algo agobiante el tránsito. No obstante, de repente noté un apelotonamiento delate de mí. Los coches hacían cabriolas para adelantar a un sujeto que estaba ocupando dos carriles con un enorme y bajito vehículo rojo, que por lo demás, hacía mucho ruido con el motor, pero que no pasaba de los 30 Km/h.
Esta escena me retrotrajo a una plácida conversación veraniega y nocturna, en compañía de dos jarras de cerveza, que mantuve hace no muchos años con el Sr. Rocco, en la cual nos imaginábamos como parodia la situación en la que un ufano poseedor de un enorme y bajito vehículo rojo paseaba con él por el Paseo Zorrilla. Nos lo imaginábamos reventando el radiador a causa del calentamiento del motor, o con los retrovisores destrozados, a causa de las manillas de las motos que además le rayaban "involuntariamente" las puertas, o impidiendo el paso al autobús municipal, ya que no podía limitar su anchura a un sólo carril, o acelerando de 0 a 100 en cerocoma, para vover de 100 a 0 en cerocomauno en el siguiente semáforo.
Ayer tuve esa parodia pero en la realidad, porque el individuo estaba montando un lío del patín con su enorme y bajito vehículo rojo. La gente que pasaba a mi lado, estando yo detrás de él, no miraba el coche con admiración precisamente, sino más bien con el ceño fruncido y la cara larga (también pudiera estar relaciondo con la crisis). Es más, en un semáforo en rojo tuve oportunidad de cazar al vuelo (con la ventanilla bajada) el comentario de dos motoristas que se me pusieron al lado (dos scooter que como buenos ciudadanos esperaron en su lugar en vez de serpentear entre los coches): "Joder, qué monstruo, cómo se le ocurre traerlo por aquí, estos coches son para circuito, no para ciudad, y menos aquí a estas horas", "Bah, debe ser de fuera, irá a un hotel", "Pues no me imagino haciendo turismo con ese bicho, debe ser incómodo de coj..." Se puso el semáforo en verde y se fueron...
Pues eso...
lunes, 18 de octubre de 2010
DECIBELIOS
Como comenté anteriormente he cambiado de casa, de hogar, y con ello también de lecho, ya que la casa venía amueblada.
Generalmente cuando uno está con el propietario y pide que le aclara determinadas características del vecindario, lo que uno suele preguntar es, veladamente, si los propietarios de los otros pisos colindantes son jóvenes (o jóbenas), si hay pisos de estudiantes, si tienen niños pequeños, etc. De esa manera uno se hace un mapa social y sonoro del edificio (como ven he estado de alquiler en varios sitios y me conozco el tema).
Pero esta vez me he encontrado con una realidad que hasta ahora nunca me había acontecido. Todas las noches, noche tras noche, me acuerdo del vecino que duerme pared con pared conmigo: ronca. Y cómo ronca. Es tiranosáurico. Apoteósico. Apocalíptico. Sobrenatural. Ensordecedor. Si fuera descubierto por alguien como Tarantino haría una película sólo con él. Es otro nivel. No debe ser de este planeta. Ni de esta dimensión...
Noche tras noche con el serrucho, dale que te pego. Por la mañana me le suelo encontrar en el ascensor. Es un señor de unos sesenta años, entrañable, algo abuele ya. Pero por la noche se transforma, compitiendo consigo mismo en brutalidad decibélica, convirtiendo las ondas sonoras en descomunales taladros y mazos que intimidan la paz y el reposo necesarios a esas horas . Y yo estoy al otro lado de la pared, almohada con almohada, separado por poco más de (reconozcámoslo) 20 cm físicos. Durmiendo al lado de un completo desconocido que día a día, noche a noche, va torturando lenta, pausadamente, mis sueños, hasta convertirlos en pesadillas.
lunes, 11 de octubre de 2010
FASCINADO SIN TELE
Voy a referirles una extraña y fascinante experiencia que me lleva aconteciendo desde hace mes y medio, más o menos: no tengo tele. Pero es más: ni tengo tele ni, últimamente, tengo intención de tenerla.
Los acontecimientos se han desarrollado de la siguiente manera: hace un mes y medio que me he cambiado de casa (es lo bueno de vivir de alquiler, cambio de casa cuando encuentro una opción mejor a precio similar). En la casa anterior la TDT venía incorporada en la señal de la antena de la comunidad, pero en la nueva no, de manera que de repente me descubrí a mí mismo con televisor pero sin televisión. El asunto tenía fácil solución de unos 30€, pero entre la vagancia, la modorra, los horarios intempestivos de mi trabajo, y que me acomodé a la nueva situación sin roce alguno, el caso es que ahora vivo sin televisión...
... Y me va fenomenal! Ceno antes (no dependo del telediario ni del horario que marcan las series), leo más (pero mucho, mucho más), voy a dormir antes, me levanto antes, hago más deporte para intentar empequeñecer los indolentes y parasitarios michelines que circundan mi esbelta figura, aprecio más la radio como compañera fiel, escucho música seleccionada, y no echo de menos, pero en absoluto, el estruendo, la fanfarria, la tendenciosidad, la imagen de luz y sonido que mostraba antes ese gran ojo gris, el cual sigue inerme y sin alma en el salón de mi casa.
Ayer, además, tuve una experiencia relacionada con este hecho. Después de comer en casa (costillar de cerdo adobado y una cerveza), me fui a tomar un café en la cafetería de debajo de mi casa, y me encontré de nuevo con una pantalla encendida (como ven, no voy muy a menudo a cafeterías, bares y similares). Mi reacción primaria fue como la de un vampiro frente a la luz del día. Me hacía daño a la vista... Podía comparar la paz de no tener televisión frente al estruendo de verme frente a ella. Es algo difícil de compartir porque hay que vivirlo.
En fin... A ver cuanto me dura.
viernes, 8 de octubre de 2010
TU KIOSQUERO
La imagen siempre vale más que mil palabras.
Y esta lo demuestra.
Es de un kiosko de mi ciudad. Y rezuma casticismo y catetismo a partes iguales.
Nada de buenas intenciones, de voy a ver si la engraso, o si la cambio.
No.
Empujen con fuerza.
Da igual lo que a ti te pareza.
Tu empuja.
Con fuerza.
No se el tiempo que lleva eso puesto ahí, ni lo que le quedará hasta
que David, nuestro kiosquero, se decida a actuar.
Lo importante es que lo tengas claro:
Tu empuja, no parece cerrado.
Vamos, que si le pillas cerrado de verdad, insiste, empuja.
Tírale la puerta, incluso.
Te lo pide David, tu Kiosquero
miércoles, 6 de octubre de 2010
HORARIO DE TRENES. VERANO 1936
El piso venía con un trastero situado en la planta baja al que se accede mediante un largo, sucio y húmedo pasillo lleno de puertas desvencijadas de otros trasteros. Está iluminado por una sola bombilla situada a una increíble altura ya que estos trasteros son tan altos como los locales de la planta baja (calculo que unos tres metros y medio o cuatro). Mi trastero es grandote porque está al final del pasillo y suma a la longitud normal de todos los trasteros mas la propia anchura del pasillo, y tiene una balda hecha de obra con una importante profundidad que está como dos metros de altura.
Cuando visitamos el trastero por primera vez (tiempo después de ocupar la casa) nos asombró ver que aquello estaba lleno de maletas viejísimas que pesaban un quintal, cajas cubiertas de un polvo negro y muy denso, trastos de todo tipo y un enorme baúl de madera situado en lo alto de la balda. Nos pusimos en contacto con los anteriores dueños para advertísrselo, pero dada su edad y su situación, ninguno puso el más mínimo interés en venir a por aquello que, además, no sabían si era de ellos, de sus padres, o de la familia que había vivido allí todos esos años. Pasados los meses insistimos, diciéndoles que nos desaríamos de todo ello, ya que pensábamos utilizarlo. - vale, vale... tiradlo si queréis-, nos dijeron. Y dieron rienda suelta a mi vena de arqueólogo doméstico. Nada me excita más -en ese sentido no, cochinooootes- que bucear entre trastos viejos, tocar cosas que reposan desde hace décadas y tratar de imaginar qué manos fueron las que tocaron aquello por última vez...
De aquella encontré un buen puñado de cosas que me vi incapaz de tirar, así que las volví a meter en cajas nuevas y limpias y las volví a guardar. Aunque las más curiosas disfrutan de una segunda vida formando parte de la decoración o el mobiliario de ésta casa; como el galán en el que cuelgo mis pantalones todas las noches, o la caja de "Galletas Fontaneda" del año cachipún (año arriba, año abajo) que adorna cierto hueco de mi cocina. Pero con el enorme baúl no me atreví... hasta éste domingo.
De la anterior andanada ha pasado ya tanto tiempo que no me hace ilusión compartirlo con los bocazas que leéis ésto. Pero de ésta última, por estar mas fresca, si.
Primera entrega: El horario de trenes de Madrid a todos los destinos del norte. Por ejemplo: de Valladolid a Santander: salías a la cómoda hora de las 3,43 de la mañana y llegabas a las 20,15 del día siguiente. ¡Olé!
Pero lo que mola es la fecha; la del título del éste post ¿Quién le iba a decir al impresor de "La Gráfica" en la Rua Oscura - si, la callejuela lateral de la Vera Cruz- lo que iba a pasar a lo largo del veranito de marras? ¿Es por ese motivo por el que el amarillento papelucho ha aguantado 74 años dando tumbos de aquí para allá junto con otros papelotes aparentemente sin ninguna relación? no lo sé, pero mola.
martes, 5 de octubre de 2010
MIEDO
Al ver campos verdes,
inmensos, inmaculados...
moviéndose al compás del
viento caprichoso, cambiante,
mezquino.
Miedo, por parecerse al
verde de tus ojos,
enigmáticos, huidizos,
inquisitivos,...
Sobrecogedores.
Miedo.
Al contemplar el mar
azul, aterciopelado,
vasto, oceánico...
con el suave vaivén con el
que te mecen las olas...,
deslizándote a su perdición
húmeda...
a su vórtice abismal..
igual que el desaire que
muestran tus ojos índigos...
Miedo...
Bendito daltonismo...